A Coru?a desaloja entre porrazos a una familia para hacer 2.000 pisos
El bombero sancionado por negarse a otro desahucio se moviliza por los vecinos
En medio de un enorme despliegue policial, protestas de vecinos indignados y mucha tensi¨®n se llev¨® a cabo la orden del Ayuntamiento de A Coru?a de desahuciar a Isabel, de 72 a?os, de la casa de dos plantas con huerta en la que naci¨®. Su reconversi¨®n en un amasijo de escombros fue inmediato tras desistir del encierro iniciado la v¨ªspera por el hijo y el nieto de Isabel que tambi¨¦n resid¨ªan all¨ª, as¨ª como por un buen pu?ado de activistas de Stop Desahucios. La propietaria no acudi¨®, muy afectada por la expulsi¨®n de su vivienda ordenada no por alg¨²n impago o deuda, sino por ser una de los muchos afectados por un tan pol¨¦mico como tortuoso proyecto inmobiliario de la Xunta, la construcci¨®n reci¨¦n iniciada de unos 2.000 pisos en el llamado parque ofim¨¢tico. Una urbanizaci¨®n residencial bautizada as¨ª porque el proyecto original era hacer un pol¨ªgono de oficinas.
Fue ?lvaro, el hijo de Isabel que adem¨¢s de su casa perdi¨® el local de su negocio, un taller de motos, el que al final, tras meses de protestas y resistencia, decidi¨® tirar la toalla y aceptar, sobre las 13.30 horas, desalojar la vivienda. Fue inmediatamente derribada. Hac¨ªa cinco horas que hab¨ªa logrado entrar la comisi¨®n judicial encargada de llevar a cabo el desahucio de la casa de Isabel y ?lvaro as¨ª como de otras cinco del barrio de Elvi?a, situadas enfrente del parque ofim¨¢tico y destinadas en principio a dotar de servicios a la futura barriada. De nada sirvieron las protestas de vecinos y activistas de Stop Desahucios. Tres de ellos ¡ªentre los cuales estaba el bombero Roberto Rivas que se neg¨® hace a?o y medio a colaborar con el desalojo forzoso de otra anciana de A Coru?a, Aurelia Rey¡ª permanecieron subidos al tejado de la casa toda la ma?ana.
La polic¨ªa nacional, que moviliz¨® una decena de furgones, reparti¨® porrazos durante el forcejeo que se produjo con decenas de personas, entre ellos los concejales del BNG y Esquerda Unida, que se movilizan desde hace semanas contra la anunciada expulsi¨®n de estos vecinos.
¡°Son familias, no terroristas¡±, ¡°Elvi?a no se vende¡± y ¡°Resistencia¡± fueron los gritos m¨¢s repetidos en la manifestaci¨®n que origin¨® un cord¨®n policial tan grande que oblig¨® a cortar al tr¨¢fico el acceso al campus universitario y ocasion¨® durante las primeras horas de la ma?ana grandes atascos en la avenida Alfonso Molina, la principal v¨ªa de entrada y salida de A Coru?a que separa precisamente el barrio de Elvi?a de la futura promoci¨®n residencial de la Xunta.
Los afectados por el desahucio de ayer fueron, como muchos otros anteriormente, expropiados por la fuerza de sus propiedades y reconvertidos, tambi¨¦n por obligaci¨®n, en promotores del futuro parque ofim¨¢tico. El problema es que no vieron un c¨¦ntimo del dinero que la Xunta les dio por sus propiedades dado que fue directamente destinado, sin alternativa, a cubrir gastos de urbanizaci¨®n de la nueva barriada. A Isabel y su familia les tocaron en teor¨ªa 197.000 euros por la casa con huerta en la que viv¨ªan, as¨ª como un terreno de 500 metros cuadrados en el ofim¨¢tico. Pero no s¨®lo no recibieron la compensaci¨®n econ¨®mica por su propiedad, sino que fracasaron todos sus intentos de lograr alg¨²n promotor interesado en construir en ese solar del nuevo barrio.
Los desahuciados tampoco tienen dinero para realojarse en esas parcelas. Hace s¨®lo tres d¨ªas que el equipo del alcalde de A Coru?a, Carlos Negreira (PP), accedi¨® a proponer a Isabel un piso de alquiler social, una oferta que est¨¢ a¨²n por concretar, seg¨²n confirm¨® la abogada de la familia. Los afectados por el contestado desahucio ¡°son promotores¡±, insisti¨® ayer el regidor. Y para defenderse del aluvi¨®n de cr¨ªticas, Negreira se refugi¨® en su obligaci¨®n de ¡°hacer cumplir la legalidad vigente, que es una orden judicial¡± de desalojo. En realidad se refer¨ªa el alcalde a la autorizaci¨®n que su gobierno decidi¨® en pleno agosto reactivar, recurriendo a un juez, para expulsar a 12 familias de Elvi?a que a¨²n se resist¨ªan y segu¨ªan viviendo en sus propiedades. El equipo de Negreira les asegur¨® entonces que no se preocuparan por la carta inst¨¢ndoles a dejar sus casas cuanto antes, que hicieran caso omiso.
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