Un comedor de la Universitat de Val¨¨ncia en el ¨¢rea escolar del ¨¦bola
Impulsado por una ONGD y La Nau Solidaritat atender¨¢ a ni?os hu¨¦rfanos por la epidemia
A pesar de que en la comunidad de Goderich (Freetown, Sierra Leona), no se ha detectado hasta ahora ning¨²n caso de ?bola este poblado, su f¨¢cil conexi¨®n mar¨ªtima hace que est¨¦ recibiendo a ni?as y ni?os hu¨¦rfanos por la enfermedad ¡°por decenas¡±, explica el presidente de la ONGD Diamond Child School of Arts and Culture, Anthony Zachariah Jalloh ¡®Seydu.
Ante esta situaci¨®n, la Universitat de Val¨¨ncia y la ONGD han asumido que el comedor escolar construido en la Escuela-Taller Goderich tendr¨¢ que acoger a esas decenas de ni?as y ni?os refugiados por la epidemia del ¨¦bola, cuando se inicie el curso escolar. Como medida preventiva, el Gobierno ha suspendido hasta el pr¨®ximo mes de enero las actividades escolares y eso afecta a la escuela-taller.?
?El comedor escolar, tambi¨¦n dotado con una cocina, fue puesto en marcha en Goderich por la Universitat de Val¨¨ncia, en colaboraci¨®n con la Diamond Child School of Arts and Culture, para atender a m¨¢s de 200 ni?os y ni?as, seg¨²n las primeras previsiones. El edificio se acab¨® de construir y se puso en marcha en el verano de 2013. Desde entonces hasta su cierre provisional, el comedor garantizaba una comida diaria a 350 ni?os y ni?as de entre cinco y 16 a?os.
Por el momento, los ni?os y ni?as hu¨¦rfanos a causa del ¨¦bola est¨¢n siendo acogidos por las familias de la comunidad, una vez descartado el contagio. Pero en cuanto se reabran las instalaciones educativas, ser¨¢n atendidos en su comedor. ¡°Ahora, las precauciones son extremas porque en Freetown s¨ª se est¨¢ extendiendo el virus¡±, explica Seydu. La normativa que obliga a cerrar los centros educativos afecta tambi¨¦n al transporte p¨²blico.
La cocina-comedor forma parte de un proyecto de cooperaci¨®n impulsado por el catedr¨¢tico de la Universitat de Val¨¨ncia Federico Pallard¨® y Regina Bernabeu, del Servei de Prevenci¨® i Medi Ambient, dentro del Programa 0,7 Una Nau de Solidaritat.
Pallard¨® asegura que ¡°el proyecto ha sido un ¨¦xito porque se hizo un trabajo muy bueno". Su pretensi¨®n ha sido, por un lado, "abordar la educaci¨®n, utilizando el comedor para llamar a los ni?os y las ni?as al colegio y as¨ª incrementar la escolarizaci¨®n". La cocina-comedor ha evitado que, a causa de la escasez de medios de la poblaci¨®n, los peque?os tengan que salir a la calle a buscar sustento.
Pero el proyecto tambi¨¦n tiene en cuenta la salud, "siguiendo patrones adecuados de nutrici¨®n". La mayor¨ªa de los ni?os y las ni?as realiza una ¨²nica comida diaria y, muchas veces, ni tan solo tienen recursos para ello, motivo por el que se desmayan con frecuencia en horario lectivo, durante las clases. Adem¨¢s, el rendimiento acad¨¦mico cae dr¨¢sticamente si el alumno est¨¢ hambriento. Al mismo tiempo, concluye Pallard¨®, ejercen "una acci¨®n social, integrando a ni?os excombatientes, implicados en las guerras civiles desde edades muy tempranas¡±.
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