Desprecio

El catedr¨¢tico Joaquim Brugu¨¦. en su did¨¢ctico libro ?s la pol¨ªtica, idiotes (Papers amb accent, Girona) afirma que ¡°la pol¨ªtica nace del conflicto, reconoce la existencia de intereses y de posiciones diferentes, pero apuesta por usar el di¨¢logo como mecanismo para obtener respuestas y posiciones de s¨ªntesis¡±. La pol¨ªtica espa?ola y catalana est¨¢ en las ant¨ªpodas de esta definici¨®n. D¨ªa tras d¨ªa vemos c¨®mo algunos pol¨ªticos y responsables financieros y econ¨®micos no solo aborrecen el di¨¢logo, sino que llegan a despreciar a la ciudadan¨ªa a la hora de tomar sus decisiones pol¨ªticas y ¨¦ticas. Lo podr¨ªamos interpretar como un desprecio de clase, entendi¨¦ndolo como el desd¨¦n de sectores sociales pudientes hacia las clases populares.

Un ejemplo es la actuaci¨®n de la ministra de Sanidad, Ana Mato, y del consejero del mismo ramo de la Comunidad de Madrid en relaci¨®n a la enfermera infectada de ¨¦bola. ?Ustedes creen que una ministra que no sabe que en su garaje est¨¢ aparcado un Jaguar puede tener cierta empat¨ªa hacia el sufrimiento? ?O que un se?or consejero que no le importa que pidan su cese, ya que tiene la vida solucionada, pueda mostrar un poco de respeto hac¨ªa el pr¨®jimo? Es un desprecio hacia la ciudadan¨ªa que tanto la ministra como el consejero no hayan sido a¨²n cesados.

En Catalu?a, la situaci¨®n en el Departamento de Salud es parecida. En el ¨²ltimo mes se han declarado dos brotes de legionela en Sabadell y Ripollet que han provocado la muerte a 10 personas. Este terrible suceso no ha merecido la comparecencia inmediata del consejero Boi Ruiz informando a la poblaci¨®n cuando el brote estaba en sus inicios. Solo al final, despu¨¦s de 10 muertes, ha tenido la decencia, obligado por algunos partidos de la oposici¨®n, de explicar en sede parlamentaria lo sucedido, sin aclarar nada. Es un desprecio a la ciudadan¨ªa no haber explicado y tranquilizado a las personas de estas ciudades que viv¨ªan temerosos y desinformados. Tampoco ha dimitido ni ha sido cesado.

La falta de ¨¦tica y un alto grado de desprecio hacia el dinero p¨²blico es el que han protagonizado los miembros del Consejo de Administraci¨®n de Caja Madrid que medraban con una tarjeta de cr¨¦dito opaca, sin l¨ªmites y viviendo a cuerpo de rey. Mientras, esa misma caja, bajo el benepl¨¢cito del consejo, emit¨ªa un producto financiero denominado preferentes destinado a personas con nula formaci¨®n ante un producto tan complejo y vol¨¢til, que, como consecuencia, han visto desaparecer sus ahorros.

Han usado todos los mecanismos de agitaci¨®n y propaganda para crear una ficci¨®n de di¨¢logo que ha provocado frustraci¨®n, verg¨¹enza e incertidumbre entre los catalanes

Tambi¨¦n esta misma caja ¡ªjunto al resto de entidades financieras¡ª contrataba hipotecas de riesgo, sin opciones de negociaci¨®n, llegando en muchos casos al desahucio. El colmo de este desprop¨®sito lo escenifica el se?or D¨ªaz Ferran, ex presidente de la patronal, que en octubre de 2010 dijo: ¡°Hay que trabajar m¨¢s y cobrar menos para salir de la crisis¡±. El mismo se?or que se ha gastado 94.000 euros con la tarjeta negra de la verg¨¹enza.

Estos se?ores, D¨ªaz Ferran, Blesa, Rato¡­ demuestran un claro desprecio de clase, ya que viven en un mundo donde los trabajadores, los humildes, solo les interesan como mano de obra ¡ªcada vez m¨¢s barata y con menos derechos¡ª y as¨ª continuar enriqueci¨¦ndose.

Si alguien est¨¢ lejos de la afirmaci¨®n que encabeza el art¨ªculo son Rajoy y Mas, dos pol¨ªticos que no han sabido ni han querido buscar la s¨ªntesis del conflicto entre Catalu?a y Espa?a. En todo momento han prevalecido sus intereses electorales sobre los de la ciudadan¨ªa. Han usado todos los mecanismos de agitaci¨®n y propaganda para crear una ficci¨®n de di¨¢logo que ha provocado frustraci¨®n, verg¨¹enza e incertidumbre entre los catalanes. El resultado de su incompetencia ha provocado la creaci¨®n de un muro de desconfianza entre unos y otros y la sensaci¨®n que la pol¨ªtica no sirve para solucionar el conflicto inherente a toda sociedad viva.

Mas y sus aliados nacionalistas han sobrepasado todas las l¨ªneas rojas de la democracia. Convoca una consulta sin las garant¨ªas de control y transparencia propias de cualquier proceso electoral democr¨¢tico. Les da igual qu¨¦ se vota, con qu¨¦ censo, y sustituye a los funcionarios que controlan todo proceso electoral por unos voluntarios, todos ellos partidarios de votar a favor de la independencia. Unas votaciones con un resultado que no tendr¨¢ validez jur¨ªdica pero s¨ª valor pol¨ªtico: el de apoyar la propuesta del partido del Gobierno que quiere recuperar votos a toda costa. Todo ello en una Catalu?a que se parece cada vez m¨¢s a un pa¨ªs autoritario que necesita de la consulta para obtener apoyos incondicionales de los adeptos a la independencia.

Para ello, el Gobierno ha ordenado a los centros escolares p¨²blicos que abran las puertas para que voluntarios de la comunidad escolar (o no) controlen el acceso, las instalaciones y custodien las papeletas. Para m¨ª, esta es una muestra m¨¢s de desprecio hacia la ciudadan¨ªa.

Lo m¨¢s triste de todo, es que, a¨²n y padeciendo este desprecio, hay gente que cree que as¨ª se construye un nuevo pa¨ªs.

Joan Boada Masoliver es profesor de Historia