Para que se mueva Sortu
Andoni Ortuzar pone deberes a la izquierda abertzale para que ETA acelere su desarme
El PNV sospecha en silencio que el debate identitario no vende en pleno vendaval de Podemos. Que no ser¨¢ un argumento desequilibrante en unas elecciones locales y forales, tradicionalmente m¨¢s pegadas a la virtualidad de la acera que al cansino debate de la alta pol¨ªtica. Vaya, que tampoco le urge arriesgarse en el Parlamento vasco a un previsible desgaste en la b¨²squeda de un consenso que se antoja imposible a medio plazo en medio de tanto inmovilismo t¨¢ctico y, por si fuera poco, cuando es consciente de que no existe clamor ciudadano alguno que se lo reclame.
Bajos estas coordenadas, y en presencia del lehendakari, I?igo Urkullu, que acababa de apostar la pasada semana en Madrid por la exigencia de una nueva relaci¨®n con el Estado, el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, ha marcado ¡ªcon contundencia, pero tambi¨¦n de manera inesperada¡ª la estrategia y el calendario a seguir en una cuesti¨®n siempre nuclear para la aspiraci¨®n nacionalista. La paz definitiva en Euskadi es mucho m¨¢s prioritaria que un nuevo estatus ha venido a decir en un claro gui?o de complicidad necesaria con la mayor¨ªa silenciosa. Y lo ha hecho en un d¨ªa tan se?alado para la familia jeltzale como el 150 aniversario del nacimiento de Sabino Arana, pero tambi¨¦n a la vuelta de la esquina de la presentaci¨®n, el pasado s¨¢bado, de la v¨ªa vasca a la independencia de EH Bildu.
Bien sabe Sortu, como partido decisorio en la fortaleza de la izquierda soberanista, que Ortuzar les ha se?alado con el dedo para urgirles a que activen su capacidad de influencia en el colectivo de presos de ETA y as¨ª contribuir a cerrar cuanto antes la p¨¢gina de la violencia. Un envite para que el largo peregrinar abertzale hacia la independencia no se convierta en una t¨¢ctica escapista mientras la banda sigue con su desarme a vueltas. Les viene a decir sencillamente que se muevan. Ahora bien, tampoco se le debe escapar al PNV cu¨¢l ser¨¢ la respuesta. Pero, para entonces Ortuzar ya se ha desprendido de una inc¨®moda presi¨®n y ha puesto deberes a su enemigo.
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