La ciudad, un cuento que no se acaba nunca
Estal, Marrades y Segovia defienden en ¡®La ciutat constru?da¡¯ un modelo urbano participativo
Del ortodoxo plan urban¨ªstico al innovador proceso ciudadano. De eso habla La ciutat constru?da, el libro escrito por los arquitectos David Estal y Chema Segovia y el economista Ramon Marrades y editado por la Fundaci¨® Nexe. Con la crisis, las reivindicaciones o demandas ya no son "dame dotaciones" sino "d¨¦jame hacer", anteponer las demandas sociales a las t¨¦cnicas, pasar del plan al proceso, "construir sobre lo ya construido", explican.?
Josep Sorribes, autor del pr¨®logo, describe el prop¨®sito del libro con con palabras sencillas: "Es necesaria una nueva mirada sobre la ciudad (...) porque los instrumentos de planificaci¨®n y de intervenci¨®n sobre la misma han generado un urbanismo jer¨¢rquico, impuesto desde arriba, y del que la crisis se ha encargado de demostrar su incapacidad para resolver los problemas".
"Le pusimos ese nombre porque desde hace cinco o seis a?os, incluso hace m¨¢s tiempo, la ciudad ya no crece sino que incluso decrece en poblaci¨®n, empleos y edificios", explica el arquitecto David Estal. Los autores de La ciutat constru?da, hablan en este contexto de pasar del plan urban¨ªstico a un proceso de participaci¨®n ciudadana.
Citan casos que han visto en otros lugares como Detroit, paradigma del declive de la industria del motor de los EE UU, de Venecia, con el monocultivo del turismo, o de Atlantic City, con la industria del juego. "Son lugares que han perdido o van perdiendo lo que los desarroll¨® y necesitan nuevas herramientas urban¨ªsticas", a?ade el arquitecto.?
Con la crisis, las demandas ya no son "dame dotaciones" sino "d¨¦jame hacer"
Como economista, Ramon Marrades a?ade que estas ciudades ejemplifican la crisis m¨¢s grande. Valencia podr¨ªa identificarse con ellas pero estos tres especialistas en urbanismo aprecian virtudes en esta ciudad que no se han aprovechado suficientemente y que podr¨ªan servir de punto de partida para salir de la crisis.
Chema Segovia, el tercero de los autores, ve plenamente vigente cuestiones que ya se planteaban en los 80 arquitectos como Carles Dol?: si la ciudad debe seguir creciendo, volver la mirada al centro hist¨®rico o poner en valor territorios como la huerta. "Nuestra tarea no es inventar nada nuevo sino poner en evidencia las carencias del planeamiento cl¨¢sico y anteponer a todo el aparataje t¨¦cnico e institucional, las demandas sociales y los derechos ciudadanos", resume.
Segovia se apropia en el mejor de los sentidos de algunas de las reflexiones del libro Valencia, la ciudad, de Josep-Vicent Boira, donde se describe la capital como una ciudad espont¨¢nea, traviesa y muy dada a la improvisaci¨®n. "Boira lo resume todo en una frase que a m¨ª me parece genial: 'Valencia se caracteriza por combinar de una manera bastante peculiar el apego a las tradiciones con la falta de melancol¨ªa'. Me parece bonito porque se habla de la concepci¨®n de la ciudadan¨ªa y de la sociedad valenciana que es capaz de mirar al pasado pero no es est¨¢tica".
"No se trata de desgranar tres o cuatro cosas que sabemos que son buenas", prosigue Marrades, que opina que empobrece mucho hablar de c¨®mo somos los valencianos pero es interesante tratar de los procesos que generamos. La respuesta a los desaf¨ªos que tiene el sur de Europa est¨¢ en Valencia, no en Alemania, sostiene este economista. A la gente formada le interesa cada vez m¨¢s los sitios donde pase algo m¨¢s que trabajar y esa combinaci¨®n de innovaci¨®n t¨¦cnica, cient¨ªfica y festiva [que tiene Valencia] puede responder mejor a la crisis y sus efectos.
Uso, dise?o y gesti¨®n
De la teor¨ªa a la pr¨¢ctica. Estal plantea los tres pasos para transitar del planteamiento urban¨ªstico al proceso ciudadanos: primero es el uso de los espacios urbanos, luego el dise?o y al final, la gesti¨®n. "Necesitamos un trabajo de los t¨¦cnicos y los pol¨ªticos mucho m¨¢s activo. Ver qu¨¦ pasa en cada barrio y actuar en consecuencia", comenta el arquitecto.
"?Para qu¨¦ necesitas un patio de colegio si al lado del centro tienes un solar?", pone de ejemplo Estal. "Sabemos que es m¨¢s complicado que todo eso, pero si ese espacio vac¨ªo est¨¢ ah¨ª,? ?por qu¨¦ no se puede usar para esa otra cosa que necesitan los vecinos". As¨ª han surgido experiencias en la capital como el solar de Corona -un solar abandonado en El Carme, reconvertido en centro de actividades de los vecinos- o los huertos urbanos de Benimaclet en un PAI atrancado desde hace d¨¦cadas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.