Indecisos
Los tres retos de las elecciones generales son la regeneraci¨®n democr¨¢tica, la protecci¨®n social y el problema territorial
El desconcierto y la indecisi¨®n de los electores aumentan de manera proporcional a la fragmentaci¨®n de las fuerzas pol¨ªticas que concurren a las elecciones. La ¨²ltima encuesta del CIS, referida a las elecciones andaluzas, daba un 40% de indecisos. ¡°No s¨¦ a qui¨¦n votar¡±, exclama el ciudadano que se desentendi¨® hace tiempo del partido de su devoci¨®n y atiende a la irrupci¨®n de nuevos grupos con inter¨¦s y curiosidad pero sin aclararse sobre cu¨¢l de ellos y por qu¨¦ debiera merecer su voto.
El detonante fue Podemos con el inesperado triunfo obtenido en las elecciones europeas y unas expectativas a¨²n sostenidas en las encuestas subsiguientes. Pero la exposici¨®n p¨²blica es exigente y Podemos ha empezado a tener fallos. El primero, la torpeza en reaccionar de acuerdo con sus ideas de integridad y honradez a las acusaciones de corruptelas contra algunos de sus dirigentes m¨¢s destacados. Peque?as corrupciones, comparadas con lo que arrastran los grandes partidos, pero irregularidades, al fin y al cabo, frente a las que no se han sincerado oportunamente ni han explicado los detalles. No han sabido disolver la sombra de duda que resta cr¨¦dito a sus proposiciones. Por lo dem¨¢s, est¨¢n tardando demasiado en exponer su programa. ¡°La gente¡±, esa categor¨ªa tan b¨¢sica en su ideolog¨ªa, se pregunta qu¨¦ acabar¨¢n proponiendo y en qu¨¦ quedar¨¢ la lista de ofertas que tan buena acogida tuvo en las elecciones europeas. Ambos fallos contrastan con el avance de Ciudadanos en los ¨²ltimos meses. Ellos s¨ª que han sabido reaccionar con energ¨ªa y prontitud ante las corrupciones que les han ido apareciendo, pese a que, como en el caso de Podemos, eran minucias en el clima de corrupci¨®n general. Y ya tienen un programa econ¨®mico apto para una discusi¨®n en la que ser¨ªa conveniente empezar a entrar.
Est¨¢ claro que son tres los frentes ineludibles de cara a las elecciones generales: regeneraci¨®n democr¨¢tica, protecci¨®n social y problema territorial. El frente de la regeneraci¨®n democr¨¢tica no puede consistir s¨®lo en cambiar de caras y de nombres de partidos, sino en introducir otra forma de hacer pol¨ªtica m¨¢s cercana, comprensible y aceptable para el ciudadano. Hay que combatir la desafecci¨®n con medidas concretas, sin duda, pero tambi¨¦n con actitudes nuevas. Si la descalificaci¨®n, la agresividad y el ataque siguen siendo el ¨²nico motivo del discurso de los partidos, el ciudadano seguir¨¢ desconectado y desconcertado.
No interesa saber a qui¨¦n van dirigidos los ataques del PP o del PSOE, ni siquiera posibles pactos a priori, sino saber qu¨¦ piensa aportar cada partido para resolver los problemas que tenemos. ?ngel Gabilondo suscita entusiasmo y encandila a la gente citando a Kant, no arremetiendo contra el PP o contra Podemos.
El frente de la regeneraci¨®n democr¨¢tica no puede consistir s¨®lo en cambiar de caras y de nombres de partidos
No se trata s¨®lo, que tambi¨¦n, de cambiar la forma del discurso pol¨ªtico. Los contenidos ahora son b¨¢sicos porque el segundo frente es el de la reparaci¨®n de las desigualdades y el sostenimiento del Estado de bienestar. No debiera ser una segunda cuesti¨®n, menos importante que la de la regeneraci¨®n democr¨¢tica, sino que m¨¢s bien deber¨ªa precereder en importancia a la anterior, por lo menos, en el caso de la izquierda.
Hay muchos temas ah¨ª que no pueden ventilarse con generalidades como la de que hay que blindar constitucionalmente los derechos sociales. Los ciudadanos esperan poder comparar medidas concretas destinadas a crear puestos de trabajo, mantener el sistema p¨²blico en sanidad y educaci¨®n, resolver la inatenci¨®n a la dependencia. Quieren saber qui¨¦n ser¨¢ capaz de abordar una reforma tributaria realmente equitativa. Una de las razones por las que plataformas como Guanyem y similares son bien recibidas es porque no se andan por las ramas y aluden a esas cuestiones de las que los grandes partidos apenas hablan.
El tercer frente inevitable es la reforma del Estado de las autonom¨ªas. O la reforma de la Constituci¨®n con vistas a abordar desde el conjunto de Espa?a el mal llamado problema catal¨¢n. No creo que sea la cuesti¨®n m¨¢s importante para la mayor¨ªa de ciudadanos, pero tampoco creo que se pueda ignorar sin m¨¢s. Tambi¨¦n en Catalu?a los indecisos son legi¨®n con respecto a ese tema. Y esperan propuestas claras. Quieren saber de verdad a qu¨¦ atenerse a prop¨®sito de cada grupo pol¨ªtico.
Evitar la ambig¨¹edad y eludir las generalidades, no dirigirse tanto a atacar al adversario, sino a retratarse uno mismo ante todas las contingencias que hay por resolver, es lo que est¨¢n esperando los indecisos para decantar el voto. A estas alturas y con lo que ha ca¨ªdo, no parece que el discurso del miedo ante la inestabilidad pol¨ªtica que pueda comportar la fragmentaci¨®n parlamentaria disuada a nadie de votar a los nuevos partidos. Todos sabemos que el bipartidismo tal vez favorezca la gobernabilidad, pero la dispersi¨®n obliga a pactar y, por lo tanto, favorece la actividad democr¨¢tica. Entre estabilidad y democracia, es preferible m¨¢s democracia.
Victoria Camps es profesora em¨¦rita de la UAB
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