El Fandi se mete la gente en el bolsillo

Poco toro de contenido, el que abri¨® plaza, para Ponce. Justo de fuerzas, cumplidor en el tr¨¢mite de varas y con poca entrega en banderillas. Pero toro con buen fondo. Con excelente aire, pese a todo. Hasta el ¨²ltimo aliento lo aprovecho Ponce. Sin molestarle, con la muleta a media altura siempre tanto por el lado derecho como por el izquierdo. Se jale¨® m¨¢s en el tendido lo superficial que lo m¨¢s puro. Mas la nota de superioridad de Ponce fue rotunda: nunca dio la impresi¨®n de tener rival.

Sin entrega de principio a fin, el cuarto. Dos veces fue el caballo, la primera al relace. En una se dej¨® y le pegaron bien, en la otra entr¨® y sali¨® sin permiso de nadie. En ambas, se march¨® sueltecillo. Para la muleta fue toro de ni fu ni fa. Plano de todo. Al paso, desganado, tom¨® el enga?o a rega?adientes. Ponce lo trat¨® con educaci¨®n, pero ni por esas. No estaba el de Las Ramblas por la labor y en un descuido le quit¨® la muleta a Ponce. Ah¨ª acab¨® la historia. Ponce mont¨® la espada y se quit¨® de encima tan desabor¨ªo morlaco. Combate nulo.

Dos largas de rodillas, en el tercio, fue el saludo de El Fandi a su primero. Buen toro desde que salto al ruedo este de Las Ramblas. Tuvo su estilo en el caballo y mucha alegr¨ªa y pies en banderillas. Fandi le hizo un quite por chicuelinas y el remate de una serpentina, antes de tomar los palos. Tres pares, tres. Uno al cuarteo, otro al molinillo y un tercero corriendo hacia atr¨¢s. La plaza boca abajo, en una demostraci¨®n atl¨¦tica de Fandi rotunda. Pero los seis palos en lo alto, que es lo que cuenta. La faena de muleta pes¨®. M¨¢s cantidad que calidad. Entre los rodillazos de inicio y los molinetes de igual guisa finales, hubo mucho pase. Un natural enroscado, dentro de una serie, fue lo mejor. La faena pes¨® por larga y no encendi¨® la mecha sino hasta los minutos finales. Un aviso le lleg¨® antes de enterrar todo el estoque y ahora s¨ª que la gente reaccion¨®. La estocada, algo pasada, fue rotunda. Entrando a ley.

Con otra larga cambiada recibi¨® El Fandi al quinto. Tras pasar el tr¨¢mite de varas, el toro soporto cuatro pares de banderillas de El Fandi pedidos por plesbicito popular. Fallido el primero, los otros tres fueron marca de la casa. El ¨²ltimo, al viol¨ªn, desat¨® el delirio. De hinojos inicio la faena Fandi y de entre tanta cantidad de muletazos, una serie con la izquierda result¨® impecable, pero como el gent¨ªo estaba por otras cosas, Fandi no dud¨® en dar lo que la gente quer¨ªa. Populismo y todo bien celebrado en el tendido. La estocada final, de efectos r¨¢pidos, auparon al torero salir triunfador absoluto.

El tercero de la tarde no le dio opci¨®n a Perera. Con un picotazo lo aviaron en varas y el toro se puso a esperar en banderillas. No enga?¨® en el tercio final: sin entrega, con derrote al final de cada muletazo, fue sumando puntos negativos hasta llegar a buscar una salida de la muleta. El esfuerzo de Perera fue in¨²til y con el toro huido a terrenos de toriles acab¨® el cap¨ªtulo.

El sexto tampoco le puso las cosas f¨¢ciles a Perera. El de Las Ramblas, algo descompuesto, no se ofreci¨® nunca sincero. Perera le busc¨® por aqu¨ª y por all¨¢; por la derecha y por la izquierda, mas no siempre con resultado positivo. En alg¨²n momento pareci¨® que la faena se le amontonaba y en otro, el toro le rob¨® la muleta y lo dej¨® desarmado. Responsable Perera, tuvo que buscar recursos para que el toro no cantara la gallina. Que, al final, la cant¨®.