Un manifiesto que da miedo
Trato de imaginar algo m¨¢s firme que la firmeza de Rajoy y me sale la suspensi¨®n de la autonom¨ªa y la detenci¨®n de Mas
En v¨ªsperas del ansiado encuentro entre Mariano Rajoy y Artur Mas, coinciden dos manifiestos emitidos la semana pasada. Uno de los dos, sin embargo, me transmiti¨® una sensaci¨®n verdaderamente de inquietud, por no decir casi de miedo. El que se titula Libres e iguales. Del contenido del mismo me llam¨® la atenci¨®n y, a la vez me produjo un cierto escalofr¨ªo, la reiterada apelaci¨®n a la firmeza en su presentaci¨®n. Me pareci¨®, cuando la le¨ª reproducida en la prensa, que tal palabra no estaba embargada del halo habitual de integridad y ¨¦nfasis que se exige poner a la hora de las decisiones inequ¨ªvocas, sino de una conminaci¨®n al rigor y a la intransigencia marcial.
Del segundo, titulado Una Espa?a federal en una Europa federal, se debe subrayar el esp¨ªritu de encuentro, el reconocimiento de la diversidad cultural y ling¨¹¨ªstica de los pueblos de Espa?a. Echo en falta, no obstante, una m¨¢s clara definici¨®n de una Espa?a plurinacional: no basta ya con reiteradas y bien intencionadas apelaciones al reconocimiento de una Espa?a diversa, que ya todos sabemos que lo es solo con mirar y o¨ªr un poco por nuestra piel de toro. Pero, as¨ª y todo, se agradece a sus firmantes (?ngel Gabilondo, Almudena Grandes, Joaqu¨ªn Estafan¨ªa, Caballero Bonald, Luis Garc¨ªa Montero, Jos¨¦ Luis Cuerda, Emilio Ontiveros, entre otras destacadas firmas) sus ganas de arrimar el hombro con buena voluntad y sensatez en un debate crucial de nuestro presente.
Vuelvo al primer manifiesto. Lo releo para ver si encuentro un min¨²sculo punto de acuerdo. Algo que me haga comprender la raz¨®n por la que poetas como Eloy S¨¢nchez Rosillo (uno de los mayores poetas espa?oles de los ¨²ltimos treinta a?os) o cineastas como Jos¨¦ Luis Garci (due?o de dos o tres pel¨ªculas claves en el cine espa?ol y autor del mejor estudio sobre Ray Bradbury que le¨ª) pudieron colaborar en la redacci¨®n de un texto tan lleno de resentimiento y cerraz¨®n ideol¨®gica. Me fijo en su gram¨¢tica severa: ¡°Reclamamos al Estado que aplique toda la ley y advierta con claridad de las consecuencias de violarla. Ninguna infracci¨®n debe quedar impune y ninguna sentencia puede ser desacatada¡±.
En v¨ªsperas del encuentro entre Rajoy y Mas, coinciden dos manifiestos. Uno de los dos me transmiti¨® gran inquietud, por no decir casi miedo.
Escrib¨ª m¨¢s arriba que en la presentaci¨®n de dicho manifiesto algunos de sus firmantes exigieron al Ejecutivo mayor firmeza ¡°ante el desaf¨ªo secesionista catal¨¢n¡± que ¡°pretende romper la convivencia entre los espa?oles¡±. Entonces es cuando se impone un inevitable interrogante. ?Cu¨¢l es el nivel de mayor firmeza que se puede exigir a alguien que ya de por s¨ª se ha especializado en esgrimir un no rotundo y contumaz a toda propuesta de reconfiguraci¨®n de la Espa?a de las Autonom¨ªas en un Estado mucho m¨¢s audazmente federal?
Esta pregunta se la tendr¨ªan que hacer los firmantes del Manifiesto presididos por el escritor Mario Vargas Llosa, el columnista del diario El Mundo Arcadi Espada y Cayetana ?lvarez de Toledo, una de las principales cabezas pensantes del laboratorio de ideas del Partido Popular, entre otros. Trato de imaginarme (poniendo toda la imaginaci¨®n que parece que no pusieron los firmantes) algo m¨¢s firme que la firmeza de Rajoy y no me sale ning¨²n escenario que no sea la suspensi¨®n de la Autonom¨ªa de Catalu?a y la puesta en prisi¨®n y posterior juicio al presidente de la Generalitat. Me sale esto, por no salirme algo mucho peor.
No somos pocos en Catalu?a los que abogamos por el encuentro entre Rajoy y Mas. Por el encuentro y por la negociaci¨®n donde los dos tengan que perder algo en beneficio de Catalu?a y Espa?a. Este mismo diario la semana pasada abog¨® en su editorial , para que se pusiera sin dilaci¨®n fecha y hora al encuentro. Cuando todav¨ªa estamos celebrando que los equipos de ambos presidentes est¨¦n ya elaborando la agenda y posiblemente el contenido de dicha reuni¨®n, resulta que nos sale el peor grano que le puede salir a las ganas de que este contencioso entre Espa?a y Catalu?a se comience a resolver: el grano de la intolerancia de la peor derecha espa?olizadora.
Se le pide en ese papel a Rajoy que no ceda ni un mil¨ªmetro. Releo los fundamentos del Manifiesto de Vargas Llosa y compa?¨ªa (no sea que lo haya interpretado mal) y no s¨¦ si comenzar a inquietarme de veras. Me pareci¨® hasta ahora que est¨¢bamos en un proceso de posible cambio, de apasionante cambio, de una muy plausible Espa?a de estructura federal asim¨¦trica. Donde nadie se sintiera inc¨®modo. Ciudadanos de su territorio reconocido y ciudadanos espa?oles.
Me parece todo ello posible hasta que aparece la Espa?a amenazadora. En medio de una peque?a esperanza, una ominosa exigencia de firmeza. Y, si no he le¨ªdo mal, una velada invitaci¨®n a pasar a la acci¨®n. ?De qu¨¦ tipo de acci¨®n estamos hablando, se?or Vargas Llosa? No deduje entrar en ning¨²n proceso constituyente. Ni en la modificaci¨®n de nuestra carta Magna.
PD: Una pregunta a los servicios de deporte de TV3: ?Por qu¨¦ se le dedica tanto espacio y tiempo a la F¨®rmula 1 y a las competiciones de motos y tan solo menos de medio minuto al Tour de Francia?
J. Ernesto Ayala-Dip es cr¨ªtico literario.
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