Un cardenal de la vieja Iglesia releva en Valencia al ¡°peregrino¡± de la nueva

No es lo mismo la archidi¨®cesis de Madrid que la de Valencia. Lo saben tanto Carlos Osoro, en cuyos planes no entraba ser el nuevo pont¨ªfice de la capital del Reino, como el cardenal Antonio Ca?izares, a quien le hubiera gustado ser arzobispo de Madrid, pero finalmente asumir¨¢ de buen grado serlo de Valencia, su tierra natal. En los ¨²ltimos meses, Ca?izares ha visitado, con m¨¢s frecuencia de lo habitual, tierras valencianas, para participar en actos religiosos y festivos.

Se va un obispo conocido por su talante moderado y dispuesto a dialogar con quien no piensa como ¨¦l, que marc¨® diferencias con su antecesor, Agust¨ªn Garc¨ªa-Gasco. Y llega otro que en el pasado fue identificado con ¨¦ste y Rouco Varela como n¨²cleo de resistencia purpurado a determinadas medidas del Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero.

Culto, miembro de la Real Academia de la Historia y de talante conservador, Ca?izares ha tenido intervenciones p¨²blicas sonadas. Como cuando siendo cardenal de Toledo y Primado de Espa?a pidi¨® a sus colegios en carta pastoral el boicot a la asignatura Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa impulsada por el Ejecutivo socialista.

O cuando dijo en 2009 que no era ¡°comparable lo que haya podido pasar en unos cuantos colegios¡±, en referencia a la pederastia, con ¡°los millones de vidas destruidas por el aborto¡±, a prop¨®sito de la reforma de la Ley del Aborto impulsada por el Gobierno. Era ya entonces prefecto en Roma de la Congregaci¨®n por el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, cargo que ahora deja.

A Ca?izares se le ha considerado un duro defensor de la ortodoxia. Pero no son pocos los que apuntan que, tras su paso por Roma y con los a?os, el cardenal llega a Valencia m¨¢s atemperado en su expresi¨®n p¨²blica y adaptado a los tiempos que corren en el Vaticano.

Osoro y Ca?izares fueron nombrados ayer por el Papa Francisco y remitieron sendas cartas de saludo a su nueva feligres¨ªa, aunque probablemente no tomen posesi¨®n de los cargos respectivos hasta octubre. Son ¡°muy amigos¡±, seg¨²n Osoro, y mantienen buena relaci¨®n desde que, hace d¨¦cadas y seg¨²n record¨® el obispo c¨¢ntabro en su despedida, ¨¦ste fue alumno de Ca?izares, a pesar de que los dos nacieron el mismo a?o, en 1945.

Esta aparente paradoja cronol¨®gica se explica por ser Carlos Osoro un sacerdote tard¨ªo, que apenas solo se ha dado a conocer p¨²blica e internacionalmente en los tiempos recientes de Francisco, que lo se?al¨® como ¡°el peregrino¡± ante los dem¨¢s obispos espa?oles en su visita papal. Ca?izares, en cambio, fue un profesor temprano que ya era obispo de ?vila cuando Carlos Osoro era nombrado en 1993 can¨®nigo de la catedral de Oviedo.

Su v¨ªnculo incluso se ha estrechado en los cinco a?os en que este ¨²ltimo ha estado en Valencia. ¡°?l sab¨ªa todos los proyectos que yo ten¨ªa e incluso¡±, afirmaba ayer en rueda de prensa, ¡°a veces le preguntaba a ver c¨®mo ten¨ªamos que caminar, qu¨¦ le parec¨ªa a ¨¦l¡±. En esta respuesta daba a entender que Ca?izares sab¨ªa con qu¨¦ se iba a contar cuando se haga cargo de su di¨®cesis natal.

Sabe, por ejemplo, que se encontrar¨¢ sin obispos auxiliares, porque su predecesor ha estado aplazando los nombramientos. Y tambi¨¦n sabe que la provincia eclesi¨¢stica a la que viene no ha sido fraccionada como Madrid o Barcelona, por lo que mantiene su importancia. Roma ha encontrado en Valencia el destino m¨¢s acorde con sus posibilidades como cardenal.