Las grabaciones del ¡®caso Brugal¡¯ completan la investigaci¨®n de G¨¹rtel
Los pinchazos a Enrique Ortiz y al 'ex n¨²mero tres¡¯ del PP se incorporan de una causa a otra La conversaciones ofrecen claves sobre la financiaci¨®n ilegal de los populares
Los casos G¨¹rtel y Brugal, las dos grandes macrocausas de corrupci¨®n que han puesto patas arriba la pol¨ªtica valenciana en los ¨²ltimos cinco a?os, convergen a trav¨¦s de las grabaciones policiales de conversaciones telef¨®nicas. Los protagonistas de las escuchas son Enrique Ortiz, tot¨¦mico constructor que posee la mayor parte del suelo urbanizable de Alicante, imputado en ambos procedimientos. Y David Serra, ex n¨²mero tres del PP, imputado en G¨¹rtel por supuesta financiaci¨®n ilegal.
Las conversaciones revelan, seg¨²n la polic¨ªa y la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n (que fue quien solicit¨® su uni¨®n desde el caso Brugal al caso G¨¹rtel), las gestiones de la direcci¨®n de los populares valencianos en la etapa del expresidente Francisco Camps para que el constructor pagase a Orange Market, filial valenciana del grupo de Francisco Correa, actos electorales que la empresa hab¨ªa organizado para el partido. La preocupaci¨®n de ambos interlocutores cuando el juez Baltasar Garz¨®n destap¨® la trama. Su cabreo conforme empieza a conocerse el contenido de los informes policiales que les incriminan en la financiaci¨®n ilegal. Y los tratos de favor que el gran patriarca del ladrillo alicantino reclama al vicesecretario de Organizaci¨®n del PP, en el ¨¢mbito de las obras, el sanitario o el del calendario de la Liga (Ortiz es propietario del H¨¦rcules de Alicante), encontrando receptividad al otro lado de la l¨ªnea.
Y ello a pesar de que Serra y Ortiz son conscientes del riesgo que representa hablar por tel¨¦fono, por si est¨¢ intervenido. La sospecha les lleva a hablar a menudo con circunloquios, extra?os giros y palabras que parecen contener claves privadas. Y a concertar citas en parajes desolados, como ¡°el peaje de La Vila [Joiosa]¡±. El temor queda reflejado en una conversaci¨®n intervenida el 11 de julio de 2009, a las 15.11 minutos. Empieza hablando Serra:
¡ªTodo bien.
¡ªTodo en orden.
¡ªOye, no solamente una cosita. ?Este tel¨¦fono se... podemos hablar tranquilamente?
¡ªPues no lo s¨¦¡ª, responde Ortiz.
Meses antes, en otra conversaci¨®n del 29 de enero, a pocos d¨ªas antes de que estalle la bomba G¨¹rtel, tratan aparentemente sobre el pago a Orange Market. Seg¨²n la investigaci¨®n, Ortiz fue unos de los siete empresarios de la construcci¨®n y la obra p¨²blica que financiaron irregularmente actos de campa?a del PP en 2007 y 2008. Comienza Serra:
¡ªOtra cosita, con lo que tenemos pendiente, del proveedor nuestro que habl¨® con Muguruza [empleado de Ortiz]...
¡ªS¨ª.
¡ªCreo que ya lo tienen todo pertrechado y, claro, lo que me dicen que necesitar¨ªan es que les hag¨¢is ya el pago...
¡ªDi orden de solucionarlo. De todas formas te lo compruebo.
¡ªVale compru¨¦balo, te lo digo porque..., se ve que van... Tienen problemas de tesorer¨ªa.
La conversaci¨®n es presuntamente el reverso de otras que ya obraban en el sumario de G¨¹rtel. Estas descubr¨ªan las presiones que ?lvaro P¨¦rez, El Bigotes, ejerci¨® en esas fechas sobre Serra, el entonces secretario general del PP valenciano, Ricardo Costa, y el vicepresidente de la Generalitat, Vicente Rambla, para cobrar trabajos para el partido cuyo abono se demoraba.
En el verano de 2009 las conversaciones entre ambos transmiten nervios. Supuestamente por el riesgo de que la investigaci¨®n judicial descubra las trampas para encubrir la financiaci¨®n ilegal. Para disimular los pagos de actos electorales, la empresa del grupo Correa emiti¨® facturas a los constructores, entre ellos Ortiz, por servicios que seg¨²n la polic¨ªa y Hacienda no existieron. La primera frase es del dirigente del PP:
¡ªNada, simplemente una cosa, todo lo de las facturas...
¡ªAh, bien.
¡ªQue lo teng¨¢is atado y... pertrechado...
¡ªS¨ª.
¡ªClaro hombre, que teng¨¢is... Que est¨¢ todo bien, todo bien. Pero que lo teng¨¢is todo...
¡ªTodo en orden.
¡ªTodo en orden. Simplemente es eso, que lo teng¨¢is todo bien.
El 22 de agosto de 2009, Serra traslada un mensaje a Ortiz:
¡ªLo que est¨¢bamos esperando me dicen que ya ha llegado.
¡ªAh, ?s¨ª?¡ª, responde Ortiz.
¡ªSolamente eso, que ya ha llegado la cajita de naranjas a Valencia.
¡ª?Y qu¨¦ tal?
¡ªBueno, pues ya te contar¨¦ cuando las abra. Yo solamente quer¨ªa que lo supieses.
Dos d¨ªas despu¨¦s retoman la conversaci¨®n. La coincidencia entre las naranjas que Serra dec¨ªa estar esperando y el nombre de la empresa de El Bigotes, Orange Market, se hace m¨¢s sonora. Discuten sobre cu¨¢ndo encontrarse. Habla Ortiz:
¡ª?Hay necesidad de que nos veamos antes?
¡ªNo, no, necesidad no. Yo solo quer¨ªa que supieses lo de las naranjas y ya est¨¢.
¡ª?Y cu¨¢ndo van a empezar a dar foll¨®n? ?Eh? ?Cu¨¢ndo van a empezar a dar foll¨®n?
¡ªAh, no lo s¨¦, 15 d¨ªas, 10 d¨ªas... O no empezar igual, ?eh?
Un mes m¨¢s tarde EL PA?S public¨® el contenido de unos informes policiales demoledores que describ¨ªan la supuesta mec¨¢nica de una trama montada entre la direcci¨®n regional del PP y empresarios, entre ellos Ortiz, para financiar ilegalmente al partido. Conversaciones anteriores sugieren que Serra conoc¨ªa la llegada de los informes y su contenido por adelantado. En aquel momento, el Tribunal Superior de Justicia valenciano estaba presidido por Juan Luis de la R¨²a, a quien Camps consideraba un gran amigo. De la R¨²a rechaz¨® investigar los informes policiales, lo que retras¨® dos a?os la apertura de la causa sobre la financiaci¨®n en Valencia. Las informaciones period¨ªsticas irritan a Serra y Ortiz. El segundo propone pasar a la ofensiva:
¡ªEl tema es que os van a dar hostias por un tubo, como no salgamos nosotros diciendo que esto es as¨ª y defendiendo el tema.
¡ªS¨ª, totalmente de acuerdo.
¡ªPorque habr¨¢ que ver el informe ese al que se refieren, si es un polic¨ªa de... afiliado al PSOE y mandado del PSOE, porque esto no es normal.
¡ªEs un esc¨¢ndalo Enrique.
Las escuchas revelan, adem¨¢s, una estrecha relaci¨®n entre ambos, basada aparentemente en el intercambio de favores. Al final de la ¨²ltima conversaci¨®n intervenida, en septiembre de 2009, por ejemplo, Ortiz le pide a Serra que cambie la fecha del partido que va a enfrentar al H¨¦rcules y al Elche porque coincide con la boda de su hija. Para conseguirlo, el constructor le pide al n¨²mero tres del PP que consiga que Canal 9 se eche atr¨¢s y no lo retransmita. En este caso, el poderoso constructor no logr¨® su objetivo.
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