La letra peque?a no explicada
El ¨²ltimo trimestre del a?o se ha caracterizado por las sucesivas pol¨¦micas en torno al marco de derechos y prestaciones sociales que conforman el sistema de protecci¨®n vasco. M¨¢s que una reflexi¨®n sosegada y profunda sobre el mismo, es un cruce de propuestas avivadas al calor de las pr¨®ximas elecciones municipales y forales; no en vano, uno de los candidatos en liza, el actual alcalde de Vitoria agita la Renta de Garantia de Ingresos apelando una y otra vez al fraude y a los abusos en el sistema y, por otra, el ya candidato a la alcald¨ªa de Bilbao y consejero del Gobierno vasco plantea nuevos impuestos con los que afrontar el necesario y obligado cumplimiento de los derechos contemplados en la Ley de Servicios Sociales. A menudo, para sustentar sus argumentos, el consejero ha aludido a la Ley de Dependencia del Gobierno de Zapatero, como ejemplo de lo que no hay que hacer ya que fue aprobada -dice- sin haberse establecido previamente su financiaci¨®n.
Pues bien, es lo que ha ocurrido hasta la fecha con la Ley Vasca de Servicios Sociales, si bien en este caso era el PNV el responsable m¨¢ximo en todas las instituciones con competencias en este ¨¢mbito el que dio su visto bueno al texto de la Ley.
Hace exactamente seis a?os, en diciembre del a?o 2008, se aprob¨® la Ley de Servicios Sociales que establec¨ªa el derecho subjetivo al acceso a las prestaciones del sistema a trav¨¦s de la cartera de servicios acordada por las instituciones hace una semana y que no se va a hacer efectiva hasta dentro de dos a?os, diciembre de 2016. Transcurrir¨¢n ocho a?os hasta que este derecho sea real, y confiemos que efectivo. Por ello, la primera lectura provoca frustraci¨®n, no complacencia. Porque el tiempo de respuesta de las administraciones ha sido y es inversamente proporcional al crecimiento exponencial de un envejecimiento de la sociedad que multiplica sus demandas.
Adem¨¢s, es el Gobierno vasco, como responsable de la planificaci¨®n del Sistema de los Servicios Sociales, quien debiera explicarnos cu¨¢l es su modelo, la letra peque?a de lo que se vende como un gran acuerdo. Sin querer menospreciar el alcance del mismo -s¨¦ lo que cuesta alcanzarlos-, conviene aclarar cual es la m¨²sica que acompa?a a la letra, si la hay. ?Se acercara por fin el modelo vasco al de los pa¨ªses mas desarrollados de Europa con servicios flexibles y de proximidad que buscan la autonom¨ªa de los mayores en su propio domicilio y que, por cierto, es lo que los vascos y vascas desean? Porque en este caso el papel que los ayuntamientos juegan, por ser la instituci¨®n de referencia sobre la que pivota el itinerario de servicios de cuidado, es de una importancia extraordinaria y no acorde con la financiaci¨®n que se prev¨¦ en el acuerdo alcanzado y que puede poner en dificultades a los ayuntamientos en un breve plazo de tiempo.
Por otro lado, la dimensi¨®n de lo publico o lo privado en el sistema o la colaboraci¨®n entre lo social y lo sanitario, que afectan a los costes del mismo, abren un abanico de inc¨®gnitas que las administraciones competentes tendr¨¢n que explicar a la sociedad.
Un bonito ejercicio educativo ante las pr¨®ximas elecciones municipales y forales, porque los datos econ¨®micos aportados hasta la fecha para la futura financiaci¨®n de la ley, apuntan a una congelaci¨®n del sistema actual o a su mantenimiento pero no a un avance sustancial de la inversi¨®n con el que hacer frente al progresivo envejecimiento de la sociedad. De hecho ya el a?o pr¨®ximo tanto Gipuzkoa como ?lava deber¨¢n prorrogar sus cuentas, gracias entre otros al PNV. Una rara manera de entender las corresponsabilidades pol¨ªticas y una mala manera de empezar el desarrollo de la ley. ?Ser¨¢ esa la raz¨®n de remitir los efectos del acuerdo al 2017?
El reciente acuerdo institucional debe aclarar la letra peque?a para demostrar el compromiso de querer ir unidos bajo una pol¨ªtica social de progreso, porque los datos hasta ahora conocidos carecen de cualquier tipo de ambici¨®n. Euskadi tiene las bases suficientes para desarrollar un modelo propio de cuidados a nuestros mayores capaz de crear empleo y de estar a la vanguardia de una pol¨ªtica social de progreso. ?Ojal¨¢ que el acuerdo ante el que estamos no sea solo una foto con la que salvar la cara ante las pr¨®ximas elecciones!
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