La pasi¨®n de Francisco Gonz¨¢lez Ledesma
El escritor, la madrugada del pasado lunes, es uno de los padres de la novela negra espa?ola
Francisco Gonz¨¢lez Ledesma, fallecido la madrugada del lunes en Barcelona, trabajaba intensamente en su ¨²ltima novela, Peores maneras de morir, en el oto?o de 2010. Estaba casi lista. Decidi¨® dejarla reposar y acabarla despu¨¦s de las fiestas navide?as. Pero el 1 de enero de 2011 sufri¨® un ictus. Pas¨® cuatro meses en el hospital, e incluso escribi¨® un art¨ªculo para este diario sobre su experiencia, pero nadie volvi¨® a acordarse de la novela.
Fue ¨¦l mismo quien se plante¨® finalizarla, y no tanto por acabar una historia empezada sino, por encima de todo, para cumplir con la editorial. Hab¨ªa recibido un anticipo de Planeta y no quiso fallar. ?l era as¨ª.
Con la ayuda de su hija Vicky le puso el punto final y se public¨® en 2013. Peores maneras de morir es la m¨¢s sentimental y furiosa de sus novelas protagonizadas por el inspector M¨¦ndez. Es un Ledesma puro, con historias que se entrecruzan, con Barcelona como gran protagonista, y con el viejo M¨¦ndez pateando las calles, siempre vestido de oscuro, siempre con libros en los bolsillos.
Francisco Gonz¨¢lez Ledesma, Paco para todos, fallecido esta madrugada en Barcelona, naci¨® en 1927 en el barrio barcelon¨¦s del Poble Sec, en una familia republicana y de firmes convicciones que no lo tuvo f¨¢cil en la posguerra. Fue un gran trabajador toda su vida.
A los 21 a?os gan¨® el Premio Internacional de Novela, creado por el editor Jos¨¦ Jan¨¦s, con Sombras viejas. La censura la prohibi¨® por ¡°roja y porn¨®grafa¡±, como sol¨ªa contar el escritor. Pero se llev¨® el consuelo de haber cenado con Somerset Maugham, que fue miembro del jurado. Ledesma no pudo publicar en Espa?a hasta 1977.
Con su nombre, porque con su seud¨®nimo m¨¢s popular, Silver Kane, public¨® m¨¢s de 400 novelas del Oeste y policiacas. A veces escrib¨ªa m¨¢s de una al d¨ªa, generalmente de noche y sol¨ªa publicar de tres a cinco al mes. Entre 1947 y 1966 trabaj¨® en la editorial Bruguera, donde adem¨¢s de los silverkane, tambi¨¦n fue guionista de tebeos como El inspector Dan, Doctor Niebla o Teniente Negro.
Se gradu¨® en Derecho a los 23 a?os y trabaj¨® como abogado mientras estudiaba periodismo. Dej¨® la abogac¨ªa porque le daba asco. ¡°A veces me tocaba defender a gente que merec¨ªa estar en la c¨¢rcel¡±. En cambio, aument¨® su inter¨¦s por el periodismo desde que un t¨ªo suyo le llev¨® a ver la rotativa de La Vanguardia. Trabaj¨® primero en El correo catal¨¢n y luego en La Vanguardia, durante 25 a?os. En 1966 fue uno de los fundadores del Grupo Democr¨¢tico de Periodistas.
Se quit¨® una espina del pecho cuando pudo publicar en 1977 Los Napoleones, que hab¨ªa escrito en 1964. Ya marc¨® su impronta: Barcelona, siempre tan presente en todas sus novelas, desde 1934 hasta los a?os sesenta.
Nos lega 10 novelas y un libro de relatos del inspector Ricardo M¨¦ndez
Su popular inspector M¨¦ndez apareci¨® como personaje secundario en Expediente Barcelona (1983), y se gradu¨® en Cr¨®nica sentimental en rojo, que gan¨® el Premio Planeta en 1984.
Nos lega 10 novelas y un libro de relatos del inspector Ricardo M¨¦ndez. De Las calles de nuestros padres a La dama de Cachemira, El pecado o algo parecido, Cinco mujeres y media o No hay que morir dos veces, todas se caracterizan por una excelente fusi¨®n de temas sociales con todos los requisitos del g¨¦nero negro. Mezcla historias y personajes que se entrecruzan hasta formar una trama completa. La nostalgia de la Barcelona que fue, de su barrio, de sus calles, la cr¨ªtica siempre presente a la burgues¨ªa, en muchos casos a la burgues¨ªa franquista, al poder y a la justicia o mejor dicho al funcionamiento de la justicia son otras de sus constantes.
M¨¦ndez es un viejo polic¨ªa nacional que viene del franquismo, creado a partir de cuatro polic¨ªas que conoci¨® y trat¨® Ledesma. El inspector vive en un peque?o apartamento frente a las Drassanes con vistas a un patio interior y atiborrado de libros. ¡°Soy un polic¨ªa con pasado pero sin futuro¡±, afirma. Est¨¢ adscrito a la comisar¨ªa de Nou de la Rambla, donde ahora hay nuevas instalaciones de los Mossos d¡¯Esquadra. Es compasivo con ciertos delitos y delincuentes, e implacable con pederastas y violadores. No obedece a sus jefes y cree en la justicia de la calle. Le gustan las mujeres, pero a distancia y a menudo es un poco machista. En las ¨²ltimas dos novelas tiene m¨®vil pero apenas sabe utilizarlo.
Gonz¨¢lez Ledesma, el maestro, escribi¨® m¨¢s libros, adem¨¢s de los de M¨¦ndez. Bajo el seud¨®nimo de Enrique Moriel public¨® La ciudad sin tiempo y El candidato de Dios. Menci¨®n aparte merece Historia de mis calles (2006), el mejor libro para conocer a Ledesma. Es la memoria del propio escritor y la de su ciudad. Esa ciudad por la que siente tanta pasi¨®n que a veces la odia. Por ejemplo, no soportaba que el Barrio Chino se hubiera convertido en el Raval. En estos aspectos Ledesma se parec¨ªa a Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n y M¨¦ndez a Carvalho.
El escritor gan¨® un mont¨®n de premios tras el Planeta. El I Premio Pepe Carvalho, que se concede en BCNegra, el Internacional RBA de novela Negra, el Dashiell Hammett, el Ciutat de Barcelona e incluso, en dos ocasiones el franc¨¦s Myst¨¨re por dos novelas traducidas al franc¨¦s.
Paco Gonz¨¢lez Ledesma escrib¨ªa a m¨¢quina y sus hijos (Gloria, Mar¨ªa Victoria y Enric, este ¨²ltimo periodista de EL PA?S durante muchos a?os) se encargaban de proporcionarle las cintas, el correo electr¨®nico no exist¨ªa para ¨¦l y tampoco el fax. Durante el tiempo en que colabor¨® con la edici¨®n catalana de El PA?S acud¨ªa puntualmente a la redacci¨®n a entregar su art¨ªculo, saludar a los colegas periodistas y tomarse un caf¨¦.
En los ¨²ltimos a?os, antes del ictus, tuvo una enorme actividad. Se divert¨ªa. Porque un divertimento fue escribir un nuevo Silver Kane, La dama y el recuerdo, s¨®lo que en esta ocasi¨®n Kane se convierte en uno de los personajes del libro. S¨ª, se divert¨ªa y estaba en todas partes. Los s¨¢bados tomando el aperitivo en La Negra y Criminal, en presentaciones de libros, en jornadas y mesas redondas. Lo mismo lo encontrabas en Gij¨®n que en el Escorial. Siempre acompa?ado de Rosa Mar¨ªa, su mujer.
Esa intensidad es patente en su ¨²ltimo libro, Peores maneras de morir. Es como si hubiera querido meterlo todo en esa novela: recuerdos de la Rep¨²blica, de la Guerra Civil, el fin de la URSS, la bomba at¨®mica de Hiroshima, la crisis¡ y Barcelona
Era un hombre bueno, honesto y generoso, encantador.
¡°Todos vivimos mientras alguien nos recuerda¡±, escribi¨® en No hay que morir dos veces. Ten¨ªa raz¨®n.
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