¡°Los bancos podr¨¢n ir a por tus padres, avalistas solidarios¡±
Activistas de la PAH critican que la Ley de Segunda Oportunidad permita que los fiadores paguen la hipoteca
"Los bancos podr¨¢n ir a por tus padres, avalistas solidarios". Irene Escorihuela y Carlos Mac¨ªas, activistas de la PAH, han reclamado esta ma?ana una reforma radical de la Ley de Segunda Oportunidad que el Gobierno aprob¨® el pasado viernes. Lo han hecho acompa?ados de una veintena de miembros de la Plataforma en un local de la asociaci¨®n en la barcelonesa calle de Leiva. Los activistas critican los requisitos que impone la norma para acceder a la daci¨®n en pago, y denuncian que los avalistas sigan obligados al pago de la hipoteca. Por este motivo los portavoces de la asociaci¨®n reclaman que la ley permita condonar el pr¨¦stamo sin que los fiadores deban seguir pag¨¢ndolo. "Que se queden con la vivienda y se acab¨® la deuda", ha pedido Mac¨ªas.
La norma permite que deudores de una hipoteca puedan negociar con las entidades financieras la condonaci¨®n de esta a trav¨¦s de un procedimiento extrajudicial. Sin embargo, el ciudadano no debe rebasar una m¨ªnima capacidad de pago, no especificada en la norma, durante cinco a?os. En caso contrario deber¨¢ devolver el pr¨¦stamo. "Tu situaci¨®n no puede cambiar. Si no se cumplen las condiciones, hay que volver a pagar deudas", ha denunciado durante la rueda de prensa Escorihuela, quien ha lamentado la dureza del proceso: "Se retiran todos los bienes, menos lo m¨¢s b¨¢sico de las familias. No es hasta que has liquidado los bienes que puedes exigir exoneraci¨®n de las deudas".
Mac¨ªas ha abundado en esta tesis, y ha a?adido que, en todo caso, la ley ofrece una "segunda oportunidad a la banca para cobrarlo todo". "Si pasas de cobrar 426 a 1.500 euros al mes tendr¨¢s que devolver la deuda. El mensaje que te env¨ªan es que debes ir a la econom¨ªa sumergida", ha remachado. El procedimiento extrajudicial, adem¨¢s, est¨¢ condicionado a la negociaci¨®n con las entidades financieras. Un punto que los activistas de la PAH han criticado. "No confiamos en que se pueda aplicar por la falta de voluntad de las entidades financieras y la falta de recursos de las personas", ha apuntado Escorihuela.
La PAH reclama que el perd¨®n de la deuda no est¨¦ condicionado a la capacidad de pago
Los activistas tambi¨¦n denuncian que los avalistas sigan sujetos al pago de la deuda. "La mayor¨ªa de familias con hipotecas tienen a sus padres como avales, y los avales siguen respondiendo. Los bancos podr¨¢n ir a por tus padres, avalistas, obligados solidarios", prev¨¦ Escorihuela. Por otra parte, la condonaci¨®n de la deuda solo se aplica a los pr¨¦stamos privados. Aquellos concedidos por las administraciones p¨²blicas no se anulan.
La Plataforma propone remplazar el procedimiento extrajudicial de pagos con la daci¨®n en pago de la vivienda, sin que los fiadores deban seguir pagando la hipoteca. El perd¨®n de la deuda, adem¨¢s, no deber¨ªa estar condicionado a los ingresos de la persona. "?Qu¨¦ se podr¨ªa mejorar [de la norma]? Que [las entidades] se queden con la vivienda y se acab¨® la deuda. No vas a por el resto del patrimonio ni a por los avalistas", ha reclamado Mac¨ªas, quien ha avanzado que la plataforma reclamar¨¢ durante la campa?a electoral la reforma de Ley de Segunda Oportunidad: "El s¨¢bado o el domingo las 230 [asociaciones de la] PAH celebraremos una asamblea en Gij¨®n. Entonces decidiremos las medidas de presi¨®n".
¡°Me obligan a trabajar en la econom¨ªa sumergida¡±
La Ley de Segunda Oportunidad no ayuda a la situaci¨®n de tres activistas de la PAH. Una de ellas es Ainhoa Lafuente, quien vive en Barcelona con sus padres: "Compr¨¦ un piso en 2005, y en 2013 me qued¨¦ en paro con una ni?a peque?a. Tiene tres a?os". Con el tiempo, su situaci¨®n se hizo insostenible y, ante la imposibilidad de hacer frente al pago de las cuotas, perdi¨® su casa en Terrassa. "Mis avales son mis padres. Son personas de 70 a?os, enfermas. Han trabajado toda su vida. Van a por ellos y su vivienda", ha denunciado Lafuente, de 36 a?os, quien ha asegurado que se ve obligada a buscar trabajo en la econom¨ªa informal para no tener que abonar la deuda: "Me obligan a trabajar en la econom¨ªa sumergida".
Para Silvia Faura, el origen del problema es distinto. Pero el resultado no difiere. La madre de Faura, de 32 a?os, puede perder su piso al avalar una hipoteca que su hija ya no puede afrontar. Todo, porque tuvo que cerrar su empresa. En su caso, adem¨¢s, el Real Decreto no es aplicable, porque la condonaci¨®n no se aplica a los pr¨¦stamos concedidos por la Administraci¨®n p¨²blica. "Tendr¨¦ que seguir pagando. Saqu¨¦ un pr¨¦stamo ICO para pagar una peque?a empresa", lamenta.
Mari Carmen Jodar, por su parte, intent¨® negociar con el Banco Popular, la entidad que les ofreci¨® su pr¨¦stamo. ¡°Hemos ido muchas veces a negociar con ellos y no ha funcionado¡±, ha asegurado Jodar, de 37 a?os. Como las otras activistas, vive en casa de sus progenitores, al no poder seguir afrontando la hipoteca. De ser desahuciada, no solo ella acabar¨ªa en la calle. Su marido, hijos y padre lo har¨ªan. En total, ocho personas.
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