Pesebres peligrosos

Ximo Puig, secretario general del PSPV y nuevo responsable del ¨¢rea de Regeneraci¨®n Democr¨¢tica de la ejecutiva federal del PSOE, va a tener muy pronto la ocasi¨®n de demostrar que la voluntad pol¨ªtica de su partido de acabar con pr¨¢cticas que la sociedad repudia es algo m¨¢s que ret¨®rica. El mal comportamiento de algunos miembros de las ¨¦lites pol¨ªticas ha provocado una notable p¨¦rdida de la calidad democr¨¢tica y la desconfianza de importantes capas sociales hacia sus responsables p¨²blicos. La recuperaci¨®n de la credibilidad y la complicidad entre ciudadanos y pol¨ªticos no va a ser tarea f¨¢cil para ninguno de los dos grandes partidos, sobre todo en medio de una crisis econ¨®mica tan fuerte y tan duradera, en la que los populismos de derecha e izquierda con sus simples soluciones a problemas complejos encuentran un campo abonado para sus discursos.

Visto lo visto, las viejas pol¨ªticas deber¨ªan desaparecer de la pr¨¢ctica habitual de unos partidos obligados a cambiar si no quieren quedar reducidos a la nada. El congreso extraordinario del PSOE, celebrado el pasado fin de semana, apost¨® por ese cambio. La creaci¨®n de una secretar¨ªa de Regeneraci¨®n Democr¨¢tica va en ese sentido. Pese a todo hay quien no quiere enterarse y persiste en los errores que han espantado a los electores. A los socialistas en este caso.

La elecci¨®n de ?ngel Luna como adjunto a la Sindicatura de Greuges es un reconocimiento a su duro trabajo en la lucha contra la corrupci¨®n y la garant¨ªa de que seguir¨¢ defendiendo los intereses de los ciudadanos desde su nueva responsabilidad. Pero en su partido hay quien ha visto en su nombramiento la ocasi¨®n para abrir un pesebre en el que puedan pacer algunos excargos p¨²blicos del PSPV con el ¨²nico inter¨¦s de practicar el clientelismo.

A ning¨²n observador se le escapa el inestable equilibrio existente entre los socialistas alicantinos; pero intentar reforzar mayor¨ªas org¨¢nicas sobre la base del reparto de cargos no es la mejor credencial para un partido que aspira a gobernar con la bandera de la regeneraci¨®n por delante. La primera tarea de Puig para hacer cre¨ªble su trabajo en el PSOE la va a tener aqu¨ª, en la Comunidad Valenciana. El liderazgo en un partido y en la sociedad no se gana con pesebres, sino con un discurso coherente, s¨®lido y convincente. El secretario general del PSPV tiene, en el nombramiento de los cargos que tienen que acompa?ar a Luna en la Sindicatura de Greuges, una magn¨ªfica ocasi¨®n de convertir sus teor¨ªas en realidad.