El papeleo est¨¢ que arde
Las nuevas legislaciones de v¨ªa p¨²blica y seguridad obligan a las comisiones falleras a duplicar la burocracia
Nos aprietan mucho. Las leyes est¨¢n encorsetando tanto la fiesta que al final...¡±, deja en el aire el presidente de una comisi¨®n fallera del barrio de Benicalap ante el creciente papeleo que afronta este colectivo. La fiesta se siente cada vez m¨¢s constre?ida, desbordada por la burocracia, y el resto de ciudadanos asisten imp¨¢vidos al asalto cada vez m¨¢s temprano de la calle por parte de los falleros, con cortes de tr¨¢fico y carpas por doquier desde principios de marzo. En la ciudad se forman dos bandos: los falleros y los vecinos afectados por las fallas. El di¨¢logo se torna sordo y las posturas, irreconciliables despu¨¦s de a?os de manga ancha con la fiesta.
?Los ni?os ya no bajan a la despert¨¤ ¡°porque para tirar bombetas [art¨ªculo pirot¨¦cnico inofensivo] no vale la pena el madrug¨®n¡±, se quejan los festeros, que tienen que hacer cursillos y recibir certificados para manipular unos art¨ªculos pirot¨¦cnicos que conocen de siempre. Para montar las carpas, un escenario de verbena o los castillos hinchables infantiles se precisan visados de arquitectos e ingenieros y, tras el sorpresivo peinado fiscal ordenado por el ministro Crist¨®bal Montoro en 2013, hay que tener las declaraciones de IVA al d¨ªa. Es el punto de vista de un colectivo que levanta a pulso una fiesta que ha presentado su candidatura a Patrimonio de la Humanidad ante la UNESCO.
Las Fallas de 2015 son las primeras fiestas con la nueva ordenanza municipal de v¨ªa p¨²blica en vigor. Aprobada en 2014, el texto provoc¨® un aut¨¦ntico revuelo en el mundo fallero por su minuciosidad. La norma obliga, por ejemplo, a instalar tres urinarios por cada 500 personas en actos p¨²blicos, cuando lo normal son 230 a pesar del aluvi¨®n de visitantes que soporta Valencia. Las carpas deben dejar un pasillo de tres metros para las v¨ªas de emergencia, el cocinado de paellas en la calle se permite pero sobre el pavimento hay que colocar una capa de arena de 20 cent¨ªmetros y nunca se debe enceder fuego a menos de cinco metros de superficie verde o arbolada. Son requisitos que tienen que ver con la seguridad, por lo que los falleros tienen dif¨ªcil una cruzada contra asuntos que son de sentido com¨²n. Ahora la documentaci¨®n se pide anticipadamente, cuando otros a?os hab¨ªa m¨¢s laxitud.
Los certificados cuestan desde los 50 a los 400 euros, depende de si tienes el lote completo ¡ªcarpa, escenario de verbenas e hinchables, zona de actividades¡ª.
Las verbenas ¡ªpermitidas hasta las cuatro de la madrugada¡ª son las que traen m¨¢s de cabeza a la polic¨ªa. Con la del d¨ªa 18, que es la de despedida, los delegados falleros tienen que sacar a la gente a empujones para cumplir el horario a rajatabla porque la nueva regulaci¨®n solo da 30 minutos para cerrarla. ¡°La gente tiene ganas de fiesta, no quiere irse a casa; y la polic¨ªa controla al minuto, sobre todo si hay denuncias de los vecinos por exceso de ruido.
La limpieza de la calle es otra de las obligaciones impuestas a los falleros, como a todo aquel que tiene autorizaci¨®n para celebrar actos en la v¨ªa p¨²blica. ¡°Antes los barrenderos [se entiende que municipales] nos limpiaban la plaza y los invit¨¢bamos a un buen almuerzo¡±, prosigue el fallero de Benicalap. Las cosas han cambiado y uno recoge lo que ensucia. ¡°Estamos cerca de un BIC [Bien de Inter¨¦s Cultural] y barremos cuando se cierra la carpa¡±, describe la secretaria de otra comisi¨®n fallera de Ciutat Vella. La gente colabora y acaba reciclando hasta los vasos. Colocan cubos por fuera y los falleros se conciencian y tienen cuidado. ¡°El otro d¨ªa, cuando la gente se fue, solo quedaban las colillas y las recogimos todas a las cinco de la ma?ana¡±, a?ade la delegada de Infantil. ¡°Nosotros no hemos notado nada del a?o pasado a este¡±, concluye la directiva, que flipaba cuando asumi¨® la secretar¨ªa de la falla hace dos a?os. ¡°En mi trabajo estoy acostumbrada al papeleo; no me asusto f¨¢cilmente, pero con la falla todo es mucho papel, mucho papel, mucho papel....¡±, prosigue.
No es una falla problem¨¢tica, cumple con las normas, no tiene un historial de denuncias y env¨ªa una carta a los vecinos inform¨¢ndoles de su actividades. No se sienten afectados por la nueva ordenanza porque no disponen de zona de fuegos ni de actividades. A la hora de los tr¨¢mites, si no has cambiado la ubicaci¨®n de la carpa ni sus dimensiones, el mecanismo es el mismo de siempre.
F¨¦lix Crespo, concejal responsable de la ordenanza, resta hierro al impacto de la ordenanza porque durante los d¨ªas de fiesta la ciudad se rige por el bando de Fallas, no por la reci¨¦n aprobada norma. El bando permite los cortes de calles para la instalaci¨®n de m¨¢s de 700 monumentos falleros en la calle. Permite la instalaci¨®n de carpas, verbenas hasta las cuatro de la madrugada.
¡°Quiz¨¢s al principio asust¨® un poco, pero muchos de los requisitos ya se ped¨ªan antes. Lo ¨²nico que hemos hecho es compendiarlo todo en una sola ordenanza¡±, resume Crespo. ¡°No hay tanta incidencia¡±, agrega el concejal sobre el impacto de la ordenanza en el mundo fallero. ¡°Son todos elementos de seguridad¡±, aprecia.
El bando municipal, que prima sobre las normas municipales, lima las asperezas de la ordenanza y se muestra m¨¢s benevolente con las fallas.
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