Cuando Montju?c era el para¨ªso
Una exposici¨®n fotogr¨¢fica recupera la ¨¦poca en la que las fuentes de la monta?a eran los lugares predilectos de los barceloneses para sus celebraciones
A finales de la d¨¦cada de los setenta los barceloneses celebraban en Montju?c la verbena de Sant Joan. En un momento en el que la ciudad todav¨ªa viv¨ªa de espaldas a sus playas, familias enteras y grupos de amigos tomaban literalmente la monta?a durante unas horas para cenar mientras ve¨ªan el espect¨¢culo del fuego de las hogueras. La jornada, que sol¨ªa terminar con una charlotada en la plaza de toros de Las Arenas, era la ¨²ltima superviviente de una tradici¨®n que se remonta a la segunda mitad del siglo XIX en la que las clases humildes de Barcelona ¡ªla burgues¨ªa lo hac¨ªa en el Tibidabo¡ª, abandonaba la ciudad en busca de aire puro, momentos de liberaci¨®n y placer, para celebrar sus fiestas, sobre todo, junto a las numerosas fuentes repartidas por la monta?a. Durante esos momentos, Montju?c se convert¨ªa en una especie de para¨ªso, un lugar id¨ªlico para los ciudadanos que viv¨ªan en una ciudad rodeada de murallas, calles estrechas e insalubres en las que campaban epidemias como el c¨®lera, la fiebre amarilla o la simple gripe, que cada vez que visitaba la ciudad dejaba miles de muertos.
La exposici¨®n Baixant de la Font del Gat. Las fuentes populares de Montju?c instalada en una de las salas del castillo de Montju?c ¡ªun lugar que en varias ocasiones estuvo a punto de acabar con este idilio, como cuando Espartero bombarde¨® la ciudad en 1842¡ª recupera esta tradici¨®n no tan lejana en la que los barceloneses acud¨ªan masivamente en busca de descanso, un agua magn¨ªfica y unas inmejorables vistas. Y lo hace con im¨¢genes de fot¨®grafos como Frederic Ballell, Carlos P¨¦rez de Rozas, Josep Brangul¨ª o Josep Sagarra, que inmortalizaron bailes, fiestas, meriendas y juegos junto a veladores, glorietas y restaurantes.
Ballell, Brangul¨ª, P¨¦rez de Rozas o Sagarra, inmortalizaron este pasado reciente
Es el caso de la Font dels Tres Pins, en la que era costumbre hacer paellas y costilladas, o celebrar el entierro de la Sardina, la Font de la Trobada, situada por encima de la calle Nou de la Rambla y que se alimentaba del torrente de los Naranjos, la Font d¡¯en Conna, donde se instal¨® un merendero que desapareci¨® con la inauguraci¨®n del funicular en 1928, la Font de Vista Alegre, una de las menos populares porque su due?o imped¨ªa el baile para evitar incidentes, pero tambi¨¦n las de Santa Madrona, la de Sant Joan, la de Satalia, la del Geperut, en la que en 1879 se quem¨® un volc¨¢n artificial durante las fiestas de la Merc¨¨, la de Pesetas, famosa porque en 1884 se encontr¨® una jarra llena de oro, la de la Magn¨¨sia, la de Guatlla, la de Mamella o la de Esparver, entre otras. Pero ninguna como la Font del Gat, que da nombre a la exposici¨®n, popular por una famosa canci¨®n y en la que Josep Puig i Cadafalch construy¨® un restaurante que sigue abierto hoy en d¨ªa.
El agua es la protagonista de esta exposici¨®n, no solo por las im¨¢genes. Tambi¨¦n est¨¢ presente en el sonido que acompa?a al visitante en el que se reconoce el ininterrumpido ruido del agua al caer, los golpes de los c¨¢ntaros en la fuente y los gritos y las risas de los ni?os que juegan cerca. El elemento interactivo est¨¢ en los anises que se ofrecen para calmar la sed, tal y como se hac¨ªa a comienzos del siglo XX.
Imma Fondevila, responsable de proyectos de Magma Cultura, la empresa que gestiona la apertura del castillo de Montju?c desde el mes de marzo, asegura que la muestra es una iniciativa para que los barceloneses descubran el castillo de Montju?c ¡ªque recibi¨® algo m¨¢s de un mill¨®n de visitas en 2013¡ª tomado tradicionalmente por turistas. A esta exposici¨®n, abierta hasta el 30 de noviembre, le seguir¨¢n otras que pondr¨¢n de manifiesto diferentes aspectos de la monta?a: una sobre las fortalezas militares y castillos en octubre y otra, desde enero, sobre la cantera de piedra de donde han salido la mayor¨ªa de los edificios construidos en Barcelona. ¡°Ser¨¢n exposiciones muy did¨¢cticas en la que no faltar¨¢n obras del MNAC y l¨¢pidas romanas y jud¨ªas del Museo Arqueol¨®gico realizadas con esta piedra¡±, explica Fondevila.
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