El Chopin tranquilo de Freire

La presencia de Nelson Freire, pianista reputad¨ªsimo y una aut¨¦ntica autoridad mundial en el ¨¢mbito chopiniano, era el principal atractivo del concierto de abono de este fin de semana de la Orquestra Simf¨°nica de Barcelona i Nacional de Catalunya en el Auditori.

Freire, que en octubre cumpli¨® los setenta a?os y que hab¨ªa actuado junto a la OBC hace veintisiete, se enfrent¨® desde la parte solista al Segundo concierto para piano Op. 21 del ilustre polaco. El pianista acredit¨® su prestigio ofreciendo una lectura de la pieza equilibrada, limpia de excesos de pedal, con un tocar articulado y repleto de sutiles matices din¨¢micos y todo ello aplicado a una expresividad de temperatura tibia, alejada de excesos sentimentales y de cualquier asomo de melodrama a?adido. Su Chopin fue tranquilo, equilibrado, adem¨¢s de elegante y noble.

La actuaci¨®n del pianista brasile?o estuvo precedida por la interpretaci¨®n, en la primera parte, de El rapte de les Sabines de Manuel Blancafort, un movimiento sinf¨®nico m¨¢s o menos program¨¢tico estrenado en 1932, con una orquestaci¨®n de influencia impresionista. Una pieza de bella factura que recibi¨® una interpretaci¨®n correcta pero no muy pulida en la materialidad del sonido. Lo mismo puede aplicarse a la pieza que ocup¨® en solitario la segunda parte del concierto, la Segunda sinfon¨ªa Op. 73 de Brahms que qued¨® desma?ada. Vaya como disculpa el hecho de que la orquesta no pudo contar, por enfermedad, con el director previsto, Josep Pons y hubo que buscar a un director substituto, Alan Buribayev, joven director kazajo, actual titular de Orquesta Sinf¨®nica Nacional RT? de Dubl¨ªn, que bastante hizo con asumir con rapidez, eficacia y profesionalidad un programa complejo, con una pieza, la de Blancafort, absolutamente fuera del repertorio.