Con los viejos amigos

Para la mayor¨ªa de los 4.000 asistentes al concierto de Belle and Sebastian, la pasada noche en la plaza de A Quintana, ver en directo a los escoceses supon¨ªa saldar una especie de cuenta pendiente con los viejos tiempos. Como volver a ver a los compa?eros de clase o reunirse con aquella pandilla de los veinte a?os, porque, a mediados de los 90, fueron las canciones de los de Glasgow la banda sonora de parte de una generaci¨®n que se identificaba con letras, entre la inocencia y el desasosiego, como la de "Judy and The Dream of Horses", la chica que lee con linterna debajo de las s¨¢banas.

Con esa canci¨®n llegaron ayer al t¨¦rmino de una hora de concierto, despu¨¦s de un peque?o descanso ofrecieron dos bises y todos para casa. En el conjuro contra la nostalgia comparecieron "I'm a Cuckoo", "If you are feeling sinister" y "The boy with the arab strap", que sonaron a fiesta alegre y tranquilita, enriquecidas por la variedad de instrumentos que interpretaron las 13 personas que llegaron a coincidir encima del escenario. Mucho bailoteo suave, chicas del p¨²blico en el palco, coros por lo bajo y aplausos sentidos a las alocuciones, algunas en un meritorio espa?ol. Entre unas cosas y otras, el recital se pas¨® volando y a¨²n as¨ª alg¨²n fan devoto tuvo tiempo para echar de menos alg¨²n cl¨¢sico del grupo que no son¨® en la caja de piedra compostelana. La experiencia fue bonita, pero la expectativa preve¨ªa algo mucho m¨¢s emocionante.