El territorio de Messi
El territorio natural de Leo Messi es Argentina. Es y siempre ser¨¢ su territorio prioritario. Es de donde ¨¦l se siente. As¨ª que no tendr¨ªa que sorprendernos que, rodeado de sus compatriotas, el astro deje en el aire una velada amenaza: ¡°Si all¨¢ no me quieren, si hay gente que duda y prefiere que me vaya, no tengo problema¡±. Comparto con Messi que ¨¦l no tenga ning¨²n problema en hacer lo que tenga que hacer si las circunstancias as¨ª se lo demandan. O dicho de otra manera: que est¨¦ preparando las maletas por si las moscas. Y me gustar¨ªa equivocarme. Pero el que s¨ª tendr¨¢ un problema dif¨ªcil de gestionar ser¨¢ el club (y ya no digo el nuevo entrenador, precisamente Luis Enrique), que nada m¨¢s finalizar una temporada sin ganar nada, ni poner algo parecido a las ganas de enmendar las notorias ausencias en sus ¨²ltimos trascendentales partidos, acaba de renovarle su contrato con una ficha anual de 22 millones de euros. Sobre la ofensiva cifra qu¨¦ m¨¢s se puede decir que no sepamos del lado oscuro del capitalismo. El mercado es el mercado, aunque tengo mis serias dudas de que ser el mejor jugador del mundo equivalga a ser el mejor pagado del mundo. Pero esta es otra cuesti¨®n. Aunque no balad¨ª porque tiene que ver con lo ¨¦tico.
Messi este a?o ha sufrido varios contratiempos. No es uno menor formar parte de un turbio asunto de fraude a Hacienda. (Como cul¨¦ puedo entender algunas cuestiones referidas a lo propiamente futbol¨ªstico, pero como ciudadano me jode mucho que el padre del mejor jugador del mundo no cumpla con las obligaciones fiscales que generan las multimillonarias ganancias de su hijo). Incluso, habr¨ªa que ver hasta qu¨¦ punto dicha incomparecencia impositiva de la familia Messi no lastra la pol¨ªtica de valores que con tanta insistencia el club azulgrana impulsa desde hace unos a?os. Tambi¨¦n estuvieron las lesiones, sobre las cuales nada se puede objetar.
Messi es argentino, aunque se haya hecho en La Mas¨ªa. Un chico argentino de barriada pobre. Que nadie se equivoque o se haga demasiadas ilusiones respecto a sus innegociables querencias.
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