El nuevo ep¨ªlogo de Bruckner
Estreno en Espa?a del final de su novena sinfon¨ªa, recuperado tras una larga investigaci¨®n
En febrero de 2012, Simon Rattle y la Filarm¨®nica de Berlin pudieron estrenar el ¨²ltimo movimiento de la inacabada Novena Sinfon¨ªa de Bruckner. Se produjo gracias a un largo proceso de recuperaci¨®n musicol¨®gica encabezado por Nicola Samale, Giuseppe Mazzuca, John Alan Phillips y Benjam¨ªn-Gunnar Cohrs. Y el pasado viernes, la Orquesta de Valencia protagoniz¨® la primera audici¨®n de esta versi¨®n en Espa?a. Ya hubo asntes otros intentos -incluso grabaciones- como los de William Carragan (a comienzos de los 80) y el primer trabajo de Samale y Mazzuca, con registros de Eliahu Inbal y Gennady Rozhdestvensky.
La creencia de que s¨®lo se conservaba una peque?a parte del Finale y de que, por tanto, no se deb¨ªa interpretar, se aviene mal con estos nuevos materiales. De los 647 compases que constituyen el ¨²ltimo movimiento en la versi¨®n presentada, s¨®lo 37 no proceden del compositor. Los otros son, sin lugar a dudas, de Bruckner: algunos (208) est¨¢n orquestados tambi¨¦n por ¨¦l, y el resto se hallaron en diversos grados de bosquejo. De ah¨ª la importancia de esta edici¨®n, pues permite acceder, con visos de credibilidad, al ¨²ltimo trabajo de uno de los mayores sinfonistas de la historia. Cierto es que Bruckner revisaba continuamente sus obras, y que su Novena no se hubiera librado de ello si el autor hubiera vivido m¨¢s, m¨¢xime en una partitura que ni siquiera estaba concluida. No cabe desde?ar tampoco las labores de ¡°acabado¡± que, a la fuerza, se le escaparon esta vez de las manos. Tambi¨¦n es cierto que el Adagio (tercer movimiento) de esta sinfon¨ªa se ha constituido en el final que todos llevamos en el coraz¨®n, porque as¨ª la hemos escuchado casi siempre y porque las cimas que en ¨¦l se alcanzan son dif¨ªcilmente igualables. Pero no lo es menos que el rescate y la divulgaci¨®n de lo que Bruckner concibi¨® como colof¨®n para su ¨²ltima obra, merece un aplauso un¨¢nime. No s¨®lo por el esfuerzo realizado, sino por el valor intr¨ªnseco de la m¨²sica. Aunque incorpore una peque?a zona de arenas movedizas.
La partitura estuvo dirigida por Thomas Dausgaard. Su visi¨®n, tan encendida en Bruckner como comedida en el Mozart que le precedi¨® en la sesi¨®n, se hubiera redondeado con un mayor n¨²mero de ensayos, dada la longitud y complejidad de la obra. Sobre todo cuando el Mozart de la primera parte era el del Concierto para piano n¨²m. 18, que la orquesta interpretaba por primera vez. Al piano estuvo Elizabeth Leonskaja, luciendo un precioso y delicado fraseo, muy rico en matices. Complet¨® su intervenci¨®n con un grat¨ªsimo regalo: el Impromptu op. 90 n¨²m. 3 de Schubert, donde el primor de su mano derecha s¨®lo encontr¨® rival en la magia de la izquierda, trazando as¨ª un inmejorable puente entre los otros dos austriacos que compon¨ªan el programa.
Orquesta de Valencia
Director: Thomas Dausgaard. Piano: Elisabeth Leonskaja. Obras de Mozart y Bruckner. Palau de la M¨²sica. Valencia, 9 de mayo de 2014.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.