La Llagosta, contra el gris
El municipio estrena la Bienal de Arte Urbano en el Vall¨¨s
A finales de los a?os setenta los vecinos del municipio de La Llagosta (Vall¨¨s Oriental) bajaron a la calle con plantas y flores. Protestaban para que el solar situado frente a sus casas no se convirtiese en otro pol¨ªgono industrial. Reivindicaban el derecho a tener un espacio verde; con aquella intervenci¨®n lo obtuvieron: se construy¨® un parque bautizado ¡°Popular¡± en memoria de aquella victoria.
M¨¢s de cuarenta a?os despu¨¦s, el Parque Popular vuelve a ser un lugar emblem¨¢tico para muchos de los casi 14.000 habitantes que viven rodeados de f¨¢bricas, ahora en desuso, y de una crisis que se ha tragado todos los colores c¨¢lidos del bienestar social y la ocupaci¨®n laboral. Desde el parque vuelven a levantarse las voces que luchan contra el predominio del gris, pero esta vez reclutan como aliado al arte urbano y su capacidad de convertir las paredes m¨¢s oscuras en aut¨¦nticos arco¨ªris. Lo hacen con su primera edici¨®n de la Bienal de Arte Urbano, donde m¨¢s de cuarenta artistas de la escena del graffiti, el arte urbano, la ilustraci¨®n, el dise?o gr¨¢fico o la escultura han ido desarrollando desde el mi¨¦rcoles hasta hoy en directo sus obras a lo largo del per¨ªmetro del parque. La convocatoria incluye otras expresiones de la cultura urbana como competiciones de skate, proyecciones de cine documental sobre arte callejero y sesiones de m¨²sica contempor¨¢nea.
?¡°Queremos que sea una regeneraci¨®n tanto f¨ªsica como social¡±, explica el comisario Justin Case. Considera que ¡°la cultura urbana no destruye el entorno, sino lo enriquece, y necesita espacios equipados y muros libres de intermediarios¡±. Del mismo modo, La Llagosta necesita actividades culturales y est¨ªmulos para resurgir. ¡°Es un pueblo muy estigmatizado: hay que recuperar el uso social de los espacios, hacer sentir a la gente que les pertenecen y volver a tener ofertas culturales¡±, argumenta el t¨¦cnico cultural Albert G¨ªmenez. Junto a Case y a Daniel L¨®pez, de la organizaci¨®n Mur Murs, han dado vida a este evento que, para esta primera edici¨®n, quiere mejorar las condiciones materiales del parque ¨Crampas para monopatines oxidadas, paredes, carteles- y promover que sus usuarios y los distintos colectivos participen en convertirlo en un museo al aire libre. La intenci¨®n es establecer un di¨¢logo entre la juventud local y los artistas invitados a dejar su huella en el parque. Los mismos ciudadanos podr¨¢n dejar la suya en la obra del escultor Joaqu¨ªn Jara, que estos d¨ªas ha hecho molduras de yeso para crear una estatua que ¡°simbolizar¨¢ el esfuerzo y la lucha del pueblo¡±, revela Case.
?Artistas locales como Zosen, H101, BTOY -considerada la mejor artista de plantilla de Espa?a- o la japonesa Mina Hamada crear¨¢n sus obras in situ inspir¨¢ndose en el tema com¨²n Cripsis, que es la capacidad de los animales para modificar su apariencia f¨ªsica y pasar inadvertidos frente a sus predadores. Los creadores han ido mostrando su capacidad de ¡°metamorfosear el arte con el espacio urbano camuflando las letras de los grafitos, forjando obras abstractas y de l¨ªneas geom¨¦tricas que se integrar¨¢n con la arquitectura del pueblo o inventando esculturas org¨¢nicas con las ramas botadas de los propios arboles del parque¡±, expone Case. Clases y competiciones de monopatines gratuitas han configurado el extenso cat¨¢logo de actividades.
Con la iniciativa, La Llagosta aspira a convertirse en un destino reiterado para los aficionados de la cultura urbana, y para los mismos artistas. La mayor¨ªa de los invitados reside en Barcelona, donde ¡°es dif¨ªcil encontrar la motivaci¨®n de trabajar desde que la ordenanza c¨ªvica de 2006 prohibi¨® pintar en la calle¡±, explica L¨®pez. ¡°Hace menos de diez a?os, Barcelona era la capital de Europa del arte callejero; a¨²n hay muchos artistas que viven aqu¨ª, pero tambi¨¦n son muchos los que han dejado de trabajar en la calle o se han ido a otra ciudad a causa de la represi¨®n y las multas. Ahora en la capital catalana se tapan las obras con el gris: entonces nosotros nos vamos al gris para pintarlo de color¡±.
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