Dos por uno

Johann Sebastian Bach ya es casi el ¨²nico autor barroco que se puede presentar en p¨²blico interpretado al piano. La tradici¨®n interpretativa de Bach al piano es tan larga e ilustre que la hegem¨®nica fe de los instrumentos de ¨¦poca y los criterios historicistas no ha podido acabar con ella y, aunque reducido a un islote, hoy Bach al piano convive pac¨ªficamente con Bach al clavic¨¦mbalo.

Dos piezas magnas alimentan en especial esa tradici¨®n pian¨ªstica: El clave bien temperado y Las variaciones Goldberg y a¨²n en ella se pueden distinguir dos corrientes: la de los que intentan que el piano suene a clavic¨¦mbalo y moderan o prescinden del pedal y renuncian casi totalmente a los contrastes din¨¢micos y los que opinan si un Steinway tiene pedales, hay que aprovecharlos.

Alexei Volodin, el pianista que por encargo de Ibercamera interpret¨® Las Goldberg en el Palau, pertenece a este ¨²ltimo subgrupo. Sus Goldberg son impresionantes, fulgurantes, intr¨¦pidas, apabullantes, pero hay que aceptar todos los filtros anteriormente citados o, de otro modo, aquellas Goldberg pueden poner de los nervios a puristas, ortodoxos e historicistas.

Salt¨¢ndose las repeticiones y forzando al alza, hasta una seductora temeridad, los tempi r¨¢pidos, Volodin consigui¨® liquidar las Goldberg en poco m¨¢s de media hora (en diciembre pasado esta misma pieza a le ocup¨® a Evgueni Koroliov todo un concierto) y ello le permiti¨® ofrecer una segunda parte que era en s¨ª misma todo un concierto. Fue un caso de dos por uno.

En la segunda parte Volodin se fue a las ant¨ªpodas de Bach con los Miroirs de Ravel y el Andante spianato y Gran polonesa brillante de Chopin.

No fue f¨¢cil pasar de la claridad y precisi¨®n del dibujo bacchiano a los colores y difuminados de Ravel y a¨²n menos a un Chopin al que le quedan mucho mejor la polonesas a secas que esas mismas polonesas cuando las quiere hacer ¡°grandes y brillantes¡±, es decir, ampulosas. En cualquier caso, Volodin se acredit¨® como un soberbio pianista todo terreno, como manda la gran tradici¨®n del pianismo ruso.