¡®Corrupcianos¡¯
Despilfarradores, corruptos y ahora, tras la acusaci¨®n de la UE al Consell de falsear sus cuentas durante a?os, tramposos
Despilfarradores, corruptos y ahora, tras la acusaci¨®n de la Uni¨®n Europea (UE) al Consell de falsear sus cuentas durante a?os, tramposos. Asi ve una gran parte de Espa?a a los valencianos. Con los antecedentes y los t¨®picos que nos persiguen de unos a?os a esta parte no deber¨ªa sorprendernos demasiado que un lector, en un comentario a la informaci¨®n publicada sobre la iniciativa de Bruselas, nos adjetivara como corrupcianos. Un simplismo que pretende ser ingenioso, pero que en absoluto se corresponde con la realidad. Despilfarradoras, corruptas y tramposas han sido unas ¨¦lites extractivas de las que han formado parte dirigentes del PP con mando en plaza en la Administraci¨®n auton¨®mica, algunos empresarios especuladores y gestores de las instituciones financieras. Pero no todos ¡ªni tan siquiera la mayor¨ªa¡ª de los cargos p¨²blicos en el poder o en la oposici¨®n, ni todos los emprendedores, ni todos los banqueros. Mucho menos los ciudadanos de la Comunidad Valenciana, que soportan con verg¨¹enza unos clich¨¦s a los que, si alguna responsabilidad les cabe, es la de haber contribuido con su pasividad ante tanto desm¨¢n durante la ¨¦poca de la burbuja inmobiliaria.?
La investigaci¨®n abierta por Bruselas por la manipulaci¨®n ¡°sistem¨¢tica¡± de datos referidos a la deuda y al d¨¦ficit por parte del Consell representa un duro golpe a las aspiraciones de una sociedad que, por primera vez en muchos a?os, intentaba levantarse de la postraci¨®n y el ninguneo a la que viene siendo sometida desde los diferentes gobiernos centrales. El movimiento (rebeli¨®n, la han llamado algunos) de los representantes de las patronales apoyados por el Gobierno de Alberto Fabra y los partidos de la oposici¨®n para reclamar al ministro de Hacienda, Crist¨®bal Montoro, inversiones en infraestructuras con que situar a la Comunidad Valenciana en la media nacional o un fondo de nivelaci¨®n de mil millones para paliar la infrafinanciaci¨®n auton¨®mica, ha quedado seriamente debilitado. El golpe ha sido de tal magnitud que hay quien piensa que detr¨¢s de la maniobra de la UE est¨¢ la mano del aqu¨ª denostado Montoro. No es verdad. Pero s¨ª lo es que el hachazo europeo le viene de perlas al ministro para seguir reclamando m¨¢s recortes en educaci¨®n (500 millones) y en sanidad (600) y diferir cualquier compromiso sobre inversiones.
Qu¨¦ hacer ahora. Desde luego no seguir la senda iniciada por la vicepresidenta del Gobierno, S¨¢enz de Santamar¨ªa, y seguida por la coordinadora general el PP valenciano, Sin complejos Bonig, que se han limitado a endosarle el problema a Rodr¨ªguez Zapatero. Una mentira urdida y llevada a cabo por los consejeros de Econom¨ªa y Hacienda del PP, Gerardo Camps y Jos¨¦ Manuel Vela, para manipular el d¨¦ficit ocultando facturas sanitarias en los cajones por valor de 1.800 millones ?y la culpa es de los socialistas? La pol¨ªtica ¡°sin complejos¡± del PP ha hundido a la Comunidad Valenciana en un lodazal del que le va a costar salir y, m¨¢s a¨²n, quitarse de encima la costra de suciedad que va a quedar. Algunos dirigentes del PP cuando piden que se act¨²e ¡°sin complejos¡± parecen estar diciendo ¡°sin escr¨²pulos¡±. Ellos sabr¨¢n.
Mejor ser¨ªa explicar que las reclamaciones que hace Bruselas fueron atendidas en su d¨ªa y que las mismas se han abierto en virtud de la gobernanza econ¨®mica que se implant¨® en 2012 mientras que los hechos investigados llegan hasta 2011. No parece razonable que la normativa se aplique con car¨¢cter retroactivo. Pero para llegar ah¨ª hace falta un poco m¨¢s de trabajo y un poco menos de sectarismo. Mientras esto no suceda, seguiremos siendo corrupcianos.
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