¡®Tizona¡¯ guerrea en los juzgados
La Audiencia de Madrid rechaza un recurso del vendedor de la legendaria espada del Cid El pleito est¨¢ ahora a las puertas del Supremo
Tizona, la legendaria espada que blandiera en sus correr¨ªas por tierras castellanas y feudos agarenos Rodrigo D¨ªaz de Vivar, El Cid Campeador (1048-1099), parece haber despertado estos d¨ªas de su sue?o de nueve siglos. Lo ha hecho desatando pasiones, mientras recorre un nuevo tramo de un intrincado trayecto testamentario de una d¨¦cada, que parec¨ªa no concluir nunca y que ahora, presumiblemente, llega a su fase final. Todo ello cuando persisten, a¨²n, dudas sobre si el arma perteneci¨® o no al caballero castellano. Algunos medievalistas se?alan que se trata de un tipo de espada, no de una pieza singular, como lo fuera la c¨¦lebre Colada del noble de Vivar.
Cuentan las cr¨®nicas que Tizona, acero del 93 cent¨ªmetros de longitud, 4,5 de anchura, con lema mariano inscrito en su filo y un acanalado central para introducir aire en el estoqueado y acelerar su muerte, surgi¨® de fraguas sevillanas en la Alta Edad Media durante el reinando en Castilla de Alfonso VI, a finales del siglo XI. Tras ser ce?ida y blandida por Rodrigo D¨ªaz hasta su muerte en Valencia, el arma lleg¨® a las armer¨ªas reales de Arag¨®n de la mano de la hija del Campeador, Cristina Elvira, emparentada con los condes catalanes.
Ya en el siglo XV, el rey Fernando, que cobrar¨ªa universal nombrad¨ªa con el apodo de El Cat¨®lico, tras desposar con Isabel de Castilla, quiso agradecer a Pierres de Peralta el Joven ¡ªMarqu¨¦s de Falces del reino de Navarra a la saz¨®n aliado con Francia¡ª sus decisivas negociaciones para facilitar dos metas cruciales: la regia coyunda de Fernando de Arag¨®n con Isabel I de Castilla y el logro de la estrat¨¦gica incorporaci¨®n del reino de Navarra a la corona fernandina. Por todo ello, el rey Fernando de Arag¨®n decidi¨® hacerle a Peralta ¡ªque asesin¨® a un obispo pamplon¨¦s adversario de Fernando¡ª un regalo especial¨ªsimo: el de aquella espada ba?ada por el mito de su due?o burgal¨¦s.
Los Peralta incorporaron la Tizona a sus bienes y pas¨® de unas manos a otras siguiendo, m¨¢s o menos, el rumbo vital de su linaje. No obstante, ya entrado el siglo XX, la espada va a dar por herencia a una dama, Pilar de Due?as, quien, sin ser marquesa de Falces, decide asociar el marquesado a la tenencia del arma. En 1985 el fierro llega notarialmente a Pedro Velluti, XV Marqu¨¦s de Falces, y a su hermana Olga, por herencia de Pilar de Due?as. Pedro muere dos a?os despu¨¦s sin descendencia y el t¨ªtulo pasa a Olga Velluti.
Ella transmite el t¨ªtulo del XVI marquesado de Falces a su hijo, Jos¨¦ Ram¨®n Su¨¢rez del Otero, y tambi¨¦n le lega la mitad indivisa de la Tizona, que recupera, pues desde el 12 de julio de 1944 permanec¨ªa depositada y exhibida al p¨²blico en cesi¨®n decidida por el padre de Pedro en el antiguo Museo del Ej¨¦rcito de Madrid, junto al Cas¨®n del Buen Retiro. Pero en su testamento, rubricado poco antes de su muerte en 1987, Pedro Velluti, que era ciego desde muy temprana edad, designaba herederos universales suyos a dos cuidadores, Salustiano Fern¨¢ndez y Jacinta M¨¦ndez, que se volcaron en atenciones hacia su persona durante la vida y la enfermedad que le llevar¨ªa a la muerte. Salustiano y Jacinta, fallecidos en 2002 y 2009, hab¨ªan recibido en herencia la mitad de la espada Tizona, que en testamento cedieron a sus tres hijas, Mercedes, Olga y Ana, si bien Ana no reclam¨® su parte.
No obstante, desconociendo, ignorando o desde?ando la cotitularidad de la Tizona, sin consultar a la contraparte y pese a ser tan solo copropietario de ella, Su¨¢rez del Otero decide venderla a un consorcio de una decena de empresas inmobiliarias de Segovia, Cu¨¦llar, Lerma y Burgos, todas ellas castellano-leonesas, que se la compran por 1.500.000 euros en el a?o 2008. El preciado acero, cedido a la Junta de Castilla y Le¨®n, reposa desde entonces sobre un mullido lecho de terciopelo rojo en el silencioso interior de una vitrina del Museo de Burgos, donde permanece as¨ª exhibida al p¨²blico.
Tras demandar a Jos¨¦ Ram¨®n Su¨¢rez del Otero, Mercedes y Olga Fern¨¢ndez M¨¦ndez ganaron la impugnaci¨®n contra la venta del heredero de Falces, al que reclaman el valor transformado en precio de la mitad indivisa de la Tizona que sus padres les hab¨ªan transmitido en herencia.
Es precisamente en estos d¨ªas cuando, en contra del fallo del juzgado 72 de Instrucci¨®n de Madrid favorable a las dos hermanas, el recurso en contra de aquel fallo presentado en 2012 por el vendedor de la espada ha sido desestimado por la Audiencia Provincial Civil de Madrid. El vendedor ten¨ªa 20 d¨ªas para recurrir al Tribunal Supremo ¡ªsus representantes legales han presentado un escrito sobre faltas formales en el texto, que prolongar¨¢ tal plazo¡ª, y de no prosperar tal recurso, deber¨¢ abonar no solo las costas procesales, sino los intereses generados por los 750.000 euros ¡ªla mitad del precio de la venta¡ª que corresponden a las herederas de los cuidadores Jacinta y Salustiano. ¡°Nosotros no hemos ido contra la venta de la Tizona, sino que reclamamos en su d¨ªa ¡ªy la sentencia nos dio la raz¨®n¡ª la mitad del precio pagado por ella¡±, explica Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa Mayo, portavoz de la familia Fern¨¢ndez M¨¦ndez. Jos¨¦ Ram¨®n Su¨¢rez del Otero pasa buena parte del a?o en el extranjero, en ocasiones en Israel, lo cual dificulta establecer relaci¨®n, siquiera telef¨®nica, con ¨¦l. Tampoco ha sido posible hacerlo con su abogado, Javier Ruiz.
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