La Generalitat difundi¨® la maqueta de Calatrava que los t¨¦cnicos rechazaron

La investigaci¨®n judicial abierta por la contrataci¨®n de Santiago Calatrava para la construcci¨®n del Centro de Convenciones de Castell¨®n entra esta semana en su recta final con las declaraciones del arquitecto y de la ex directora general de Grandes Proyectos, Cristina Morat¨®, ambos imputados. Ya han declarado cinco imputados y tres testigos. De los interrogatorios y los documentos se desprende la escasa diligencia con que la empresa p¨²blica Sociedad de Proyectos Tem¨¢ticos (SPTCV) y la Generalitat abordaron un proyecto en el que la improvisaci¨®n y las incongruencias parecen estar a la orden del d¨ªa.

Entre las m¨¢s llamativas, el uso que la Generalitat hizo de la maqueta del dise?o de Calatrava mientras los t¨¦cnicos y altos cargos de la sociedad mandaban misivas al despacho del proyectista para comunicarle que el proyecto no se ajustaba al encargo. Calatrava entreg¨® el proyecto b¨¢sico el 4 de noviembre de 2008 y fij¨® un precio de 100 millones y no los 60 previstos. Desde el 2 de diciembre hasta el 16 de noviembre de 2009 la SPTCV remiti¨® cartas y escritos en los que insist¨ªa en que el plan incumpl¨ªa el contrato e instaban al arquitecto a corregir el sobrecoste. Obviando esto, la Generalitat exhibi¨® la maqueta en enero de 2009 en IFEMA en Madrid y en julio del mismo a?o en el IV Congreso de Arquitectos celebrado en Valencia.

Esto sirvi¨® de base al despacho del proyectista para amenazar con una demanda por enriquecimiento injusto al usar un proyecto que, en teor¨ªa, rechazaba.

El director t¨¦cnico de la sociedad Javier de Diego (imputado) alert¨® desde el principio de que el contrato firmado carec¨ªa de las premisas b¨¢sicas como definir claramente un programa de necesidades que fijara los usos y superficies de la obra. El t¨¦cnico avis¨® de que esa era ¡°la mejor forma de administrar correctamente la dotaci¨®n de 60 millones y evitar imprevistos¡±. Tambi¨¦n se?al¨® que el Ayuntamiento de Castell¨®n no contestaba a sus requerimientos para concretar estos aspectos del proyecto. Hasta advirti¨® de que el contrato citaba un presupuesto ¡°orientativo¡±. En el juzgado declar¨® su perplejidad por que se acabara pagando un proyecto que no cumpl¨ªa lo establecido.

Ambig¨¹edad

La ambig¨¹edad se extendi¨® hasta la superficie del proyecto. El departamento t¨¦cnico habla de 17.000 metros cuadrados pero al despacho del arquitecto llegaron otras propuestas de 82.120 y de 42.240 metros. El aumento de superficie fue el argumento usado por Calatrava para disparar el coste de su edificio. La descoordinaci¨®n entre el consistorio y la SPTCV se antoja evidente.

Pero, adem¨¢s, la Generalitat pudo aceptar t¨¢citamente el desorbitado proyecto el mismo d¨ªa en que se present¨® la maqueta en mayo de 2008. Los abogados del proyectista preguntaron durante los ¨²ltimos interrogatorios c¨®mo era posible que el Consell rechazara el proyecto si en la misma nota de prensa emitida para aquel d¨ªa hac¨ªan suyos datos que luego rechazaban como el de la superficie a ocupar. El Consell acab¨® pagando los 2,7 millones de euros del proyecto nunca realizado.