Orgasmos teatrales, pero m¨¢s a pelo
15 minutos de obra, 15 espectadores y 15 m? para el escenario y la platea: el 'microteatro' Exportado de Madrid, propone un nuevo formato de exhibici¨®n
La acomodadora da el aviso por megafon¨ªa al p¨²blico, que est¨¢ tomando unas ca?as, para la siguiente sesi¨®n: "El oso se aburre, segundo pase, sala 1". Re¨²ne a los 15 espectadores y cruza con ellos el ¨²nico tel¨®n que hay en todo el local. Antes de abrir una doble puerta, lanza algunas advertencias, como la de permanecer en silencio hasta llegar a la sala, o sobre c¨®mo distribuirse una vez en ella (solo hay ocho asientos, no hay espacio para m¨¢s). El grupo atraviesa un pasillo que recuerda al distribuidor de unos camerinos ¡ªy que, en cierto modo, lo es¡ª. Al entrar, la obra est¨¢ ya planteada: una pareja en ropa de andar por casa, repantingada en un sof¨¢ frente a la tele. Cuando el p¨²blico termina de distribuirse, a un metro largo de distancia, empieza lo que devendr¨¢ en tormentoso debate existencial / discusi¨®n de pareja:
Juan: Me aburro...
Carmen: Te aburres?
Juan: S¨ª, como un oso.
Carmen: ?Los osos se aburren?
Estamos en Microteatre Val¨¨ncia. Una propuesta exportada desde Madrid, donde triunfa desde 2009. La idea es simple: representar obras teatrales con un mismo tema cada mes y que, todo sea dicho, no aportan nada nuevo desde el plano literario ¡ªya en el teatro cl¨¢sico griego hab¨ªa n¨²meros cortos en los intermedios, y Cervantes hizo conocidos por sus entremeses¡ª. Los espacios est¨¢n creados ex profeso para el formato. Ah¨ª radica la novedad. El espectador elige en el bar qu¨¦ funciones quiere presenciar, ayud¨¢ndose con unas pantallas y unos altavoces que van anunciando los pases. Estos duran 15 minutos como m¨¢ximo. Como 15 metros cuadrados miden los escenarios en que se desenvuelven ¡ªy, a veces, se aprietan¡ª actores y p¨²blico (cuyo n¨²mero nunca supera las 15 personas).
"El n¨²mero 15 apareci¨® mientras hac¨ªamos cuentas sobre la viabilidad del proyecto", cuenta Miguel Alcantud, el ide¨®logo y fundador, que adem¨¢s ha dirigido cine y televisi¨®n. "Busc¨¢bamos la rentabilidad de todas las partes con las condiciones que ten¨ªamos. Y como siempre nos acerc¨¢bamos al n¨²mero, que adem¨¢s es bonito, nos lo quedamos como base para el proyecto".
Todo comenz¨® en un prost¨ªbulo abandonado de Madrid, en 2009. Esas paredes, que hablaban sobre lo acontecido dentro de ellas, condujeron a la idea de que el "cliente" se encontrase algo nuevo detr¨¢s de cada puerta. Todo el proyecto inicial ¡ªincluido el nombre, Microteatro Por Dinero, que todav¨ªa se mantiene en la capital¡ª giraba en torno al concepto de la prostituci¨®n. En parte, como cuenta Alcantud, "por provocar un poco al mundo de la cultura". La jugada funcion¨®. Adem¨¢s de en Madrid y en Valencia, se han extendido a M¨¢laga, Miami (Estados Unidos) y, en M¨¦xico, al DF y Veracruz. Est¨¢n planeadas nuevas sedes en Sevilla, Almer¨ªa y Buenos Aires (Argentina) para antes de 2015. Y la cosa no para ah¨ª. Luego, las grandes capitales: Londres, Nueva York, Berl¨ªn. Cada sede funciona como empresa independiente, con un n¨²mero variable de socios y libertad creativa. Sin embargo, todas forman una red en la que se comparten los textos y las ideas, y en las que se respeta el sistema. Alcantud reconoce que han registrado el concepto microteatro, y habla de "copias" y "plagios" para referirse a las propuestas similares que proliferan como setas.
En las cuatro salas de Valencia, que funcionan desde enero de 2014, los pases se suceden con solo cinco minutos de pausa, que sirven para que los visitantes salgan y los actores beban agua, se recompongan un poco y se preparen para la siguiente. As¨ª, hasta seis veces por d¨ªa. "La verdad es que cansa. Bastante", concede la int¨¦rprete Aitana Bueno. Su compa?ero de reparto en la obra Helado de fresa ¡ªtexto de Rub¨¦n Belles¡ª, Pau Vercher, asiente, pero matiza que tanta repetici¨®n acelera la evoluci¨®n de la obra y la asimilaci¨®n de los personajes. Ambos actores ¡ªaunque su modestia y juventud les disuaden de calificarse como tales, "si acaso dentro de cinco a?os y si vivimos de esto", dicen¡ª ven en Microteatre Val¨¨ncia un espacio perfecto para darse a conocer. Y para acercarse a esa meta de vivir de la actuaci¨®n. De lo recaudado en taquilla ¡ª3,5 euros el pase a cada funci¨®n¡ª, ellos (la compa?¨ªa teatral, en la que tambi¨¦n est¨¢ el director) se llevan el 70 %. "Hay veces que hemos actuado para tres personas, y hasta una. A otros compa?eros, eso les desilusiona. Pero nosotros pensamos: '?Es mejor que si no hubiese venido nadie!"
Presentaci¨®n de 'Helado de fresa'. / VALENCIA TEATROS
La conjunci¨®n de profesionales m¨¢s principiantes con otros de m¨¢s largo recorrido es una de las se?as de identidad de Microteatro, que pretende ser "un caldo de cultivo para que pasen cosas" y se favorezcan las sinergias en el sector. "Sobre todo, con el panorama que hay en Valencia". Lo dice Joan Ruiz, que dej¨® el mundo de las altas finanzas para dedicarse a la interpretaci¨®n, y que es socio y, desde el pasado mes de julio, gestor del espacio valenciano. Seg¨²n ¨¦l, este nuevo formato se adapta a los tiempos actuales, no solo porque coincide con el modo en que se consume cultura ¡ªm¨¢s r¨¢pidamente, combinando con otras maneras de ocio¡ª sino tambi¨¦n por la "dura" situaci¨®n del teatro. Recuerda la subida del IVA, que todav¨ªa se siente, o el paulatino cierre de salas de teatro que vive la ciudad. En este contexto, "Microteatre puede servir para acercar el g¨¦nero dram¨¢tico al p¨²blico que no est¨¢ acostumbrado. Sin que ello lo convierta en un g¨¦nero menor, ni mucho menos".
Sergio Caballero y Helena Font, los dos protagonistas de El oso se aburre ¡ªescrita por Salva Ferriol¡ª tambi¨¦n rechazan rotundamente estar bajando el list¨®n. Ambos tienen m¨¢s tablas que sus colegas de Helado de fresa, sobre todo Caballero, que gan¨® en 2007 el Premio al Mejor Actor en la Muestra de Teatro de Barcelona y ha trabajado asiduamente en televisi¨®n y cine ¡ªprotagoniz¨® Viernes, de Xavi Puebla, nominado al Goya al Mejor Cortometraje¡ª. Para Helena Font, el trabajo actoral es el mismo que en una obra convencional: misma necesidad de concentraci¨®n y misma manera de enfocar el personaje, aunque admite que "todo va m¨¢s r¨¢pido. Se tiene que conseguir todo lo que otras obras, pero en menos tiempo".
"Tiene el mismo peso en todos los sentidos. Aunque m¨¢s condensado", matiza Caballero. "Cambia algo el sistema, pero las reglas del juego son las mismas, y es importante que se sepa que no por ser m¨¢s peque?o, es un g¨¦nero menor. Te pide m¨¢s mimo". El experimentado actor hace una descripci¨®n entusiasta de las bondades del microteatro: "Es m¨¢s ¨¢gil, fresco, divertido. Tiene que serlo. Est¨¢s tan pr¨®ximo del p¨²blico que le oyes respirar. Es como el orgasmo, pero cuando es m¨¢s a flor de piel. M¨¢s a pelo".
Presentaci¨®n de 'El oso se aburre'. / VALENCIA TEATROS
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