Solo uno de cada cuatro contratos agrarios fue para mujeres
Varias asociaciones exigen el cumplimiento de la igualdad aprobada en el convenio
En el mes de noviembre se formalizaron en Andaluc¨ªa 151.403 contratos en la agricultura, algo favorecido por el adelanto de la campa?a de la aceituna. El 71% de esos empleos fue para los hombres, aunque la proporci¨®n en el c¨®mputo de todo el a?o dice que la mujer ocupa apenas uno de cada cuatro contratos en el campo. Se consuma de nuevo la discriminaci¨®n de la mujer en el sector agrario, una tendencia que empez¨® a hacerse visible sobre todo desde que irrumpi¨® la crisis y el campo se convirti¨® en refugio de mano de obra (masculina) procedente de otros sectores castigados por el desempleo, en especial la construcci¨®n.
Esta semana se ha firmado el convenio del campo de Ja¨¦n (referente en el resto de Andaluc¨ªa por su enorme dimensi¨®n), que intenta poner fin a esta situaci¨®n tan anacr¨®nica. El convenio introduce por vez primera ¡°el principio de igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el acceso al empleo, en la formaci¨®n y promoci¨®n profesional, y en las condiciones de trabajo¡±. Alcanzada ya la equiparaci¨®n salarial a principios de este siglo, ahora se da un paso m¨¢s hacia la igualdad real para no excluir a la mujer de las tareas del campo.
¡°Vamos a estar vigilantes para que no haya discriminaci¨®n y de que la igualdad sea real¡±, advierte Montserrat Moyano, presidenta de la Federaci¨®n de Asociaciones de Mujeres Rurales de Andaluc¨ªa (Fademur). Aunque valora la cl¨¢usula introducida en el convenio del campo, Moyano recela de la voluntad empresarial. ¡°Cuando el trabajo escasea se prefiere a los hombres en los tajos, casi siempre apelando al argumento err¨®neo de la fuerza f¨ªsica¡±, se?ala Moyano.
Paqui Murillo lleva desde los 14 a?os acudiendo cada campa?a a recoger aceituna en Baeza (Ja¨¦n) y sabe bien que la mujer realiza las mismas tareas que el hombre. ¡°Yo utilizo la vara mec¨¢nica, la sopladora, el rastrillo y conduzco el Land Rover con el remolque lleno de aceituna¡±, explica esta olivarera de 50 a?os mientras trabaja en la explotaci¨®n familiar junto a su marido y sus dos hijas, estudiantes que echan una mano los fines de semana. Aunque no sea su caso, Paqui dice conocer muchas paisanas que sufren la discriminaci¨®n laboral en la aceituna, con los efectos que eso tiene para optar a posteriores prestaciones sociales.
La paridad es para un consejo de administraci¨®n Asaja de Ja¨¦n
Y es que, seg¨²n el Observatorio Argos del Servicio Andaluz de Empleo, el 67,23% de los perceptores del subsidio agrario en Andaluc¨ªa son mujeres, la mayor¨ªa de ellas de m¨¢s de 50 a?os. El porcentaje baja hasta el 56,53% para las que cobran la Renta Agraria. Mujeres que cuando son desplazadas del campo no tienen otras posibilidades de lograr las jornadas necesarias para el cobro del subsidio. ¡°Existe una doble discriminaci¨®n de la mujer en la agricultura, por un lado se la excluye y por otro se le cierra la puerta al cobro del subsidio¡±, apunta Beatriz Mart¨ªn, coordinadora en Ja¨¦n del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM).
En esta provincia, donde la ca¨ªda de la producci¨®n olivarera ronda el 80% este a?o, las mujeres no solo no son contratadas en los tajos sino que en muchos municipios ni siquiera van a abrir las guarder¨ªas temporeras de la aceituna porque los ni?os se quedan en casa con sus madres. En Ja¨¦n, provincia que junto a Huelva es donde m¨¢s peso tienen los contratos agrarios con relaci¨®n al total general, solo el 23% de los contratos realizados en noviembre en la agricultura lo coparon mujeres. Son 10 puntos menos de los que hab¨ªa en el a?o 2006, es decir, antes del inicio de la crisis que ha desplazado a la mujer del campo.
La fuerza f¨ªsica no vale como argumento,?las tareas son similares Presidenta de Fademur
Para evitar que los empresarios esquiven el compromiso de no discriminaci¨®n fijado en el convenio, los sindicatos propusieron, sin ¨¦xito, la incorporaci¨®n de una cl¨¢usula de paridad para garantizar que ninguno de los sexos estuviera sobrerrepresentado en las explotaciones agrarias. Pero la patronal cree que eso es algo imposible de plasmar en el campo. ¡°La paridad es para un consejo de administraci¨®n, pero en el funcionamiento de una empresa es absurdo fijar un porcentaje. En la fresa de Huelva, por ejemplo, casi el 100% de los eventuales son mujeres y eso no creo que cambie¡±, sostiene Luis Carlos Valero, gerente de Asaja en Ja¨¦n.
Este dirigente empresarial niega que exista discriminaci¨®n por raz¨®n de g¨¦nero y vincula la exclusi¨®n de la mujer de los tajos por la mecanizaci¨®n de las explotaciones agrarias. ¡°La mecanizaci¨®n no vale como argumento, las mujeres tienen las mismas capacidades pero no han tenido las mismas oportunidades¡±, le replica la coordinadora del IAM.
El convenio del campo firmado para los pr¨®ximos cuatro a?os establece subidas de entre el 0,60% en esta campa?a y el 1,4% en 2017. El jornal de 6,15 horas para un trabajador agropecuario se establece en 49,60 euros, mientras que para vareadores y recogedores de la aceituna es de 50,67 euros. Las diferencias salariales empiezan a establecerse cuando se trata de jornaleros que usan maquinaria agr¨ªcola, una tarea mayoritariamente destinada a los hombres. As¨ª, un tractorista cobrar¨¢ 53,68 euros el jornal, y un auxiliar de vibradora autopropulsada o un vareador con vara mec¨¢nica, 52,93 euros. ¡°A las mujeres nos pagan como peones, pero lo cierto es que hacemos las mismas tareas que los hombres en el campo¡±, zanja Paqui Murillo mientras recoge la aceituna en Baeza.
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