Oreja al tes¨®n y valor de Talavante
Detalles de Morante y sin pena ni gloria Paquirri
La corrida de Zalduendo tuvo buen fondo, pero la fallaron las fuerzas. Discreta de presencia, el sobrero, que sustituy¨® al primero, y el cuarto bajaron el list¨®n que, sin ser alto, mejor¨® en los restantes. Tambi¨¦n fue corrida de aprobado simple en varas, con un sexto que se entreg¨® en primera instancia, recul¨® en la segunda saliendo suelto y, a la postre, result¨® el m¨¢s complejo de todos. El sobrero pele¨® en el caballo con m¨¢s genio que bravura y a cabezazo limpio con el peto. El resto, sin pena ni gloria. El viento, en ocasiones, y los terrenos equivocados de alguna faena, pudieron esconder la realidad de ciertos toros.
La ¨²nica oreja de la tarde la cort¨® Talavante, en el tercero. Fue el toro m¨¢s claro de salida, el que mejor son tuvo en el capote. Talavante lo recibi¨® por tijerillas, para seguir con lances a pies juntos y una media de remate. Con dos picotazos, pero certeros, se sald¨® un primer tercio que remat¨® Talavante con un quite por gaoneras. Sin previa alguna, en los medios, y en cite con la muleta plegada comenz¨® por naturales. Talavante eligi¨® terrenos donde el viento campaba a sus anchas, fuera del tercio entre los lados 1 y 2. Tuvo, pues, dos atenciones que prestar: el toro y el viento. As¨ª, la faena no tuvo continuidad pero mantuvo siempre el inter¨¦s. Las series, dejando llegar mucho al toro, salieron a golpes. Valiente y vertical, con actitud y una buena puesta en escena, gestion¨® bien las fuerzas justas del toro que siempre tuvo vocaci¨®n de colaborar por la causa. Una arrucina, cuando el viento rache¨® fuerte, puso un punto de emoci¨®n al momento por lo incierto del resultado. Sali¨® bien y limpio del trance. Un desplante final, despreciando muleta y espada, coronaron el cap¨ªtulo. No import¨® que la espada cayera trasera y ca¨ªda, para que la presidencia atendiera la petici¨®n de premio.
ZALDUENDO / PAQUIRRI, MORANTE, TALAVANTE
Toros de Zalduendo, el primero lidiado como sobrero. Discretos de presentaci¨®n. De buen fondo en general, aunque de fuerzas muy justas.
Rivera Ord¨®?ez "Paquirri". M¨¢s de media trasera (saludos); dos pinchazos y entera trasera ¨Caviso- (silencio).
Morante de la Puebla. Media habilidosa y dos descabellos (pitos); -aviso- pinchazo hondo que basta (saludos).
Alejandro Talavante. Entera trasera y ca¨ªda (oreja); casi entera ¨Caviso- y descabello (palmas).
Plaza de Valencia, 18 de marzo. 7? de Fallas. Casi lleno.
En los cinco toros restantes, la suerte o el acierto fue por barrios. Talavante tuvo que despachar al toro m¨¢s complejo del lote, el sexto. Con entrega al primer puyazo, dej¨® al descubierto su mansedumbre en la segunda. En banderillas, un par muy meritorio de exposici¨®n de Juan Jos¨¦ Trujillo a toro descompuesto y distra¨ªdo. Talavante abri¨® por estatuarios y con uno del desprecio se march¨® fuera de las rayas. Cuando quiso someter, el toro cant¨® su cobard¨ªa. Defensivo el toro, tambi¨¦n justo de fuerzas, la faena fue como un intercambio de golpes. Talavante aguant¨® el cuerpo a cuerpo, se meti¨® en los terrenos del toro y, sin brillantez pero con seguridad, gan¨® la batalla a los puntos.
La faena de Morante al quinto fue insistente y de cuidar que el de Zalduendo no se le viniera abajo. Morante se dej¨® ver insistente, hasta trabajador en faena larga. Por la derecha se escaparon algunos muletazos con temple y gusto; por la izquierda no hubo caso. Una serie final, sobre el pit¨®n derecho, fue jaleada. Pero con el toro parado, la larga faena no alcanz¨® nivel e incluso el primer aviso son¨® antes de entrar a matar. En el segundo de la tarde el viento fue enemigo a?adido al asunto. Manse¨® algo el toro, que amag¨® con rajarse, y Morante tras probaturas por la cara sin convencimiento acab¨® pronto con una situaci¨®n que nada promet¨ªa.
El sobrero que abri¨® la realidad del festejo meti¨® la cara sin problemas. Se dej¨® hacer mucho por la derecha y se qued¨® m¨¢s cort¨® por el otro lado. Rivera Ord¨®?ez lo trat¨® sin molestar y la faena muri¨® sin relevancia alguna. El cuarto, un novillote escaso de todo, tambi¨¦n tuvo su partido. Rivera se lo pas¨® sin problemas, y sin brillantez, y la faena feneci¨® cuando el toro tambi¨¦n se vino abajo. Se apag¨® la vela y todo qued¨® en nada.
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