¡®Lo somni¡¯ del presidente Fabra
Esa misma noche Alberto Fabra, a pesar de la triple raci¨®n de Dormidina que hab¨ªa ingerido, no consegu¨ªa conciliar el sue?o
La noche anterior a su intervenci¨®n en el Campus FAES, el balneario de verano de la derecha, Una, Grande y Reunida, el Presidente after-shave Alberto Fabra daba los ¨²ltimos retoques a su conferencia. La comunidad auton¨®mica que durante a?os hab¨ªa dado tantas ¡°noves gl¨°ries a Espanya¡± y a la jefatura de la calle Genova, de un tiempo a esta parte estaba hecha unos zorros. No hab¨ªa jornada ni primeras noticias con alguna masclet¨¤ informativa, ya fuera sobre un nuevo caso de corrupci¨®n entre el S¨¨nia y el Segura, la marca del pijama de uno de los imputados o la conexi¨®n entre el caqui Persimon y el d¨¦ficit fiscal de la Comunidad Valenciana. "Aqu¨ª¡ aqu¨ª... aqu¨ª no hay quien viva" se repet¨ªa para sus adentros el presidente a modo de mantra penitencial mientras repasaba su intervenci¨®n en el Campus Party de FAES.
Esa misma noche Alberto Fabra, a pesar de la triple raci¨®n de Dormidina que hab¨ªa ingerido, no consegu¨ªa conciliar el sue?o. Al d¨ªa siguiente deber¨ªa dar la cara delante de los jefes y seguro que todas las miradas estar¨ªan puestas sobre ¨¦l, no como en los tiempos de Camps, que solo miraban los trajes que estrenaba para la ocasi¨®n. Necesitaba con urgencia un sue?o profundo y reparador despues de tantos sobresaltos en los ¨²ltimos tiempos. Un sue?o que comenzaba, despues que la triple raci¨®n de Dormidina hubiera hecho sus primeros efectos, con una voz hipn¨®tica y unas palabras que le resultaban bastante familiares: "Fabra¡ Fabra¡ Fabra¡"
En un primer momento del sue?o pens¨® que se trataba de alg¨²n antepasado o del expresidente de la Diputaci¨®n, Carlos Fabra, que le enviaba un mensaje cifrado para el pr¨®ximo sorteo de la Loter¨ªa Nacional. Otra vez escuchaba aquella voz hipn¨®tica como un eco cada vez m¨¢s pr¨®ximo: ¡°Fabra¡ Fabra¡ Fabra¡¡± Y de golpe y porrazo y en carne y sue?o se le aparec¨ªa el mism¨ªsimo Pompeu Fabra, el otro Fabra y padre de la ortograf¨ªa moderna catalana. Como penitencia escolar, el gram¨¢tico noucentista le castigaba a permanecer con los brazos en cruz sosteniendo los diez tomos ¡ªcinco en cada mano¡ª del Diccionari Catal¨¢-Valenci¨¤-Balear hasta aprender a pronunciar correctamente el trabalenguas "Setze Jutges d¡¯un penjat mengen fetge d¡¯un penjat". Con la cabeza, por su parte, aguantaba el Diccionari de la Llengua de la AVL.
Cuando parec¨ªa que el espectro de Pompeu Fabra hab¨ªa regresado a su tumba de Prades, all¨¢ en el Rosell¨®n, las notas de la Moixeranga, que un principio confundi¨® con la obertura de un concurso televisivo, le anunciaron la entrada triunfal del ej¨¦rcito austracista en el Palau de la Generalitat proclamando la independencia del Reino de Valencia. Al frente de las tropas, formadas por exempleados de Canal 9, afiliados del Sindicato STEPV, votantes de Comprom¨ªs, Izquierda Unida y otras formaciones, se encontraba el exconseller Rafael Blasco, que en venganza hab¨ªa decidido pasarse en el ¨²ltimo momento al ejercito opositor. La TV3 segu¨ªa el acto en directo junto con InfoTV y la conducci¨®n televisiva de la periodista Am¨¤lia Garrig¨®s, que entre comentario y comentario, aprovechaba para hacerse un selfie en directo con los amotinados. Como simbolo de la victoria secesionista el retrato presidencial colgaba boca abajo de la fachada central del Palau mientras la Orquesta Municipal dirigida por Carles Santos tocaba el pasodoble Paquito El Chocolatero con gran solemnidad.
Empapado en sudor y en mitad de la noche, Alberto Fabra se despert¨® ¡ªy de paso a media finca¡ª gritando: "Setze Jutges d¡¯un jutjat mengen fetge d¡¯un penjat" que en un primer momento los vecinos confundieron con la pr¨¢ctica de alguna clase de rito vud¨², a la vista de la pronunciaci¨®n tan ex¨®tica que sal¨ªa de los labios del presidente. Mir¨® en el despertador de la mesita. Eran las 3 de la ma?ana. Todav¨ªa faltaban algunas horas para coger el Ave hacia Madrid. Hab¨ªa que aprovechar el sue?o que quedaba. El discurso ya estaba acabado pero igual le daba otra vuelta de tuerca durante el trayecto. Y la pr¨®xima vez, en lugar de Dormidina, probar¨ªa con una tisana de melisa y pasiflora.
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