El temible car¨¢cter de un gran director de orquesta
Fallece a los 90 a?os Franz-Paul Decker, el m¨²sico que transform¨® la OBC
Era capaz de detener la orquesta en pleno concierto, con gesto adusto acompa?ado de un taconazo prusiano, y para sorpresa del p¨²blico, abroncar a los m¨²sicos de la Orquestra Simf¨°nica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC) por haber cometido un fallo que consideraba intolerable. Pero tambi¨¦n era capaz, en ese mismo concierto, de hacer sonar de maravilla a la orquesta barcelonesa, de la que fue director titular entre 1986 y 1991. Ciertamente, ten¨ªa mal car¨¢cter Franz-Paul Decker, el venerable director de origen alem¨¢n nacionalizado canadiense que muri¨® el pasado lunes a los 90 a?os. Decker transform¨® a la OBC en mucha mejor orquesta a base de exigencia y disciplina a lo largo de una relaci¨®n tormentosa: durante el descanso en la transmisi¨®n de un concierto de la temporada de la OBC a trav¨¦s de Radio Cl¨¢sica (RNE), dio por concluida la entrevista tras contestar con dos monos¨ªlabos dejando plantado al locutor, alegando que no estaba de humor para charlar. No le hab¨ªa gustado la interpretaci¨®n y se alej¨® mascullando alg¨²n que otro improperio ante el pasmo de la audiencia. Genio y figura, sin duda, porque los antol¨®gicos enfados del Decker eran la respuesta incontenible de un m¨²sico cuyo nivel de rigor y exigencia profesional con los m¨²sicos no conoc¨ªa l¨ªmites.
Amaba la m¨²sica y el oficio de dirigir, que aprendi¨®, como todos los directores alemanes de su ¨¦poca, en la dura disciplina laboral de los teatros y orquestas de provincias. Decker, nacido en Colonia el 26 de junio de 1923, empez¨® pronto la carrera: con solo 22 a?os dirigi¨® la Orquesta de la ?pera de Colonia. Despu¨¦s vinieron puestos de responsabilidad al frente de formaciones como la Sinf¨®nica de Wiesbaden y la Filarm¨®nica de Rotterdam y en 1967 dio un paso decisivo en su proyecci¨®n internacional al suceder a Zubin Mehta como titular de la Sinf¨®nica de Montreal. Ya nunca romper¨ªa sus lazos con el mundo sinf¨®nico canadiense - tras su paso por Barcelona dirigi¨® la Filarm¨®nica de Calgary y la Sinf¨®nica de Winnipeg- a lo largo de una carrera extraordinariamente longeva: siete d¨¦cadas de actividad apenas interrumpida durante casi dos a?os de convalecencia para recuperarse de las lesiones en las cervicales provocadas por un accidente dom¨¦stico sufrido en 2001.
Mantuvo tambi¨¦n lazos art¨ªsticos durante tres d¨¦cadas con la Sinf¨®nica de Nueva Zelanda y nunca rompi¨® sus lazos con la OBC, con la que mantuvo un idilio art¨ªstico como principal director invitado tras abandonar la titularidad. La suya fue una relaci¨®n de amor/odio con la OBC, pero lo que nadie puede negar es que gracias al oficio y el talento de Decker, la formaci¨®n barcelonesa, a la que dirigi¨® por ¨²ltima vez en 2010, alcanz¨® mucha mayor cohesi¨®n y competencia profesional. En sus ¨²ltimas visitas, los achaques f¨ªsicos mitigaban un poco su car¨¢cter durante los ensayos. Pero cuando dirig¨ªa su repertorio predilecto ¨C las sinfon¨ªas de Bruckner y Mahler, los poemas sinf¨®nicos de Strauss, las ¨®peras de Wagner y, fuera del repertorio germ¨¢nico, Shostak¨®vich y Elgar- la vitalidad de sus interpretaciones permanec¨ªa intacta.
Quedan para el anecdotario de la historia de la OBC sus imprevisibles ruedas de prensa, puesto que al mal car¨¢cter ¨C si considerada est¨²pida una pregunta se lo hacia saber inmediatamente al interlocutor- se a?ad¨ªa al principio su desconocimiento del castellano y catal¨¢n. Y quedan para la memoria mel¨®mana docenas de conciertos ¨C Bruckner y Strauss a la cabeza- en el Palau de la M¨²sica Catalana, sede en aquellos a?os de Orquestra Ciutat de Barcelona, con la que ofreci¨® en 1979 una inolvidable versi¨®n de concierto de Trist¨¢n e Isolda en la temporada de Pro-M¨²sica, con las sensacionales voces de Jon Vickers, Roberta Knie, Josephine Veasey, Kurt Moll y Thomas Stewart. Wagner era una de sus especialidades y solo la miop¨ªa de los responsables art¨ªsticos del Gran Teatro del Liceo puede explicar su ¨²nica actuaci¨®n oper¨ªstica en el coliseo de la Rambla, donde dirigi¨® Parsifal en la temporada 1982-83, una d¨¦cada despu¨¦s de su deb¨² con la OBC en ese escenario con un concierto Bethoven. Muchos a?os despu¨¦s, su dedicaci¨®n a la OBC y a la m¨²sica catalana se vio recompesada con la Creu de Sant Jordi en 2006.
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