Oleada de ¡°Normas¡±
Valencia, Sevilla y Barcelona casi coinciden en la programaci¨®n de este emblem¨¢tico Bellini
El Liceu de Barcelona y la Maestranza de Sevilla contemplaron sendas versiones de Norma el pasado febrero. Y el 8 de marzo lo hizo Valencia, en una coproducci¨®n de Les Arts con el Teatro Real y la ABAO. Es cierto que Norma no falla nunca atrayendo al p¨²blico, pero tambi¨¦n lo es que cabr¨ªa rentabilizar los montajes, y dif¨ªcilmente nadie lo alquilar¨¢ al vecino si se tiene, del mismo t¨ªtulo, una producci¨®n propia y reciente. Por otra parte, el reparto es muy dif¨ªcil de redondear, ya que hasta las m¨¢s grandes han temido al personaje principal. As¨ª, se habla del terror de la gran Lili Lehmann (1880-1920) a ese papel, a pesar de haberlo interpretado con ¨¦xito, de las reticencias iniciales de Giuditta Pasta (1797-1865, quien lo llev¨® al escenario por primera vez), de las declaraciones de Maria Callas ¨Cque iba a convertirse en uno de los referentes evocados para el papel- en torno a su dificultad, o de la renuncia de Kirsten Flagstad a interpretarlo tras haberla estudiado dos a?os. Lejos quedan, en cualquier caso, los logros de todas ellas, as¨ª como los de otro referente indiscutible: Montserrat Caball¨¦. Se habla a veces de ¡°extinciones de un tipo de voz¡±, no s¨®lo en lo que respecta a Norma, sino tambi¨¦n para tenores wagnerianos y otras tipolog¨ªas vocales. Pero los ejemplos de quien ha cantado Norma como Dios manda no est¨¢n tan lejos (Caball¨¦ est¨¢ todav¨ªa viva y Callas muri¨® en 1977) como para hablar (casi) de ¡°selecci¨®n natural¡± aplicada a la laringe. Aunque es cierto que, por motivos ¨Cprobablemente- distintos a la de una adecuada configuraci¨®n anat¨®mico-fisiol¨®gica, andamos hoy muy lejos de esas ¡°Normas¡± de ensue?o que todav¨ªa nos torturan desde el disco con milagros inalcanzables.
Mariella Devia estaba al tanto, sin duda, de todos esos referentes, y a pesar de su edad quiso, no siempre con fortuna, darle al personaje todo lo que demanda: la l¨ªnea ondulada e inacabable de Casta diva, donde, mientras la soprano parece no tener derecho a tomar aire, el canto ¡°respira¡±, sin embargo, en plenitud, la ornamentaci¨®n heredada de la ¨®pera seria del XVIII, que debe ¡°correr¡± con la f¨¢cil y vertiginosa velocidad de un esquiador, la igualdad de registros en una partitura que requiere graves redondos, agudos no estridentes, homogeneidad en los registros y, junto a todo ello, la capacidad para plasmar el drama interior del personaje. Porque Norma es, tambi¨¦n, una de las avanzadillas de la ¨®pera rom¨¢ntica.
Norma.
Palau de les Arts. Valencia, 8 de febrero de 2015.
Director. Mariella Devia, Varduhi Abrahamyan, Russell Thomas, Sergu¨¦i Artamonov, Cristina Alunno y David Fruci.
Coro y Orquesta de la Comunidad Valenciana
Director musical: Gustavo Gimeno
Director de escena: Davide Livermore
Pollione (Russell Thomas) gust¨® poco en el primer acto, donde tiene la intervenci¨®n con mayores exigencias en el agudo (¡°Meco all¡¯altar di Venere¡±). Se mostr¨® all¨ª destimbrado y grit¨®n para luego, seguramente con menos nervios y m¨¢s control, ir encontrando el camino hasta mostrarse afinado y vibrante. Adalgisa (Varduhi Abrahamyan) luci¨® una voz con cuerpo y proyecci¨®n notables que aport¨® a los d¨²os y n¨²meros de conjunto, a veces en detrimento de voces menos firmes que la suya. En este universo belcantista lleno de primores y sutilezas, s¨®lo cabr¨ªa reprocharle la gama din¨¢mica, casi siempre anclada en el mezzoforte. Oroveso (Sergu¨¦i Artamonov) luci¨® m¨¢s volumen que autoridad sin fisuras en el papel de guiar a los suyos contra los romanos y constituirse, de alguna manera, en la alternativa de Norma, sumida en sus contradicciones inconfesadas.
Gustavo Gimeno se estren¨® en el foso de Les Arts con esta Norma, pero no en el recinto, donde se le escucharon dos sinfon¨ªas de Beethoven el pasado noviembre. Como ahora, se apreciaron entonces claridad, precisi¨®n y br¨ªo, m¨¢s supeditados esta vez, l¨®gicamente, al condicionante de las voces que ten¨ªa en la escena. Tambi¨¦n supo conducir a la orquesta en los momentos m¨¢s l¨ªricos. El coro respondi¨® bien, sobre todo en los n¨²meros de car¨¢cter ¨¦pico, como el marcial himno de llamada al combate en la pen¨²ltima escena (¡°Guerra! Guerra!¡±).
Davide Livermore, actual intendente del recinto, tuvo a su cargo la direcci¨®n de escena. El eje central de la misma fue Ydraggsil, el ¨¢rbol sagrado de los druidas (retomado luego por Wagner para que Wotan tallara de ¨¦l su lanza). Configurado en centro de la acci¨®n, el ¨¢rbol funciona como templo, refugio, s¨ªmbolo y pedestal, quiz¨¢ demasiados cometidos para una pl¨¢stica que rozaba el cart¨®n-piedra. No le ayud¨® tampoco a Mariella Devia cuando se le hizo cantar desde arriba, pues la voz se perd¨ªa en las alturas. En uni¨®n de unas proyecciones donde las brumas son casi constantes y un vestuario (de Mariana Fracasso) en l¨ªnea directa con El Se?or de los Anillos, no ha sido esta la mejor escena creada por Livermore para Valencia, mucho m¨¢s sencillo y eficaz, por ejemplo, en el Otello que firm¨® para la misma sala en 2013.
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