El ritmo de lo apacible
Damon Albarn fue una de las primeras estrellas en desfilar ayer por los escenarios del festival Cru?lla
Con tranquilidad y calma, de manera armoniosa, como si todo aquello fuera, en el F¨®rum, una sesi¨®n de taich¨ª. No lo era, se trataba de un festival arrancando sin prisas, poco a poco, dando una dimensi¨®n apacible a lo que suelen ser prisas, carreras y tensi¨®n propias de otros festivales. El Cru?lla de Cultures, que arranc¨® ayer y concluir¨¢ ma?ana domingo, ofreci¨® desde el comienzo su cara amable, y no es que los dem¨¢s sean festivales impertinentes, es que ¨¦ste tiene otro paso, otro latido, otra configuraci¨®n. Con el F¨®rum acotado hasta parecer un recinto que se puede recorrer sin ser un fondista et¨ªope, el Cru?lla fue acogiendo a sus espectadores en la primera jornada, que ya desde las primeras horas ofreci¨® estampas en las que destacaba alguna embarazada y ni?os que bajo la luz del sol cenaban en sus tarteras aprovechando que los menores de 12 a?os tienen la entrada gratis. Lo dicho, otro perfil de festival.
Conste que tambi¨¦n estaban los ¡°pintas¡± que siempre se dejan ver en situaciones as¨ª, como el asistente que paseaba, satisfecho, vestido de osito de peluche. Tal cual. En otro lugar quiz¨¢s no hubiese desentonado, all¨ª cantaba. La mayor parte del p¨²blico, sin una adscripci¨®n est¨¦tica determinada, cabria dentro del amplio aunque a la vez espec¨ªfico apartado de ¡°gente normal¡±. Y no, no es que el resto de p¨²blico festivalero no sea normal, es que se define por atuendos pensados para definir, no como en el Cru?lla, donde en general las pintas no son particularmente destacables. Bien, s¨ª, el p¨²blico que ya a primera hora disfrutaba con la juerga de Bongo Botrako lo ¨²nico ruidoso en aquellos momentos en el escenario m¨¢s apartado del recinto, s¨ª que ten¨ªa un cierto aire postnuclear, ll¨¢meselo tambi¨¦n despeinado o desali?ado, pero no resultaba definitorio de lo que acog¨ªa el F¨®rum, donde por cierto estaba c¨®modamente sentado en una tumbona toda una instituci¨®n, un Pau Riba que segu¨ªa con atenci¨®n el concierto de la Orquesta Fireluche, que dedic¨® un tema a otro m¨²sico all¨ª presente, Joan Colomo.
La m¨²sica de las primeras horas tuvo perfil apacible, en especial con el arranque de los australianos Angus & Julia Stone, abandonados al folk con notable lado mel¨®dico, m¨²sica id¨®nea para degustar a aquellas horas, a¨²n bajo el sol, y justo al lado del mar. M¨¢s tarde fue la primera estrella de la tarde noche la que reclam¨® su protagonismo. Se trataba de Damon Albarn, presentado su disco en solitario en un concierto que promet¨ªa piezas que retratar¨ªan toda su carrera discogr¨¢fica, todo y que su ¨²ltimo disco, Everyday robots, copar¨ªa el repertorio. Satisfecho y aparentemente contento arranc¨® con Lonely press play, sigui¨® tras el piano con la pieza que da t¨ªtulo a su ¨²ltimo trabajo y con Kids with guns ya se acord¨® de Gorillaz, uno de sus proyectos post-Blur, banda de la que ten¨ªa previsto recuperar alguna pieza que no recordase en exceso al brit-pop. Tal pareci¨® que Damon est¨¢ sabiendo envejecer, y lo hizo en un festival en el que dadas su dimensiones y calidad de servicios ¡ªlos asistentes ya ponderaban la calidad de la croquetas que serv¨ªa a buen precio en uno de los restaurantes¡ª tener a?os no penaliza m¨¢s all¨¢ de lo razonable. Un lugar en el que se puede comer en condiciones haciendo olvidar los a?os de festivales en los que la prote¨ªna ingerida parec¨ªa surgir de las pulgas del perro del cocinero, ayuda sobremanera.
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