?Afianzar una tercera v¨ªa?
Para lograr suficiente respaldo ciudadano, la opci¨®n federal requiere una mayor concreci¨®n y una validaci¨®n popular directa
La tercera v¨ªa frente a la secesi¨®n se afianza entre los catalanes era el titular de una informaci¨®n de este diario (20/07/2014) que comparaba los resultados de dos encuestas de Metroscopia (mayo y julio 2014). Al examinar el cuadro de datos, se comprobaba que la opci¨®n tercera v¨ªa conservaba efectivamente un primer lugar entre las preferencias ciudadanas (38%). Pero perd¨ªa cinco puntos en el total de las preferencias de los encuestados con respecto al sondeo anterior. Cinco puntos que ganaban, a su vez, quienes manifestaban su apoyo a la independencia (31%), acortando la distancia entre ambas opciones. Extra?o afianzamiento, por tanto, cuando se comprueba en las propias cifras que el atractivo de la posici¨®n afianzada se ha debilitado sensiblemente en los dos ¨²ltimos meses.
?C¨®mo explicar esta original lectura de los datos? Es llamativa la deriva que padecen las informaciones sobre el asunto, el proceso, el desaf¨ªo o como se quiera bautizarlo. La parcialidad es inevitable en las abundantes piezas de opini¨®n que prodigan los medios, como ocurre en este mismo art¨ªculo. O en las intervenciones de tertulianos rebautizados como analistas. Tambi¨¦n es explicable la militancia en la l¨ªnea editorial de los medios, una l¨ªnea que se expresa a veces abiertamente, a veces de manera indirecta en la selecci¨®n de sus comentaristas, debidamente dosificados en su diversidad o en la relevancia recibida por sus respectivas colaboraciones. M¨¢s sorprendente y m¨¢s discutible, en cambio, parece la adjetivaci¨®n valorativa que abunda en piezas presentadas como informaci¨®n y en la fabricaci¨®n de los titulares que las encabezan.
Pero vayamos a la cuesti¨®n de fondo. ?Invalidan interpretaciones tan peculiares de los datos la posibilidad de una tercera v¨ªa para el conflicto territorial espa?ol? Dudo que la beneficien, pero tampoco la invalidan. Porque es improbable que las otras alternativas en presencia ¡ªindependencia o statu quo¡ª alcancen apoyo suficiente para imponerse r¨¢pida y definitivamente. A la vista de los datos, la independencia parece ganar apoyos en la opini¨®n catalana. Y lo mismo puede decirse del statu quo constitucional ¡ªo incluso del deseo de recentralizaci¨®n¡ª en el resto de Espa?a. Pero en ninguno de los casos consiguen mayor¨ªas abrumadoras. Por consiguiente, no parece que dispongan de la fuerza eficaz para conseguir el triunfo f¨¢cil de sus respectivas opciones. De ah¨ª la hipot¨¦tica oportunidad para una tercera v¨ªa que algunos reclam¨¢bamos hace bastantes a?os y que otros reivindican ahora al percibir la gravedad de una situaci¨®n que antes se empe?aban en ignorar.
La viabilidad de la tercera v¨ªa est¨¢ supeditada a la disposici¨®n a la negociaci¨®n entre las partes
Para obtener el suficiente respaldo ciudadano del que carece en este momento, la tercera v¨ªa requiere una mayor concreci¨®n y una validaci¨®n popular directa. Si se avanza una propuesta federal como alternativa deseable es menester dotarla de mayor detalle. Porque no basta con utilizar el federalismo como un concepto-eslogan. Ya no es momento de divagaciones, sino de entrar en contenidos. Se trata de comprobar si una concreta propuesta federal permite dar una respuesta razonablemente funcional a las mayores carencias del statu quo actual: en lo simb¨®lico, en lo competencial, en lo fiscal.
Alguien responder¨¢ que las concreciones han de venir despu¨¦s de un proceso de deliberaci¨®n y negociaci¨®n, pero no antes. Es probable. Por ello, la viabilidad de la tercera v¨ªa est¨¢ supeditada a la disposici¨®n a la negociaci¨®n entre las partes. Y aqu¨ª radica uno de sus escollos principales porque esta disposici¨®n a negociar es a¨²n poco visible en algunos actores imprescindibles.
La segunda condici¨®n de posibilidad de una tercera v¨ªaes garantizar que recibe una validaci¨®n ciudadana directa. El resultado de la negociaci¨®n a la que me refer¨ªa deber¨¢ ser ratificado por el voto popular. En la cultura pol¨ªtica actual, se convierte en un requisito insoslayable para asegurar cierta consolidaci¨®n en cualquier opci¨®n que se proponga. La desconfianza instalada en la relaci¨®n entre ciudadan¨ªa y grupos dirigentes no se desarmar¨¢ con m¨¢s o menos sutiles argumentos jur¨ªdicos sobre la soberan¨ªa como los que se esgrimen para rechazar una intervenci¨®n ciudadana mediante consulta o refer¨¦ndum. Los buenos juristas son, a mi juicio, los que elaboran f¨®rmulas jur¨ªdicas capaces de dar salida a conflictos sociales, no los que se limitan a reiterar f¨®rmulas social y pol¨ªticamente fracasadas.
Negociar para concretar y consultar para consolidar: estas son, a mi juicio, las condiciones b¨¢sicas para afianzar -¡ªde verdad¡ª una tercera v¨ªa. Son condiciones tan dif¨ªciles a corto plazo que provocan el escepticismo sobre su viabilidad. Pero igualmente inviables se me presentan la continuidad tranquila del statu quo ¡ªpor maquillado que se ofrezca¡ª o el salto limpio hacia una separaci¨®n ¡ªpor f¨¢cil y sin costes que se prometa¡ª. De todo lo cual deduzco que nos aguardan todav¨ªa algunos a?os ¡ªno solo meses¡ª de turbulencias pol¨ªticas inevitables para las que hay que prepararse. Y si esta deducci¨®n alarma o desanima, sirva como consuelo el elevado riesgo de error que padecen muchos pron¨®sticos. En especial ¡ªcomo alguien dijo ir¨®nicamente¡ª los que se hacen sobre el futuro.
Josep M. Vall¨¨s es profesor em¨¦rito de Ciencia Pol¨ªtica (UAB).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.