El mancillado honor del PP
Decenas de pol¨ªticos desfilar¨¢n por el banquillo estigmatizados por la presunci¨®n de culpabilidad m¨¢s que de inocencia
La cr¨®nica de tribunales revela con creciente amplitud e intensidad que el PP valenciano habr¨¢ de afrontar los pr¨®ximos meses preelectorales en el peor de los escenarios pronosticados. Decenas de quienes han sido sus gestores y representantes estos a?os pasados ¨Cy aun ahora mismo- van a desfilar por el banquillo estigmatizados por la presunci¨®n de culpabilidad m¨¢s que de inocencia y con los consiguientes impactos medi¨¢ticos, que de tan abundantes y seguidos nos van a parecer una traca, no tanto de truenos como de cacos y cacas. La justicia, a pesar de su lentitud, las injerencias y m¨¢s a menudo a la indotaci¨®n de medios con que trabaja, lleva trazas de cumplir su funci¨®n y, todo al tiempo, recuperar por estos pagos parte del cr¨¦dito perdido. Tambi¨¦n eso es una buena noticia, aunque ingrata para el gobierno. Tanta sentencia condenatoria como se avizora ha de ser como un dogal a su cuello.
Recu¨¦rdense a modo meramente indicativo y no exhaustivo enredos como G¨¹rtel, Fitur, viaje del Papa, Cooperaci¨®n, Emarsa, Sonia Castedo y sus escandalosos favores, la financiaci¨®n delictiva del PP, las trapisondas de las basuras en la Vega Baja, los abusivos sobresueldos y despilfarros en el Puerto y Feria de Valencia, as¨ª como en el Palau de les Arts y los coletazos de la liquidaci¨®n del tinglado financiero valenciano ¨CCajas de Ahorros, Banco de Valencia- que ya ha empapelado a un ex president de la Generalitat. ?Queda libre de delito o sospecha alguna parcela del ¨¢mbito p¨²blico auton¨®mico?
Esta sucinta evocaci¨®n viene a cuento de la candorosa y un tanto tronada declaraci¨®n del presidente Alberto Fabra cuando, como acaba de hacer, rompe una lanza por su partido, del que afirma que ¡°ha trabajado siempre dentro de la honorabilidad y de las reglas de juego de la democracia¡±. Se refiere concretamente a los presuntos delitos electorales que se le imputan al PP, y que tan evidentes se nos antojan a tenor de los indicios, pero resulta estridente la apelaci¨®n a la honra de quienes individual y corporativamente han situado a la Comunidad Valenciana en el mapa de la infamia y de la chirigota debido a la audacia e incluso la contumacia con que muchos y algunas de sus cofrades han conculcado el C¨®digo Penal.
Las consecuencias m¨¢s evidentes de este desmadre han sido, como es notorio, la saturaci¨®n de las instancias judiciales ante el aluvi¨®n de encausados y el desplome de las expectativas electorales del partido que nos gobierna. Las encuestas demosc¨®picas lo dejan claro y tambi¨¦n gran parte de la feligres¨ªa pepera que se ve moralmente desarmada para explicar y menos justificar tanto desafuero. A?¨¢dase a ello el panorama social que nos aflige, con un mill¨®n y medio de valencianos en estado de exclusi¨®n social, seg¨²n C¨¢ritas y Foessa, y una pobreza rampante de la que ¨²nicamente se salvan los abogados penalistas, por la mucha faena; los m¨¦dicos con cl¨ªnica privada, por el desguace de la sanidad p¨²blica, y los administradores concursales, por la quiebra de los negocios. Son los beneficiarios de desgracia ajena. Como los zopilotes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.