¡°Garc¨ªa Prieto es el Millet del pueblo¡±

¡°Para m¨ª era Dios. Era un t¨ªo al que ve¨ªas abrazarse con Pujol y con Maragall, que se iba de vacaciones con el alcalde de Barcelona¡­ ?qui¨¦n era yo para desconfiar?¡± Miguel Terrino rememora los largos a?os pasados junto a Francisco Garc¨ªa Prieto en el tim¨®n de la Fecac, la federaci¨®n que agrupa a las entidades culturales andaluzas en Catalu?a. Durante casi tres d¨¦cadas, Garc¨ªa Prieto organiz¨® la Feria de Abril, un evento al que acuden cada a?o millones de personas y cuya popularidad le sirvi¨® para tener en un pu?o a los dos grandes partidos catalanes (PSC y CiU) y tambi¨¦n, presuntamente, para enriquecerse de forma ilegal.

¡°Personalista¡±, ¡°persuasivo¡±, ¡°astuto¡± y con ¡°una gran capacidad de liderazgo¡±, Garc¨ªa Prieto ha ca¨ªdo del pedestal. Las sospechas de irregularidades se remontan a los inicios de su gesti¨®n, pero nunca hab¨ªan prosperado. Hasta ahora. La Fiscal¨ªa le ha denunciado ante el juez por saquear los fondos de la Fecac (1,6 millones) y manejar las subvenciones a su antojo hasta 2013, cuando fue forzado a abandonarla. Terrino y otras tres exmiembros de la junta que tambi¨¦n le hab¨ªan admirado le denunciaron. ¡°Un an¨®nimo nos envi¨® unas facturas de Pepsi Cola y de la Damm y vimos que los n¨²meros no cuadraban. La Fecac compraba botellas a 35 c¨¦ntimos. Pero el almac¨¦n de la feria, que controlaba ¨¦l, las vend¨ªa a las entidades por 90¡±.

¡°Ha sido un chasco para todos. Ha resultado ser el Millet del pueblo¡±, sintetiza Francisco Flores, secretario de la Fundaci¨®n Fecac. Los paralelismos est¨¢n ah¨ª: igual que hiciera F¨¨lix Millet en el Palau de la M¨²sica, Garc¨ªa Prieto ha llevado bien sujetas las riendas de la Fecac, ha dado escasas explicaciones sobre los n¨²meros ¡ª¡°cada a?o repet¨ªa que hab¨ªa 100 millones de pesetas; al final nos re¨ªamos¡±, dice Flores¡ª y se ha granjeado el apoyo casi incondicional de pol¨ªticos e instituciones. En especial, del PSC, gracias en parte a su principal valedor: Josep Maria Sala, condenado por el caso Filesa y ahora secretario de ciudadan¨ªa y diversidad del partido.

¡°Era astuto, te convenc¨ªa... Es un vendedor nato¡±, dice de ¨¦l su ex mano derecha

Si Millet operaba en los ¨¢mbitos de poder de la burgues¨ªa y del catalanismo, Garc¨ªa Prieto, Paco, lo hac¨ªa en los de la periferia a trav¨¦s de la cultura popular. Los partidos compraban su discurso y acud¨ªan puntualmente entre sevillanas, pesca¨ªto frito y rebujito a la cita de abril, donde instalaban sus casetas. ¡°Supo representar el universo simb¨®lico de la Andaluc¨ªa catalana y los valores del mestizaje¡±, explica un exalto responsable del Ayuntamiento de Barcelona. ¡°La sociedad vio con mucha frescura la feria. El pujolismo tambi¨¦n fue h¨¢bil y supo tener buen trato con Garc¨ªa Prieto, que adem¨¢s ten¨ªa los atributos de alguien con don de gentes: contaba chistes, era visceral...¡±.

Uno de los m¨¦ritos de Garc¨ªa Prieto, aseguran ahora quienes tanto tiempo le han venerado, es haber transmitido la sensaci¨®n de que pod¨ªa influir decisivamente sobre el voto de origen andaluz. ¡°Ten¨ªa una habilidad para comprometer a los pol¨ªticos, que ca¨ªan en sus redes¡±, tercia Santiago Moreno, que organiz¨® la primera Feria de Abril, en 1982, en Barber¨¤ del Vall¨¨s. Moreno es otro de los desencantados. ¡°?l nos generaba confianza y d¨¢bamos por bueno todo lo que hac¨ªa. Dedicaba todo el a?o a la feria y, en apariencia, no obten¨ªa beneficios. Entend¨ªamos que distribuyera sus productos, pero no sab¨ªamos que, adem¨¢s, ganaba dinero a costa de la entidad¡±, razona.

De sus dotes, reales o fingidas, de l¨ªder de masas, fue testigo de primera Terrino. Un a?o, en los 80 ¡ªcuando la feria a¨²n se celebraba en Barber¨¤¡ª las lluvias estuvieron a punto de arruinar el evento. Hab¨ªa que alargar la feria una semana y ¡°se necesitaba un mill¨®n de pesetas¡±. ¡°Garc¨ªa Prieto llam¨® a Pujol y le pidi¨® el dinero. Nos cont¨® que el expresident le dijo que le enviar¨ªa al ch¨®fer con el dinero. No s¨¦ si se lo dio, pero vimos que el ch¨®fer lleg¨® y la feria se celebr¨®¡±.

Una delegaci¨®n de pol¨ªticos acudi¨® a rendirle homenaje a su pueblo natal

Otro episodio curioso se produjo en 1998, cuando la ley de pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica enfrent¨® a las entidades andaluzas con el Gobierno catal¨¢n. Adem¨¢s de reunirse con el presidente en su despacho, el fact¨®tum de la Fecac se entrevist¨® con el exconsejero de Cultura Joan Maria Pujals. Tras limar asperezas, este le tendi¨® la mano y Garc¨ªa Prieto le coment¨® que su pueblo (Dehesa de Riotinto, en Huelva) pretend¨ªa organizarle un homenaje. ¡°Se gir¨® hacia m¨ª y me pregunt¨® cu¨¢nto podr¨ªa costar eso. Yo dije, pero por decir, que medio mill¨®n de pesetas¡±, explica Terrino.

Aquel mismo verano, una delegaci¨®n de 200 personas viaj¨® a la Dehesa de Riotinto, se aloj¨® en un hotel de lujo que a¨²n no ten¨ªa licencia ¡ªy que se abri¨® expresamente para la comitiva¡ª y particip¨® en una gran fiesta. ¡°Fue como bienvenido m¨ªster Marhsall. La banda de m¨²sica en el ayuntamiento, la recepci¨®n, una comilona... All¨ª fueron Manuela de Madre [exalcaldesa de Santa Colom¨¤], Antoni Comas [exconsejero de Bienestar Social] y otros pol¨ªticos a inaugurar una plaza en su honor¡±, recuerda Francisco Flores.

¡°Paco te dec¨ªa que hab¨ªa conseguido esto o lo otro. Luego los dem¨¢s ten¨ªamos que ejecutar. Era astuto, te convenc¨ªa... Es un vendedor nato¡±, concede Terrino. Nacido en una familia humilde e hijo de padre minero, Garc¨ªa Prieto fue delegado en Catalu?a de una distribuidora cordobesa de aceite y productos c¨¢rnicos. Y empez¨® a introducir sus productos en la feria. ¡°La idea de crear un almac¨¦n fue suya. All¨ª distribu¨ªa su jam¨®n, su chorizo...¡±, rememora.

El ¡°almac¨¦n distribuidor¡± ¡ªun espacio al que las entidades pueden reponer productos a cualquier hora¡ª est¨¢ en el epicentro de la investigaci¨®n. La Fiscal¨ªa cree que el expresidente desvi¨® a su bolsillo (y al de dos de sus hijos) los descuentos, de m¨¢s del 50%, que Damm otorgaba a la Fecac a cambio de tener la exclusiva en el recinto ferial. As¨ª obtuvo, presuntamente, m¨¢s de 400.000 euros. Tambi¨¦n se qued¨®, seg¨²n la fiscal, otros 1,2 millones de los beneficios de las bebidas que deb¨ªan ir a las arcas de la Fecac.

¡°Siempre ha sido opaco. Nunca hemos tenido acceso a las cuentas. El ¨²nico que se beneficiaba era ¨¦l, el resto ¨¦ramos gente normal. Ha vivido de la feria¡±, cuenta Moreno. Un exconcejal de Barcelona discrepa: ¡°Me da la sensaci¨®n de que, en la feria, todo el mundo ten¨ªa su peque?a parcela de negocio. El que no vend¨ªa vino vend¨ªa jam¨®n, o vino, o vasos de pl¨¢stico¡±. ¡°Garc¨ªa Prieto estaba convencido del valor simb¨®lico de lo que representaba. Y lo utilizaba. Los pol¨ªticos lo sab¨ªamos. Era un gran organizador, tremendamente convincente¡±, opina el exedil, que ve ¡°justificadas¡± las subvenciones otorgadas a la Fecac.

Esas ayudas p¨²blicas tambi¨¦n est¨¢n en el ojo del hurac¨¢n. La Fecac recib¨ªa importantes subvenciones ¡ªpara organizar la Feria, pero tambi¨¦n el Roc¨ªo o el D¨ªa de Andaluc¨ªa¡ª de casi todas las instituciones: ayuntamientos, Diputaci¨®n de Barcelona, Generalitat y Junta de Andaluc¨ªa. Aunque las cifras var¨ªan, la media superaba los 200.000 euros anuales. La Fiscal¨ªa cree que Garc¨ªa Prieto ¡°justific¨® falsamente¡± actividades que, en algunos casos, no llegaban a celebrarse o no ten¨ªan que ver con el objeto de la subvenci¨®n. Se ignora el destino de esas cantidades.

¡°Y luego nos dec¨ªa que no quedaba dinero para organizar conciertos o actividades art¨ªsticas. Claro, como era suyo, cuanto m¨¢s pon¨ªa menos le quedaba a final de a?o!, dice Flores. La Fiscal¨ªa subraya incluso que utiliz¨® una tarjeta de cr¨¦dito de la Fecac para pagar la reparaci¨®n (1.600 euros) de un Audi A6. ¡°Nos enga?¨® pero jugaba con todos, tambi¨¦n con los pol¨ªticos¡±, a?ade. De car¨¢cter afable pero impulsivo, ante los medios se crec¨ªa y se vanagloriaba de su ascendencia sobre los cargos p¨²blicos. En una entrevista a Ra¨ªces Andaluzas, dijo: ¡°Muchos partidos pol¨ªticos est¨¢n representados en las entidades (¡­) Estamos bien situados pol¨ªticamente¡±.

Garc¨ªa Prieto siempre ha negado tajantemente cualquier irregularidad. E incluso ha atacado a quienes le han acusado. En 2006, tras la denuncia de unos feriantes por los sobreprecios, dijo: ¡°Las minor¨ªas solo est¨¢n para que las mayor¨ªas podamos triunfar y ganar; a las minor¨ªas hay que apartarlas y joderlas¡±. Su discurso fue escuchado por el entonces presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y por el alcalde de Barcelona, Joan Clos. Nadie le chist¨®.