El arte y el soberano
El documental ¡®Katallani¡¯ desvela el origen de la obra de T¨¤pies que preside las reuniones del Consell Executiu
Se sabe que algo m¨¢s bien gordo est¨¢ pasando cuando pasan cosas en recipientes destinados a que, Zzzzzz, no pase nada. Como, por ejemplo, el arte contempor¨¢neo, hasta hace poco una suerte de variante subvencionada de las artes decorativas. El reciente esc¨¢ndalo en el Macba dibuja as¨ª, precisamente, conflicto, esa cosa improbable hasta hace poco. Conflicto no s¨®lo d¨®nde no se le esperaba, sino donde se hab¨ªan invertido grandes cantidades de energ¨ªa en que no se produjera. En el arte, la cultura, ese negociado cuya ¨²ltima reformulaci¨®n, en los setenta y los ochenta del siglo pasado, parec¨ªa estar orientada, de hecho, al aplazamiento sine die del conflicto. Ese aplazamiento quedaba visualizado de una forma llamativa, mediante la ausencia de cr¨ªtica especializada, que era a¨²n mayor en el terreno de la cr¨ªtica de arte que, en treinta y pico a?os de cultura democr¨¢tica, no ha llegado a existir. Lo que invita a pensar que amplios m¨¢rgenes de la cultura oficial creada en ese periodo necesitan, para existir, de la ausencia de cr¨ªtica y de opini¨®n.
El pintor solo pudo pintar las iniciales de los reyes Jaume y Pere, o Jordi Pujol
Sorprende, por todo ello, c¨®mo en la sociedad ha nacido, modulado y crecido otro estado de ¨¢nimo ante el arte. C¨®mo ha nacido un emisor y un receptor de arte que no temen al conflicto, que ven en el arte, por tanto, una fricci¨®n est¨¦tica e intelectual y, por lo mismo, tambi¨¦n social y pol¨ªtica. Pero es as¨ª. Ha nacido. Es perceptible. La obra del grupo Societat U de Barcelona (SUB), parece formar parte de todo esto y llevarlo m¨¢s all¨¢. SUB est¨¢ formado por Tere Badia, Octavi Comeron, Montse Roman¨ª, Guillermo Trujillano y Jorge Luis Marzo ¡ªeste ¨²ltimo, autor de ?Puedo hablarle con libertad, excelencia? Arte y poder en Espa?a desde 1950 (Murcia, 2010), un estudio crudo sobre la relaci¨®n del arte moderno espa?ol/catal¨¢n con el Estado, franquista y democr¨¢tico¡ª. El grupo SUB ha realizado un par de documentales, de distribuci¨®n gratuita en la red, en los que se constata todo este cambio.
El m¨¢s reciente es Katallani, un documental breve, en el que se explica la historia del que, tal vez, uno de las obras de arte m¨¢s reconocibles en Catalu?a. Se trata de Les Quatre Grans Cr¨°niques, pintado por T¨¤pies en 1990, que preside el sal¨®n en el que se re¨²ne el Consell de Govern de la Generalitat. A trav¨¦s de invitados de lujo, como son Llu¨ªs Prenafeta, Llu¨ªs Permanyer, Pere J. Guitart, Narc¨ªs Selles, Llu¨ªs Bassat, Carles Tach¨¦, Joan Guitart, Joan Rigol y un Jordi Pujol sobreactuando campechan¨ªa ¡ªel documental fue gravado semanas antes de que Pujol fuera el Nixon catal¨¤. Nota: ¡ª?c¨®mo se lo montan los de SUB para que las primeras espadas de la pol¨ªtica y la pol¨ªtica cultural catalanas accedan, por su propio pie, al l¨ªmite del rid¨ªculo?¡ª. A trav¨¦s de estas intervenciones, y de la modulaci¨®n de un cr¨ªtico de arte ficticio, el espectador asiste al nacimiento de la necesidad de ese cuadro, en la cabeza de Pujol y Prenafeta, durante un viaje a Washington, cuando Pujol verbaliza que el arte es una representaci¨®n nacional del poder. Tambi¨¦n asiste a la g¨¦nesis y construcci¨®n el cuadro. Puede observar como, desde el principio, el cuadro nace para satisfacer un mito: la Edad de Oro catalana, tal y como la formul¨® la Restauraci¨®n y la Lliga ¡ªel g¨®tico, la expansi¨®n imperial catalana¡ª. Por ese motivo, en el cuadro aparec¨ªan diversas iniciales de reyes de Arag¨®n expansionistas. Hasta que, en un momento dram¨¢tico para el cuadro, que no acababa de convencer al cliente, T¨¤pies dej¨® s¨®lo las iniciales de Jaume y Pere. O Jordi y Pujol. El documental tambi¨¦n habla del pago del cuadro ¡ªno se pag¨®; el autor lo hizo por Catalu?a; es decir, que cost¨® un mazo, que Prenafeta no recuerda con precisi¨®n¡ª. Y, por el mismo precio, el documental verbaliza las funciones del arte (moderno) para el poder (moderno): modernizar. Y, socorro, decorar.
El trabajo, gratis en la red, es del colectivo SUB que ya hizo otro sobre el Macba
Katallani es una espl¨¦ndida continuaci¨®n del fundamental Macba, la dreta, l¡¯esquerra i els rics (2013), cuyo enlace, estos d¨ªas, echa humo. Un documental que explica el intento de Pacto Cultural, capitaneado por Joan Rigol, en los ochenta. Un pacto que no fue posible expl¨ªcitamente. Sobre su explicaci¨®n se accede a la creaci¨®n el Macba, a una funci¨®n del arte, asumida por las izquierdas, en los ochenta ¡ªel arte y la cultura, vamos, como ideolog¨ªa de la democracia espa?ola¡ª, y a una certera explicaci¨®n de la instituci¨®n y la cultura resultante, a trav¨¦s de su Patronato. Como sello SUB, el documental tambi¨¦n aporta una nutrida representaci¨®n de all stars que hablan a c¨¢mara, algunos sin ning¨²n sentido de la verg¨¹enza ajena: Oriol Bohigas, Manuel Borja-Villel, Xavier Bru de Sala, Mar¨ªa Corral, Josep Miquel Garcia, Daniel Giralt-Miracle, Joan Guitart, Bartomeu Mar¨ª, Miquel Molins, Jos¨¦ Montilla, Jordi Pujol ¡ªvuelve a bordarlo; ese hombre deber¨ªa tener su propia serie de dibujos animados; si bien, snif, ahora caigo en que la tuvo¡ª, Josep Ramoneda, Joan Rigol, Leopoldo Rod¨¦s, Gemma Sendra y Pep Subir¨®s. Un v¨ªdeo importante para constatar, en fin, que el arte, durante d¨¦cadas, ha sido algo entre la nada y el poder. Y que con el Macba se hizo lo que con Aig¨¹es del Ter i del Llobregat. Pero por lo civil, con cultura, m¨¢s f¨¢cilmente y mucho antes.
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