Nacidos para saltar

Todos quieren una foto con Jonathan Paredes, Andy Hunt y Orlando Duque. No son futbolistas o actores, pero la gente los para por el Casco Viejo de Bilbao, les piden un selfie y no les dejan ni un minuto para atender a su pareja o comerse un pintxo. Todos ellos son clavadistas o saltadores profesionales. Este jueves han disfrutado de sus primeros entrenamientos ante 3.000 curiosos.

Los tres se re¨²nen este fin de semana en la capital vizca¨ªna para tirarse desde el Puente La Salve, de 27 metros de altura, la ¨²ltima parada incluida en el campeonato mundial de saltos de gran altura Red Bull Cliff Diving, que celebra el s¨¢bado su gran prueba.

¡°De peque?o, en la playa de Colombia, sal¨ªa corriendo y saltaba al agua. Esa sensaci¨®n de estar en el aire es la misma que tengo hoy¡±. As¨ª describe Duque (Cali, 1974) los tres segundos en los que se queda en el aire. ¡°La mente va muy r¨¢pido y solo piensas en todos los movimientos¡±.

Tiene 10 t¨ªtulos de campe¨®n del mundo y dos r¨¦cord Guinness. Es el m¨¢s veterano del torneo y todav¨ªa vive para la adrenalina. Se pasa el a?o entrenando, nadando y saltando en trampolines m¨¢s peque?os. ¡°Al final de temporada me tom¨¦ dos semanas de vacaciones e incluso all¨ª iba a nadar y a hacer ejercicio¡±. Su meta es llegar a 2017 y centrarse entonces m¨¢s en la aventura y menos en competir.

Su cuerpo necesita estar a punto para el choque contra el agua, algo que asegura siempre duele: ¡°Es fuerza, t¨¦cnica, orientaci¨®n del aire, y un poco de locura la que te empuja. La reacci¨®n natural es no hacerlo¡±.

El torneo tiene un premio en met¨¢lico por parada, un galard¨®n para el ganador de la serie y, adem¨¢s, un extra para los cinco primeros. Todo suma unos 275.000 euros. ¡°Pocos conseguimos vivir de esto. No tenemos contratos millonarios pero hacemos una vida profesional con patrocinios y torneos¡±.

Los or¨ªgenes son tambi¨¦n diversos. El estadounidense Andy Jones trabaj¨® en el Circo del Sol, el brit¨¢nico Blake Aldridge es saltador ol¨ªmpico, David Colturi tiene un bar y el checo Michael Navratil es doble de cine.

Todos son ¡°una peque?a familia¡±, asegura Paredes (M¨¦xico, 1989), el m¨¢s joven de la competici¨®n, que describe a Jones como ¡°un h¨¦roe¡±. Desde La Habana a Las Azores, en plena naturaleza, los diez participantes viajan juntos por el mundo, donde han forjado una camarader¨ªa. ¡°Nuestras esposas son amigas y conocemos a los ni?os de los pocos que tienen. Despu¨¦s de saltar, nos vamos juntos a tomar unas cervezas¡±, reconoce Jones.

Antes de prepararse para el salto r¨ªen y bromean. No se encierran en su mundo como otros deportistas. Su ¨²nico reducto es una sala junto al Guggenheim con un peque?o gimnasio y comida. All¨ª nadie puede entrar. Se preparan para otro gran salto. Ese para el que han nacido y para el que entrenan d¨ªa a d¨ªa.