¡°El castellano ha perdido eficacia po¨¦tica¡±
Pere Gimferrer lanza dos nuevos poemarios, uno escrito en italiano
Parece sorprendido Pere Gimferrer (Barcelona, 1945) de que se le haga notar que aparece cuatro veces la palabra muerte en ocho estrofas de uno de sus recientes poemas. Coge el volumen y lee por encima de las gafas. A los dos segundos, murmura: ¡°Ay, estaba mir¨¢ndolo en castellano, voy al original italiano¡¡±. S¨ª, el ¨²ltimo libro del acad¨¦mico se titula Per riguardo (Fundaci¨®n Jos¨¦ Manuel Lara) y est¨¢ escrito directamente en esa lengua (versi¨®n espa?ola de Justo Navarro). Y acompa?a en el mercado a El castillo de la pureza (Tusquets), versi¨®n castellana (de Jos¨¦ Mar¨ªa Mic¨®) de su ¨²ltimo poemario en catal¨¢n El castell de la puresa, de principios de este a?o.
La sombra de la muerte y cierta a?oranza por la juventud marcan el tono del m¨¢s profundo y personal Per riguardo, temas que tambi¨¦n aparecen en El castillo¡ si bien el cord¨®n umbilical m¨¢s fuerte es un trasunto cr¨ªtico con la situaci¨®n pol¨ªtica y social, de una violencia latente --¡°nella citt¨¤ dei fiamme in rivoltelle¡± (¡°en la ciudad de llamas en rev¨®lveres¡±)-- y una vida aparente: --¡°Aix¨ª vivim, com viuen els follets / o els focs follets, com la calamarsada / que nom¨¦s sap que ¨¦s la voluntat cega / d¡¯escampar el foc o l¡¯aigua destructiva¡± ("As¨ª es como vivimos, como duendes / o como fuegos fatuos, o granizo / que solo sabe del designio ciego / de esparcir fuego o agua destructiva¡±).
La culpa de los versos italianos la podr¨ªa tener Dante, cuya Divina comedia ha le¨ªdo seis veces (¡°por encima de Proust, al que he le¨ªdo cinco¡±, constata como sorprendido de s¨ª mismo), pero el hecho es que public¨® por vez primera en castellano en 1966; en catal¨¢n, en 1970 y ahora en italiano. ¡°No dejan de ser variables del lat¨ªn. En una misma semana he escrito en los tres idiomas; tambi¨¦n tengo alguna cosa en franc¨¦s, pero no lo muestro porque es una lengua en la que es f¨¢cil hacer un pastiche¡±.
Lo dice con naturalidad abrumadora. ¡°Hace a?os que no leo traducciones y eso ayuda, quiz¨¢ de alg¨²n ruso u oriental s¨ª, pero pienso y leo en diversos idiomas aunque no los hable¡±. Y repasa la g¨¦nesis de los que le son propios: ¡°El castellano es el idioma de mi formaci¨®n, aunque en la escuela no aprend¨ª nada de idiomas, solo lat¨ªn; escribir en catal¨¢n en los 60 ten¨ªa un significado pol¨ªtico, pero para m¨ª era una cosa m¨¢s: yo aprend¨ª a nombrar las cosas en catal¨¢n y eso hab¨ªa de salir en alg¨²n momento; y del italiano he visto mucho cine, he estado muchas veces... El italiano es una lengua m¨ªa¡±.
A las causas terrenales hay que a?adirle las po¨¦ticas, las que le permiten versificar directamente ¡°Tutto questo azzardandosi all¡¯esistere / la morte consisteva nell¡¯insistere¡± (¡°Todo esto arriesg¨¢ndose a existir: / la muerte consist¨ªa en insistir¡±). ¡°Las palabras nacen como un n¨²cleo r¨ªtmico que se concreta en unos sonidos que me llevan a un idioma determinado¡ Pero los poetas no pensamos en ning¨²n idioma sino en im¨¢genes e ideas. Las ideas no est¨¢n formuladas en lengua alguna¡±.
Los poetas no pensamos en idiomas sino en im¨¢genes e ideas
Pessoa, que escrib¨ªa en portugu¨¦s, ingl¨¦s o franc¨¦s; Carles Riba, Francisco Aldana y Rodolfo Wilcock, que lo hac¨ªan am¨¦n de en catal¨¢n o castellano, en italiano¡ La erudici¨®n de Gimferrer saca precedentes como de una chistera, la misma magia con la que explica que la culpa de todo la tienen las propias palabras. ¡°Cada idioma tiene palabras que determinan la poes¨ªa; las palabras en un idioma tienen una eficacia po¨¦tica que no tienen en otro. F¨ªjese en la sonoridad de morte: en italiano manda mucho, para empezar son las mismas s¨ªlabas que notte, son casi sin¨®nimas¡¡±. Redobla su did¨¢ctica: ¡°Las palabras determinan en parte las tem¨¢ticas y otras han dejado de ser po¨¦ticas por el abuso que se ha hecho de ellas; por ejemplo: ¡®Unos labios rojos¡¯ ya no funciona po¨¦ticamente, se ha de decir de otra forma. Hay muchas palabras catalanas del XV que no han envejecido, que se han preservado por su no uso, y en cambio otras del XIX y del XX, por la necesidad de construcci¨®n del lenguaje po¨¦tico, han quedado totalmente inutilizadas para ello¡±. ?Tambi¨¦n ocurre en castellano? ¡°Claro: hay muchas palabras gastadas por la misma Generaci¨®n del 27, recuperadas de Rub¨¦n Dar¨ªo, G¨®ngora o Garcilaso, que no funcionan sino como del 27. Fuera de ah¨ª, no van. El castellano ha perdido eficacia po¨¦tica por su alta actividad¡¡±.
Admite Gimferrer que sus poemas en italiano ¡°quiz¨¢ son m¨¢s oscuros porque el vocabulario me lleva a concentrar m¨¢s lo que quiero decir; es la suma de Dante y Ungaretti y Montale¡ El catal¨¢n de El castell de la puresa tambi¨¦n lleva a ello, pero el estilo lo camufla¡±. De joven, tras una primera redacci¨®n, Gimferrer eliminaba nexos de asociaci¨®n de ideas de sus composiciones. ¡°Ahora lo hago autom¨¢ticamente durante el proceso de escritura mismo; hoy tengo m¨¢s confianza de que el lector me siga¡±. ?Y si no lo hace? ¡°La poes¨ªa consiste en la asociaci¨®n de palabras y sonidos que s¨®lo existen en el poema. Querer entenderla como se entiende el argumento de una novela eso est¨¢ descartado en poes¨ªa. Nadie va a leer las Soledades de G¨®ngora para enterarse de lo que hacen los cazadores y pescadores; se lee por otro motivo: uno busca la asociaci¨®n de im¨¢genes y palabras que hace G¨®ngora con el pretexto de esos cazadores y pescadores¡±.
Lo ideal para Espa?a ser¨ªa la confederaci¨®n; pero da miedo decirlo¡±
Hay en Per riguardo y en El castillo de la pureza una notable presencia de la parca (¡°est¨¢ tambi¨¦n ya en Arde el mar o en Hora foscant; puedo morir ma?ana o en 10 a?os pero esa presencia de la muerte ya la ten¨ªa a los 20 a?os¡±, arguye) y una notable nostalgia de una juventud (¡°La bella addormentata¡±) a?orada: ¡°Ens fan mal les estelles del temps adolescent: / s¡¯han esberlat els vidres de tanta primavera¡± (¡°Nos duelen las astillas del tiempo adolescente: / se ha quebrado el cristal de tanta primavera¡±)¡ ¡°Tambi¨¦n estaba en Arde el mar, en Rapsodia y en Alma Venus, y en unos poemas castellanos in¨¦ditos¡ Ve¨ªa esa juventud como si no la viviera de muy chico: a los 13 a?os, en 1958, hab¨ªa le¨ªdo a Blas de Otero, que acababa de publicar Ancia, donde hab¨ªa una angustia existencial que quiz¨¢ no me march¨®¡±.
Hay nostalgia camuflada, pero en cualquier caso con una exuberancia de colores muy visible. ¡°Lo aprend¨ª de Joao Cabral de Melo, que en 1967 manten¨ªa que un poeta no puede decir una cosa que no sea visualizable; puede formular cosas que no sean aceptables en el terreno de la realidad; tiene raz¨®n: Gonzalo de Berceo habla sobre la Virgen en un prado y puedes no creerlo pero lo puedes visualizar y eso me lleva a una poes¨ªa de im¨¢genes y colores¡¡±.
Es dif¨ªcil que domine bien el catal¨¢n o el castellano quien no ha aprendido s¨®lidamente lat¨ªn
Pero la realidad es m¨¢s sucia: ambos libros y su predecesor, Alma Venus, est¨¢n escritos entre 2012 y hoy, momentos de ebullici¨®n pol¨ªtica y baja catadura moral en el imperio de lo material. ¡°Si per tant de dolor i per tantes gemmes / no hem sabut viure m¨¦s que de biaix..¡± (¡°Si por tanto dolor y tantas gemas / hemos sabido solo vivir de refil¨®n¡¡±). La sociedad y la gente est¨¢ manchada (¡°Si tots nosaltres som una mascara ¨C¡°Si todos nosotros somos solo un tizne¡±) y el nacionalismo exacerbado, el fascismo y el terrorismo hacen aflorar versos en los que cita desde la marcha sobre Roma de Mussolini a las Brigadas Rojas. ¡°De la situaci¨®n pol¨ªtica ya he hablado claramente en Alma Venus: ah¨ª ya sal¨ªan Paesa e, indirectamente, Urdangarin. No creo que ¨¦stos sean a?os m¨¢s graves que otros ya vividos: Rold¨¢n, los GAL y, antes, la matanza de Atocha¡ Hay mucho de eso en la historia reciente¡±. ?Y le afecta como poeta? ¡°Como persona m¨¢s bien y, a veces, como poeta, pero la persona es el poeta, ?no?¡±.
La consulta popular soberanista del lunes en Catalu?a es ¡°una jugada m¨¢s de una partida de ajedrez que no sabemos c¨®mo evolucionar¨¢¡±, pero que a diferencia de otros movimientos nacionalistas en Europa, llega con el factor de ¡°una crisis econ¨®mica que tambi¨¦n explica la subida de Podemos¡±. Pero la clave vuelve a estar en una palabra: ¡°Nadie quiere pronunciarla: confederalismo. Da miedo a todos. Ser¨ªa lo mejor, pero es m¨¢s f¨¢cil pedir federalismo o, incluso, independencia¡±. En El castillo¡ recoge: ¡°Tants homes morts per l¡¯or d¡¯una senyera /per una llum ap¨®crifa potser¡± (¡°Tantos muertos por el oro de una bandera/ por una luz ap¨®crifa quiz¨¢¡±).
Cualquier libro que llega de Am¨¦rica est¨¢ mejor escrito que el que llega de Espa?a; el castellano de aqu¨ª vive una degradaci¨®n extraordinaria
Pero la preocupaci¨®n mayor de Gimferrer es la lengua. Sobre el catal¨¢n, cree que ha de optar entre un uso extensivo o de prestigio: ¡°El uso de prestigio es importante porque si no parece que est¨¦s defendiendo una lengua secundaria. Pero el solo uso de prestigio nos podr¨ªa llevar a chino mandar¨ªn. A la inversa, el uso en los mass-media nos lleva a un catal¨¢n xar¨®¡± (chabacano). Tambi¨¦n le inquieta el castellano: ¡°El que se usa en la pen¨ªnsula no muy bueno; es mucho mejor en M¨¦xico, Colombia o Buenos Aires¡±. Y no es bueno por un tema escolar: ¡°Es dif¨ªcil que domine bien el catal¨¢n o el castellano quien no ha aprendido s¨®lidamente lat¨ªn; suena reaccionario pero estoy absolutamente convencido de ello; cualquier libro que llega de Am¨¦rica est¨¢ mejor escrito que el que llega de Espa?a, el castellano de aqu¨ª vive una degradaci¨®n extraordinaria, pero tambi¨¦n veo faltas de ortograf¨ªa en diarios franceses como nunca antes¡¡±.
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