El acta secreta de la tensa reuni¨®n de la c¨²pula del Ej¨¦rcito en la que se debati¨® la creaci¨®n de la UME
El entonces ministro de Defensa, Jos¨¦ Bono, se enfrent¨® en 2006 al temor de los tenientes generales a que la nueva unidad de emergencias ¡°devaluara¡± a las Fuerzas Armadas
La Unidad Militar de Emergencias (UME), que en 2025 cumplir¨¢ 20 a?os, es una de las joyas de las Fuerzas Armadas espa?olas, una unidad de ¨¦lite dise?ada para combatir en primera l¨ªnea contra las cat¨¢strofes. La dana de Valencia ha vuelto a evidenciar que las v¨ªctimas de los desastres reclaman la asistencia urgente de estos soldados de uniforme negro y gorra mostaza no solo por la ayuda material que aportan, sino porque su mera presencia les reconforta con la sensaci¨®n de que no han sido abandonados. Como punta de lanza de la operaci¨®n de rescate, abren el camino para que se incorporen luego militares de los tres ej¨¦rcitos. En las ¨²ltimas semanas se ha criticado que no llegaran antes o que no lo hicieran en mayor n¨²mero, pero nadie, ni siquiera la ultraderecha, ha cuestionado la necesidad de que el Estado cuente con una unidad militar dedicada a la protecci¨®n civil. No siempre fue as¨ª.
En 2005, cuando el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, le encarg¨® a su ministro Jos¨¦ Bono la puesta en marcha de la UME, el entonces portavoz del PP en la Comisi¨®n de Defensa del Congreso y luego director general de la Guardia Civil Arsenio Fern¨¢ndez de Mesa la calific¨® de ¡°capricho fara¨®nico¡± y ¡°despilfarro¡±. Todav¨ªa en 2008 la diputada popular Carmen ?lvarez Arenas aseguraba que la UME no respond¨ªa a ¡°una necesidad real¡±, ya que solo hab¨ªa tenido ocho intervenciones en tres a?os.
Pero la mayor resistencia a su creaci¨®n no vino de la oposici¨®n pol¨ªtica sino de las propias Fuerzas Armadas, cuya imagen ha contribuido decisivamente a mejorar en estas dos d¨¦cadas. As¨ª lo refleja el acta secreta de la reuni¨®n que el 25 de enero de 2006 mantuvo el Consejo Superior del Ej¨¦rcito, en el que se sientan todos los tenientes generales en activo, a la que ha tenido acceso EL PA?S.
Hac¨ªa menos de dos semanas que, en una decisi¨®n sin precedentes en la etapa democr¨¢tica, Bono hab¨ªa destituido y arrestado al teniente general Jos¨¦ Mena por sugerir, durante su discurso de la Pascua Militar en la Capitan¨ªa General de Sevilla, la intervenci¨®n del Ej¨¦rcito si el nuevo estatuto de Catalu?a que se estaba elaborando sobrepasaba ¡°l¨ªmites infranqueables¡±. Adem¨¢s del ministro de Defensa, asistieron a la reuni¨®n varios mandos militares que en privado hab¨ªan prestado apoyo a su compa?ero arrestado.
Al inicio de la sesi¨®n, Bono hizo una exposici¨®n detallada de las caracter¨ªsticas de la nueva unidad. Contar¨ªa con 4.300 soldados (1.100 oficiales y suboficiales y 3.200 de tropa) distribuidos en seis batallones, estar¨ªa totalmente implantada en 2008 y, una vez puesta en marcha, su coste rondar¨ªa los 150 millones anuales. Su personal cobrar¨ªa un plus de entre el 25 y el 35% de su sueldo militar y, aunque estar¨ªa encuadrada en el Ministerio de Defensa, actuar¨ªa bajo ¡°mandato expreso o delegado del presidente del Gobierno¡±.
Tras la intervenci¨®n de Bono, tomaron la palabra los tenientes generales. El propio jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito de Tierra, general Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa Gonz¨¢lez, se quej¨® de la falta de informaci¨®n, a lo que el ministro replic¨® leyendo el acta de la reuni¨®n que el mismo consejo hab¨ªa celebrado el 3 de octubre de 2005 en Zaragoza, en la que ya se anticip¨® la creaci¨®n de la nueva unidad.
El teniente general Emilio P¨¦rez Alam¨¢n ¡ªque a?os despu¨¦s, ya retirado, promovi¨® un manifiesto apolog¨¦tico de Franco en desagravio por su exhumaci¨®n del Valle de los Ca¨ªdos¡ª se quej¨® de que la nueva unidad detraer¨ªa recursos a las Fuerzas Armadas y sus mayores sueldos supon¨ªan un agravio comparativo para otras unidades. En respuesta al jefe del Mando de Canarias y tambi¨¦n a los generales Juan Yag¨¹e y Jos¨¦ Javier Arregui, Bono asegur¨® que se trataba de incentivar el destino en una unidad de ¨¦lite donde se trabajar¨ªa m¨¢s y con m¨¢s intensidad que en el resto y record¨® que tambi¨¦n los militares que participan en operaciones en el exterior cobran m¨¢s.
El debate ideol¨®gico lo tuvo con el general Yag¨¹e, jefe de la Fuerza Log¨ªstica Operativa, con sede en A Coru?a, quien asegur¨® que los ej¨¦rcitos ¡°tienen como misi¨®n fundamental las acciones de combate, que quedar¨ªan devaluadas por las que realice la UME¡±. ¡°Cuando no hay combates ni misiones propiamente armadas que, gracias a Dios, no son frecuentes, los ciudadanos valorar¨¢n muy positivamente que los soldados ayuden a la poblaci¨®n en caso de siniestro o cat¨¢strofe¡±, le respondi¨® Bono. ¡°No es una desnaturalizaci¨®n de los ej¨¦rcitos servir a los ciudadanos en situaciones cr¨ªticas, como un incendio o una inundaci¨®n. Muy al contrario, es una de las misiones que m¨¢s enaltecen a las Fuerzas Armadas y m¨¢s las acercan a la sociedad espa?ola, de donde salen y a la que deben servir¡±, a?adi¨®.
Bono tambi¨¦n tuvo que emplearse a fondo para defender que la UME dependiera directamente del presidente. El general Yag¨¹e hab¨ªa expresado su temor a que el jefe de la unidad se convirtiera ¡°en un cuarto JEME¡±, en referencia a los jefes de Estado Mayor de Tierra, Armada y Aire: y la UME, ¡°en un cuarto ej¨¦rcito¡±. El ministro enfatiz¨® que la dependencia directa del presidente, al margen de la cadena de mando militar, no supon¨ªa ¡°servidumbre o merma alguna para los ej¨¦rcitos¡± y que era ¡°un honor¡± que dependiera de aquel ¡°al que la Constituci¨®n encomienda la direcci¨®n de la administraci¨®n militar¡±. En realidad, aunque algunos la tacharon de ser el Ej¨¦rcito de Zapatero, la UME no lleg¨® a depender nunca del presidente y est¨¢ a las ¨®rdenes de la ministra de Defensa.
En respuesta a los generales ?lvarez del Manzano y Romay, Bono dijo que la UME no solo no iba a ¡°devaluar¡± a las Fuerzas Armadas, sino que mejorar¨ªa su imagen ante la sociedad y, para vencer los recelos de Francisco Boyero, inspector general del Ej¨¦rcito con sede en Barcelona, le explic¨® que se hab¨ªan fijado con tanta precisi¨®n sus efectivos porque as¨ª lo exig¨ªa Hacienda. El general Pedro Pitarch, que hab¨ªa sustituido a Mena en Sevilla, record¨® que la nueva ley de Defensa Nacional preve¨ªa la intervenci¨®n de las Fuerzas Armadas ante cat¨¢strofes, mientras que el general Jos¨¦ Cabrera, destinado en la Casa Real, mostr¨® su apoyo a la iniciativa.
Cuando saltaron m¨¢s chispas fue con la intervenci¨®n del general Joaqu¨ªn Tamarit, segundo jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito y transmisor de la consigna golpista ¡°la bandeja est¨¢ labrada¡± durante el 23-F, quien espet¨® al ministro que ¡°no le divert¨ªa nada la creaci¨®n¡± de la nueva unidad. Y a?adi¨®: ¡°Yo no quiero reclutar soldados para que luego se vayan a la UME o la Guardia Civil¡±. Bono respondi¨® a Tamarit, y tambi¨¦n al general Romay, quien se hab¨ªa expresado en similares t¨¦rminos, que la UME ¡°no se ha constituido para divertirle¡± y que prefer¨ªa tomarse sus palabras como una expresi¨®n coloquial. ¡°Reclutar soldados para el servicio de Espa?a es lo importante y lo accesorio es el destino de los mismos, sea este Guardia Civil, la UME o el Ej¨¦rcito de Tierra¡±, le espet¨®.
Lo que aleg¨® Bono es que la creaci¨®n de la UME era consecuencia directa del incendio de julio de 2005 en Guadalajara, en el que murieron 11 bomberos forestales. Zapatero comprendi¨® que, ante una cat¨¢strofe como aquella, la opini¨®n p¨²blica exig¨ªa una reacci¨®n urgente, sin que le importara qu¨¦ administraci¨®n era la competente, y el Gobierno carec¨ªa de instrumentos para ello al haber delegado la protecci¨®n civil en las comunidades aut¨®nomas. S¨ª les confes¨® que ¡°existe una creciente demanda de la sociedad espa?ola de una respuesta eficaz del Estado ante situaciones de cat¨¢strofe y grave riesgo [ante las cuales] el actual sistema se ha revelado insuficiente¡±.
Bono recogi¨® algunas sugerencias de la c¨²pula del Ej¨¦rcito, como que el jefe de la UME fuera un general de tres estrellas; y desech¨® otras, como que la unidad solo se activase algunos meses al a?o y el resto del tiempo los soldados se dedicasen a tareas estrictamente militares. Al despedirse, el ministro reiter¨® su lealtad a los tenientes generales y a?adi¨® que no consideraba necesario pedirles a ellos que la tuvieran con ¡°su superior [es decir, ¨¦l mismo] porque todos los presentes conocen el significado [de la lealtad] desde que ingresaron en la academia¡±, apostill¨®.
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