Dr. John, en los pantanos

La segunda jornada del Primavera Sound, que esta noche ofrece su ¨²ltima entrega de actuaciones en el F¨°rum de Barcelona, tuvo como protagonista a la lluvia, invitada especial de esta edici¨®n. Cayendo con fuerza a media tarde no hizo sino ambientar de la mejor de las maneras la actuaci¨®n de Dr. John, que confirm¨® su maestr¨ªa en un concierto que, si bien no fue extraordinario, s¨ª dej¨® un excelente sabor de boca al evocar la m¨²sica con may¨²sculas, esa que no tiene etiquetas, que no vive sometida al vaiv¨¦n de las modas y que, como las aguas fre¨¢ticas, discurre an¨®nimamente por debajo de todo y de todos. John Grant, la local Joana Serrat (un nuevo talento deslumbrante) y los sudafricanos John Wizards fueron otros protagonistas ¡ªjunto con la lluvia¡ª de las horas de claridad del festival, que por la noche esperaba la visita de Pixies, los dinosaurios del Primavera Sound.

La lluvia. Se podr¨ªa pensar que la todopoderosa organizaci¨®n del festival la convoc¨® para simular los pantanos y la humedad propias de la Luisiana, territorio musical y vital de Dr John. Su presencia en un festival como el Primavera podr¨ªa parecer inadecuada, pues el p¨²blico de este acontecimiento est¨¢ pautado por otras est¨¦ticas, pero su actuaci¨®n confirm¨® el sentido de programar trozos de historia en un festival que poco a poco construye la suya. Y de la misma manera que el periodista musical John Peel dec¨ªa que escuchaba m¨²sica actual porque tambi¨¦n le¨ªa el peri¨®dico del d¨ªa y no el de la semana pasada, Dr. John, con una discograf¨ªa que suma m¨¢s ¨¢lbumes que muchos artistas juntos del festival, comenz¨® por piezas de su ¨²ltimo disco, reivindicando su presente. Abri¨® con Locked down para seguir con Revolution y Big shot. Presente rabioso. El Doctor, con la motricidad muy limitada, su tradicional aspecto estrafalario, lleno de amuletos, con la flor de lis plateada en la solapa de su americana, sepultada por el descomunal cuello de su camisa salm¨®n, tocado con su tradicional sombrero, con gafas para ocultar mirada y caminando con la ayuda de dos bastones, mantiene la voz en forma.

Y lo que son¨® fue mezcla, un ir y venir del boogie al blues, del jazz al rock, m¨²sica africana pasada por Nueva Orleans, pura vida: Trem¨¦ en suma, barrio y serie que ¨¦l personifica como nadie. Toc¨® piano, guitarra y teclados, pero dominaron en la banda ¨®rgano y una excelente trombonista que aplic¨® pedal a su instrumento consiguiendo sonidos muy llamativos. Son¨® Big chief y Let the good times roll y cerr¨® con su celeb¨¦rrima Such a nite ante unas primeras filas con mucha cana, algunas melenas y una est¨¦tica que en nada se asocia al p¨²blico que el t¨®pico cincel¨® para el Primavera sin darse cuenta de que este est¨¢ cambiando. De hecho, buena parte del p¨²blico que ocup¨® dos terceras partes del auditorio al aire libre donde actu¨® Dr. John ubicaba est¨¦ticamente el concierto incluso fuera del Primavera, festival que parece tener en entredicho su renovaci¨®n generacional por la crisis, que dificulta que los m¨¢s j¨®venes adquieran abonos.

La tarde comenz¨® muy soleada, y eso que el sol estaba bajo el techo del Auditori, el rinc¨®n m¨¢s confortable y oscuro del Primavera

Antes, con una tenue lluvia que prosigui¨® al chaparr¨®n que agu¨® el concierto de John Grant, la sorpresa vino por la local Joana Serrat. Con una banda solid¨ªsima que son¨® maravillosamente, la cantante de Vic despleg¨® su americana bajo un cielo que poco a poco se abr¨ªa. Y se produjo una de esas circunstancias que hacen delicioso un momento: tras cantar la preciosa Summer in the beach, el cielo se abri¨®, las nubes fueron deshilachadas por los rayos de sol y un arco iris doble se despleg¨® ante su escenario. El p¨²blico tom¨® sus tel¨¦fonos para dejar muestra de que por segunda vez en el festival (la primera fue el jueves), la lluvia remit¨ªa y el cielo conced¨ªa su tregua.

La tarde comenz¨® muy soleada, y eso que el sol estaba bajo el techo del Auditori, el rinc¨®n m¨¢s confortable y oscuro del Primavera Sound. La anulaci¨®n del concierto de la folkie Linda Perhacs dio paso al de John Wizars, banda sudafricana que proporcion¨® m¨²sica coloreada que movi¨® al baile, algo ins¨®lito en el Auditori del F¨°rum, lugar destinado bien a la introspecci¨®n bien a lo experimental. La propuesta de los sudafricanos iba dirigida a las piernas, tal y como lo capt¨® un ramillete de personas que se abandonaron al baile. Pero claro, la banda est¨¢ formada por cinco blancos y un negro, el cantante, ataviado con una macedonia de colores y encargado tambi¨¦n de bailar, como manda el t¨®pico. El t¨®pico tambi¨¦n ordena que si los negros hacen m¨²sica sin pensar en nada m¨¢s que en hacerla, los blancos han de darle a todo una vuelta por el cerebro, de forma que la propuesta de Jonh Wizards parec¨ªa una mezcla de la m¨²sica de Paul Simon, Empire Weekend y el Black Market de Weather Report. Algo un poco raro, sin duda divertido pero tambi¨¦n mucho menos din¨¢mico de lo que podr¨ªa haber sido. En cualquier caso, result¨® oxigenante y bastante diferente a lo que suele ser moneda com¨²n en los arranques vespertinos del festival.