Justicia a velocidad de carrito
Los documentos de los juzgados tardan varios d¨ªas en recorrer un edificio inteligente
La justicia a un golpe de clic est¨¢ muy lejos de ser una realidad en pleno siglo XXI, el de la revoluci¨®n tecnol¨®gica. En el tercer milenio, los expedientes de los juzgados de la Comunidad Valenciana siguen viajando a trav¨¦s de los pasillos de los edificios judiciales en un carrito de supermercado, lo que lastra el funcionamiento de la justicia. En su itinerario de ida y vuelta, los documentos pueden tardar hasta cinco d¨ªas en recorrer escasos metros en un mismo edificio como la Ciudad de la Justicia de Valencia.
La pasada semana, el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, reclamaba medios materiales y personales para un mejor funcionamiento de la justicia. ¡°No todos tienen aut¨¦ntico inter¨¦s en que la justicia sea r¨¢pida y eficaz¡±, reivindicaba en una entrevista concedida a EL PA?S. Pero las dificultades van m¨¢s all¨¢ de contratar m¨¢s personal o comprar m¨¢s ordenadores, si el principal problema no se resuelve: la indefinici¨®n del modelo judicial y la incompatibilidad de los sistemas inform¨¢ticos.
El decano de los Juzgados de Valencia, Pedro Viguer, recordaba esa reivindicaci¨®n ya hist¨®rica en Espa?a. ¡°Los juzgados y la fiscal¨ªa no se hablan¡±, dec¨ªa aludiendo a la incompatibilidad de las intranet (redes inform¨¢ticas que utilizan la tecnolog¨ªa de internet) para compartir los archivos digitales.
De un lado, el sistema inform¨¢tico de la fiscal¨ªa, el Fortuny, depende del Ministerio de Justicia y permite a todas las fiscal¨ªas trabajar con el mismo registro, informaci¨®n y tramitaci¨®n. No obstante, este sistema es totalmente incompatible con el que utilizan las comunidades aut¨®nomas que, por otro lado, tambi¨¦n son incompatibles entre s¨ª. En el caso de la Comunidad Valenciana, el sistema inform¨¢tico Cicerone impide cualquier tipo de contacto con la Fiscal¨ªa de Valencia, que ocupa las mismas instalaciones en la Ciudad de la Justicia.
Todo ello lleva al absurdo de tener que comunicarse en papel, algo obsoleto en la mayor¨ªa de las Administraciones p¨²blicas. As¨ª, los expedientes y resoluciones que salen de la Ciudad de la Justicia viajan en valija judicial en otros medios de locomoci¨®n, pero los que se reparten en el mismo edificio se quedaron en el invento de la rueda y se trasladan por los pasillos en un carrito de supermercado que, se supone, ha sido adquirido previamente (alguno de ellos a¨²n lleva la marca de un conocido establecimiento valenciano).
Si tenemos que trazar el itinerario de ida y vuelta que da una sentencia desde que el juez la firma hasta que se la comunica al fiscal, haremos un recorrido de varios d¨ªas por los inmaculados pasillos de la Ciudad de la Justicia de Valencia, un edificio inteligente con techos de cristal inaugurado hace poco m¨¢s de diez a?os.
Cuando un juez tiene que notificar una sentencia a un fiscal, es imposible que la remita por correo electr¨®nico o por una intranet. El funcionario deja este documento en la bandeja o estante del ¡°papel de salida¡± que se encuentra en su juzgado. Un agente judicial, hoy llamado tramitador, lo recoge en su carrito y lo lleva al decanato. All¨ª se clasifica en otra estanter¨ªa (con m¨¢s de 100 casilleros divididos por juzgados, registros, fiscal¨ªa, etc¨¦tera). Otro funcionario del decanato lo recoge del estante marcado como ¡°Fiscal¨ªa¡± y lo lleva a las oficinas de la Fiscal¨ªa de Valencia, que se encuentran ubicadas a unos 300 metros de distancia en l¨ªnea recta y en la misma planta.
Viguer: ¡°Utilizamos el mismo sistema de reparto de papel que en el siglo XIX¡±
Un tramitador de la fiscal¨ªa lo clasifica de nuevo y lo reparte a las mesas de los funcionaros de gesti¨®n. ?stos registran el documento y se reparte en otro carrito por los despachos de los fiscales. En estos momentos pueden haber pasado de tres a cinco d¨ªas para que la sentencia llegue a la mesa del fiscal que la solicit¨®.
Pero la documentaci¨®n que sale de fiscal¨ªa tambi¨¦n emprende el mismo el viaje de vuelta. Cuando el fiscal despacha sus diligencias, las deja en la bandeja de salida. El tramitador pasa con su carrito, las recoge y las lleva a la mesa del gestor, que registra el documento de salida.
Este documento vuelve a viajar por los pasillos de la fiscal¨ªa hasta llegar a las estanter¨ªas, donde se clasifica por juzgados. El tramitador lo recoge de las estanter¨ªas y hace paquetes, seg¨²n su destino, atados con un cordel. Los paquetes se dejan en la estanter¨ªa de salida hasta que pasa el funcionario de decanato e inicia el camino de vuelta.
Cuando llega al decanato, en su correspondiente carrito de cuatro ruedas, es de nuevo clasificado por juzgados en la estanter¨ªa correspondiente dispuesto para su reparto. El tramitador lo lleva de nuevo en su carrito al juzgado para su archivo en el expediente.
¡°Seguimos utilizando el mismo sistema de reparto de papel que en el siglo XIX¡±, se lamenta el decano de Valencia. Excepto las notificaciones a los letrados a trav¨¦s de procurador, que utilizan un sistema inform¨¢tico llamado LexNet, el resto de notificaciones de expedientes va en papel de mostrador en mostrador o por valija judicial de ciudad en ciudad.
Ello supone un gasto ingente en tinta, papel, horas de los funcionarios instalaciones como el archivo de Riba-roja ¡ªantes estaba en Moncada¡ª, ¡°donde lo que cabe en una nave de 200 metros lo podr¨ªamos llevar en el bolsillo en un USB¡±, explica Pedro Viguer. El decano pon¨ªa como ejemplo que, ¡°En la ¨¦poca en que hacemos la declaraci¨®n de renta v¨ªa telem¨¢tica, la justicia sigue comunic¨¢ndose en papel porque no tiene los medios con que cuenta la Agencia Tributaria¡±, lamenta el decano. De hecho, a?ad¨ªa Viguer, ¡°es dif¨ªcil encontrar una Administraci¨®n P¨²blica en peores condiciones que la de Justicia¡±.
¡°Es dif¨ªcil encontrar una Administraci¨®n que funcione peor que la de Justicia¡±
A ello se a?aden los 500 jueces de las ¨²ltimas promociones que van rodando por Espa?a sin un juzgado propio. Se trata de los llamados JAT (jueces de adscripci¨®n territorial) que son destinados al refuerzo de los juzgados porque no tienen destino definitivo. Con la excusa de la crisis, se revoc¨® la previsi¨®n de creaci¨®n de nuevos juzgados aprobada en 2009 por el Consejo General del Poder Judicial.
Crear nuevas plazas judiciales y dotarlas con funcionarios y material vale dinero. Tal vez, se podr¨ªa paliar esta situaci¨®n de extrema lentitud de la justicia, explican fuentes judiciales, ¡°si se duplicaran los juzgados con dos jueces y la misma plantilla, para desatascar la mesa del juez¡±. Ello supondr¨ªa comenzar a aplicar las reformas aprobadas por Ley Org¨¢nica del Poder Judicial en 2003 para la nueva oficina judicial, que sigue paralizada. La situaci¨®n de tr¨¢nsito actual, de tener jueces de instancia sin un juzgado propio, denota una ¡°indefinici¨®n del modelo judicial que se quiere perpetuar¡±, a?ade Pedro Viguer.
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