Camisas nuevas
Hay que ponerse a temblar cuando alguien se propone salvar patrias enteras
Ahora que el inefable Artur Mas, por no mencionar al lacrimoso Oriol Junqueras, se entretienen toreando el asunto del ¡°encaje de Catalu?a en Espa?a¡±, ante el jolgorio legalista de los espa?oles de verdad, as¨ª como en relaci¨®n con otros sucesos pol¨ªticos de mucha actualidad, tal vez convendr¨ªa recordar a aquella tropa de falangistas j¨®venes y entusiastas que, antes de ser abducidos por el poder realmente existente, proclamaban cosas como ¡°Quien al grito de viva Espa?a no responde con un viva, si es espa?ol no es hombre, y si es hombre no es espa?ol¡±, entre otras afirmaciones que no inclu¨ªan el prop¨®sito de asaltar los cielos por muy poco: se conformaban con hacer guardia junto a los luceros o, en bravo arranque de legionario, aseverando en h¨ªmnico aserto que ¡°Si te dicen que ca¨ª, me fui al puesto que tengo all¨ª¡±. Y cuando tocaban tierra, se desga?itaban exigiendo la nacionalizaci¨®n de la banca en su programa, y otras medidas de mucho populismo que inclu¨ªan el misterioso prop¨®sito de ¡°Rellenar de esencia al campesinado¡±: se ve que tomaban a los pobres labriegos por un reba?o de lerdos. Todo eso, claro, antes de convertirse en una miserable pandilla de pistoleros al servicio de los victoriosos militares.
Ante ese y otros antecedentes de p¨¢nico, hay que ponerse a temblar cuando alguien se propone salvar patrias enteras, con lo bien que se queda invitando a los amigos a unas cervecitas. Sin ir m¨¢s lejos, un servidor milit¨® durante alg¨²n tiempo cuando joven en una precaria organizaci¨®n muy de izquierdas y rezaba todos los d¨ªas, al acostarme, pese a mi entrega a la causa, porque no lleg¨¢ramos para nada a tener ning¨²n poder, pues de lo contrario ni los trenes saldr¨ªan a su hora, los aviones se dar¨ªan de hostias en las pistas de los aeropuertos y los mendigos carecer¨ªan de contenedores donde rebuscar por la noche. No se trata ya de que hay asuntos que es preferible no tocar si no se sabe muy bien d¨®nde ponerlos, sino de que est¨¢ al alcance casi de cualquier despabilado prometer y prometo que saldremos de tanta ignominia de una vez por todas si me segu¨ªs hasta m¨¢s all¨¢ de las nubes. Mientras el mundo sigue dando vueltas como un vagabundo, ajeno por completo a tanta desdicha humana, de la que m¨¢s bien est¨¢ siendo v¨ªctima inocente, ya que estamos jodiendo sin remedio el entorno que nos dio la vida.
Tan peligrosa como la situaci¨®n en este pa¨ªs, por no entrar ahora en particularismos atroces de esta Comunidad, es la legi¨®n de aspirantes a remediarlo todo y no parar hasta llevarnos directos a los cielos. Se agradece la intenci¨®n, que siempre va acompa?ada de la petici¨®n de voto (casi lo ¨²nico que nos queda, para fortuna de muchos), pero no, gracias. Y, sin embargo, de eso depende ahora casi todo, cuando hasta los chamarileros saben que los votados har¨¢n lo que les venga en gana una vez asumidos los m¨²ltiples contagios del poder. ?Alg¨²n pol¨ªtico ha manifestado jam¨¢s en p¨²blico que aspiraba a ocupar (nunca mejor dicho) un carguito para enriquecerse? No, salvo a alg¨²n chalado valenciano de la extinta RTVV que adem¨¢s les tocaba el culo a sus secretarias. Fuera de eso, ni siquiera resulta novedosa la entusiasta disposici¨®n a tanta entrega. ?Podemos? M¨¢s bien debemos.
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