Trabajo en equipo
El omnipotente Sterling ha sido cercado por todos los lados La solidaridad se ha extendido como una negra mancha de aceite
Estados Unidos se nos presenta, muchas veces, como un pa¨ªs sin matices. Su desmedido ¨¦nfasis en la libertad individual frente a cualquier intromisi¨®n del Estado, su permisividad con las armas de fuego, su mantenimiento de la pena de muerte, y una pol¨ªtica exterior generalmente percibida como abusiva, imperialista y avasalladora, son algunas de las caracter¨ªsticas que inciden en esa idea monol¨ªtica que muchos corremos el riesgo de formarnos sobre Norteam¨¦rica.
Pero no todo el monte es or¨¦gano. La NBA es la principal liga de baloncesto de los Estados Unidos. Cada franquicia es propiedad de un multimillonario local. Se trata de individuos todopoderosos que dicen haberse hecho a s¨ª mismos (self-made men), que nadan en la abundancia y que deciden gastar la calderilla que tienen en los bolsillos comprando equipos que valen millones de d¨®lares.
Donald Sterling, abogado y especulador inmobiliario, adquiri¨® el equipo de Los ?ngeles Clippers en 1981. Pag¨® 12,5 millones de d¨®lares por ¨¦l. El patrimonio de este se?or est¨¢ valorado en casi 2.000.000.000, una cifra que uno no sabe ni c¨®mo leer. Es la 973 mayor fortuna del mundo seg¨²n la revista Forbes. Un tipo poderoso, sin duda. Asquerosamente rico y poderoso, dir¨ªa yo.
Recientemente se ha hecho p¨²blica una conversaci¨®n del se?or Sterling, de 78 a?os, con su amante de 24. Imagino que sin su se?ora esposa delante, aunque vaya usted a saber. ¡°S¨ª, me preocupa mucho que quieras promocionar que te est¨¢s asociando con gente negra¡±, le espeta el multimillonario a su chica. ¡°?Tienes que hacerlo? Puedes dormir con ellos. Puedes traerlos aqu¨ª. Puedes hacer lo que quieras. Lo ¨²nico que te pido es que no los promociones... y que no los lleves a mis partidos".
El racismo de sus palabras es asombroso, m¨¢s que nada porque la joven es medio mexicana. Lo que tambi¨¦n extra?a es que un individuo con esas ideas compre un equipo de baloncesto, un deporte en el que el 90% de los jugadores son negros. El entrenador de los Clippers es afroamericano, al igual que 12 de los 14 miembros de la plantilla. Quiz¨¢ los vea como a monos de feria, dando brincos por ah¨ª y colg¨¢ndose de los aros; quiz¨¢ aspira en secreto a tirarles un pl¨¢tano como ha sucedido con Dani Alves; o quiz¨¢ simplemente le guste ver c¨®mo la meten. Qui¨¦n sabe.
?Cu¨¢l ha sido la reacci¨®n de la gente ante la difusi¨®n de esa conversaci¨®n telef¨®nica privada? En un gesto que les honra, los jugadores, inmersos en el momento m¨¢s importante de la temporada (los playoffs por el t¨ªtulo), salieron a calentar con las camisetas puestas del rev¨¦s, ocultando as¨ª el emblema de los Clippers. Tambi¨¦n lucieron mu?equeras negras en se?al de protesta. Enfrentarse a una persona as¨ª debe ser dif¨ªcil; y m¨¢s a¨²n si resulta que es tu jefe y t¨² tan s¨®lo un profesional del baloncesto. Dinero y poder frente a trabajo en equipo al fin y al cabo.
Entonces Doc Rivers, su entrenador, dijo que no sab¨ªa si, acabada la temporada, seguir¨ªa entrenando en Los ?ngeles; luego, patrocinadores como Carmax (coches), State Farm (seguros), Virgin America (aerol¨ªneas), la empresa de coches KIA y Red Bull han suspendido sus patrocinios; Barack Obama ha asegurado que los comentarios de Sterling son ¡°"ignorantes, incre¨ªblemente ofensivos y racistas". Y Magic Johnson ha dicho que no acudir¨¢ a ¡°un partido de los Clippers mientras Donald Sterling sea el propietario".
La solidaridad se ha extendido como una negra mancha de aceite, como un oscuro reguero de p¨®lvora. El omnipotente Sterling ha sido cercado por todos los lados. Pero, ?y la NBA? ?Qu¨¦ ha hecho la NBA? La posici¨®n de la liga es inc¨®moda. No se trata de un acto reprobable de un subalterno o de un trabajador, sino de uno de los treinta magnates de la asociaci¨®n, de uno de sus iguales. El m¨¢s antiguo, adem¨¢s, el que m¨¢s tiempo lleva en el negocio.
Adam Silver, comisionado y m¨¢ximo responsable de la asociaci¨®n, se ha tomado un par de d¨ªas para pens¨¢rselo. Finalmente, anunci¨® una sanci¨®n ejemplar para Sterling: ¡°He decidido apartarle de por vida y obligarle a que abandone las actividades relacionadas con los Clippers. No podr¨¢ acudir a sus instalaciones, a sus entrenamientos, ni tener relaci¨®n alguna con las actividades comerciales, empresariales y personales del equipo¡±. Casi nada. Adem¨¢s, le ha impuesto una multa de 2,5 millones de d¨®lares, que ser¨¢n destinados a la lucha contra la discriminaci¨®n racial, y va a intentar obligarle a que venda al equipo. Quiere echarlo de la liga.
Tras la reacci¨®n de tanta gente, quiz¨¢ muchos piensen que la decisi¨®n de la NBA ha sido f¨¢cil, que es producto de la presi¨®n del entorno. Yo no creo que sea exactamente as¨ª, pero en cualquier caso en eso consiste la solidaridad, en eso se plasma el concepto de hegemon¨ªa de Gramsci. El rechazo al racismo en la NBA es de tal calibre que el poder que generan aficionados y periodistas, deportistas y entrenadores, directivos y articulistas, es arrollador.
Cuando suceden estas cosas, tan lamentables, y uno ve la reacci¨®n pac¨ªfica y solidaria de tantas y tantas personas, parece razonable pensar que no todo est¨¢ perdido. Que la fuerza de muchos siempre va a poder con la de unos pocos, aunque esos pocos est¨¦n podridos de dinero y se crean los amos del mundo.
Alejandro Lillo Barcel¨® es doctorando de Historia Contempor¨¢nea en la Universitat de Val¨¨ncia
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