¡®Delicatessen¡¯ 1714
El Museo Mar¨¦s de Barcelona expone grabados de ¨¦poca con protagonistas y escenarios de la Guerra de Sucesi¨®n
La inauguraci¨®n de exposiciones sobre el Tricentenario de la Guerra de Sucesi¨®n ha sido tan intensa como el bombardeo que sufri¨® la ciudad de Barcelona en 1714. Pero todo llega a su fin. La ¨²ltima es una delicatessen, una muestra con apenas una treintena de grabados originales que representan a los protagonistas y los escenarios de un conflicto que cambi¨® la historia de Catalu?a. El culpable es el coleccionista Antoni Gelonch Viladegut (Lleida, 1956) que hace dos a?os fue el primero en acudir a Toni Soler, acabado de nombrar comisario de los actos en Barcelona, con la propuesta de mostrar las im¨¢genes que vieron los coet¨¢neos de los hechos.
¡°He buscado im¨¢genes en Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia o Espa?a¡±, explica Gelonch, empresario farmac¨¦utico y consultor, que desde 2002 ha ido adquiriendo los cerca de 800 grabados que forman su colecci¨®n, con piezas que van desde el siglo XV hasta la actualidad.
En la exposici¨®n Una mirada a 1700, inaugurada en el Museo Frederic Mar¨¦s de Barcelona, se pueden ver el poder, el territorio, la vida cotidiana y la devoci¨®n religiosa. ¡°El grabado era el ¨²nico arte al que acced¨ªa el pueblo para conocer acontecimientos hist¨®ricos¡±, explica el coleccionista, que pone sus obras, que luego se ver¨¢n en Sant Cugat, a disposici¨®n de quien las quiera exponer.
Mar¨¨s, Pamuk y la red de minimuseos
Seg¨²n el director del Museo Mar¨¨s de Barcelona, Josep Maria Trull¨¦n, la delicada muestra Una mirada a 1700 se enmarca en la l¨ªnea expositiva de convidar colecciones particulares para que dialoguen con piezas del propio museo. Trull¨¦n explic¨® a este diario que en un par de semanas su museo pasar¨¢ a formar parte de una red de peque?os centros de coleccionista europeos, formado por unos cinco centros. Sin querer adelantar nombres, Trull¨¦n mencion¨® el art¨ªculo publicado en marzo por el premio Nobel Orhan Pamuk en The New York Times sobre museos peque?os, en el que, aparte de citar el Museo Mar¨¦s, habl¨® del Gustave Moreau de Par¨ªs, el Bagatti Valsecchi de Mil¨¢n, el Rockox House de Antwerp, el Mario Praz de Roma o el Museo de la Inocencia de Estambul, creado por el propio Pamuk.
Las im¨¢genes son exquisitas, y algunas in¨¦ditas y ¨²nicas, como la de Felipe V, en un grabado de 1701 de Joan Baptista Ravanals, como rey de Espa?a con sus atributos: la corona real, la espada ceremonial y el Tois¨®n de oro. ¡°Felipe V jam¨¢s visti¨® as¨ª, y de hecho esta imagen corresponde a la forma de mostrarse en ceremonias de Carlos III¡±, asegura Gelonch delante de esta imagen que adquiri¨® a un coleccionista valenciano.
De entre los diversos grabados destacan el desembarco de la reina Elisabet Cristina de Brunswick en Matar¨® o su posterior llegada a Barcelona. en ambos casos, los protagonistas aparecen siempre en posturas solemnes y rodeados de s¨ªmbolos de poder real, una imagen que, con la difusi¨®n de estos grabados ¡ªbien dentro de libros o a la venta en plazas y mercados en pliegos de cordel¡ª, no hac¨ªan m¨¢s que multiplicar y extender su imagen real y las hac¨ªan m¨¢s ¨²tiles para su uso pol¨ªtico.
Despu¨¦s de los grabados con vistas de la ciudad de Barcelona, Tarragona, Lleida o Tortosa, creados con la doble finalidad de mostrar c¨®mo eran las ciudades conquistadas o para proporcionar informaci¨®n detallada de las que eran objetivo de conquista, se muestran los escenarios, los paisajes y la cartograf¨ªa de la guerra, en auge en aquella ¨¦poca.
Tambi¨¦n, son notables los destinados a algunos de los protagonistas mayores del escenario pol¨ªtico-militar del momento: as¨ª, est¨¢ un retrato de gran valor (por los pocos que se conservan de ¨¦l) del archiduque Carlos, o los de los duques de Berwick (borb¨®nico) y de Peterborough (austracista), as¨ª como planos de las batallas de Almenar (1710), Prats de Rei (1711) y Cardona (1711), adem¨¢s de los asedios de Barcelona de 1705 y 1714, sitio que se muestra a partir de seis famosas im¨¢genes grabadas en 1750 por Jacques Rigaud, que refleja con gran exactitud las diferentes fases del asalto de las tropas borb¨®nicas que culmin¨® el 11 de septiembre.
La exposici¨®n, asesorada por el historiador Xevi Camprub¨ª y que permanecer¨¢ abierta hasta noviembre, se completa con otras treinta piezas de gabinete del propio Museo Mar¨¦s que ilustran los objetos la vida cotidiana y dom¨¦stica. Es el caso de unos naipes, un abanico, pendientes, colgantes, dos marcelinas para tomar chocolate de plata, un tintero o un bote para confitura, entre otros.
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