La fiel infanter¨ªa de la pluma

Sant Jordi fue a la carga con todo... y gan¨®. Pertrechado como en pocas ediciones con buena (y longeva en los estantes) infanter¨ªa ¡ªde Mar¨ªa Due?as a Dolores Redondo, de Javier Mar¨ªas a David Trueba, de Eduardo Mendoza y Enrique Vila-Matas a Cristina Fern¨¢ndez Cubas, de Francisco Ib¨¢?ez, el padre de Mortadelo y Filem¨®n al pulsera roja Albert Espinosa¡ª y reclutada como nunca antes una legi¨®n extranjera de post¨ªn ¡ªde Ken Follett a James Ellroy, de Jo Nesbo a Sarah Lark, de Petros M¨¢rkaris a John Banville, as¨ª hasta una decena larga de for¨¢neos¡ª, el caballero alance¨® con acierto en una jornada con sol y calles a rebosar en el centro de Barcelona. Y sonido de caja registradora en las librer¨ªas: entre un 3% y un 5% m¨¢s de facturaci¨®n que en 2014, un poco por debajo o justo lo que se calcul¨®. Todos los libreros consultados, sin embargo, coincidieron en que las semanas previas hubo ¡°m¨¢s movimiento de ventas¡± en las librer¨ªas.

El refuerzo de los ya fijos autores medi¨¢ticos (Risto Mejide, Sandra Barneda, Andreu Buenafuente, El Gran Wyoming...) acentu¨® la sensaci¨®n de que la jornada fue m¨¢s que correcta en ventas (podr¨ªa superar los 20 millones de euros y los dos millones de ejemplares) y que apunta a la recuperaci¨®n del sector, que en el primer trimestre del a?o habr¨ªa frenado ya la ca¨ªda continua desde 2008.

En ese contexto, Mar¨ªa Due?as, con La Templanza (Planeta), y David Trueba, con Blitz (Anagrama), habr¨ªan sido los m¨¢s vendidos en castellano, puestos que en catal¨¢n recayeron en el periodista Xavier Bosch (Alg¨² como tu, en Proa) y S¨ªlvia Soler (Un any i, mig, en Columna), seg¨²n cifras provisionales del Gremio de Libreros de Catalu?a. En ellas tambi¨¦n destacaban Espinosa (El mundo azul. Ama tu caos) y El tesorero, la ¨²ltima aventura de los agentes de la TIA inspirada en la corrupci¨®n pol¨ªtica. En cambio, en ambos casos, como en el de Redondo, con su trilog¨ªa de Bazt¨¢n, fueron ¨¦stos los que generaron colas espectaculares, con centenares de personas y una hora de espera.

¡°El fen¨®meno de los autores extranjeros ha ido a m¨¢s en los ¨²ltimos a?os y ha venido para quedarse; si tienen renombre y obra reciente, potencian la sensaci¨®n de festividad y las ventas¡±, argumenta un curtido librero como Luis Morral, de la cadena de librer¨ªas Laie. Las colas que tambi¨¦n congreg¨® Follett (¡°?Est¨¢ aqu¨ª Ken Follett? ?En serio?¡±, le gritaba una hija a su madre) o las que gener¨® Ellroy (que firmaba de pie y levantando, todo lo alto que es, su t¨ªtulo Perfidia, se?al¨¢ndose y haciendo el gesto de una r¨²brica a los que pasaban cerca de su tenderete) as¨ª lo confirmaban.

La jornada deja otras huellas en las peque?as mutaciones de la festividad de la que naci¨® el D¨ªa Mundial del Libro hace ahora 20 a?os. Quiz¨¢ la m¨¢s importante, la preocupaci¨®n t¨¢cita pero ya constatable del Consistorio por la aglomeraci¨®n humana en el centro de la capital, que roza el colapso en el ¨¢rea formada por el eje La Rambla, plaza de Catalu?a, paseo de Gr¨¤cia y su paralela, la Rambla de Catalu?a (ver despiece).

La diada dej¨® un sinf¨ªn de an¨¦cdotas. Durante m¨¢s de media jornada formaron una extra?a pareja de firma James Ellroy y Javier Mar¨ªas: el primero, con camisa hawaiana y pantal¨®n y gorra blancos, gesticulador, vociferante, contrastaba ante una reencarnaci¨®n casi de Beau Brummel (americana y camisa azul marino), estoico, del autor de As¨ª empieza lo malo. ¡°No nos han presentado, pero parece hombre de car¨¢cter¡±, constataba ir¨®nico el autor espa?ol.

Dedicaba Mar¨ªas con pausada pluma, como Manuel Rivas; a ¨¦ste se le rompi¨®: lleg¨® por ello a una firma 20 minutos tarde, el tiempo que tard¨® en ir a la mejor tienda de Barcelona y adquirir otra... de ¨¦mbolo y tintero. M¨¢s paciencia para sus lectores.

Ib¨¢?ez y su alter ego de B¨¢rcenas fue candidato a m¨¢s vendido: ¡°Me encantar¨ªa porque querr¨ªa decir que muchos cr¨ªos podr¨¢n aprender ley¨¦ndolo y servir¨ªa para que los problemas se olviden un poco¡±. ?Su ¨¦xito? ¡°Porque los sigo haciendo yo, faltaba m¨¢s¡±.

La presentadora y periodista Sandra Berneda se revelaba ante el hecho de ser considera autora medi¨¢tica: ¡°Tras tres novelas y 100.000 ejemplares vendidos no creo serlo. Lo importante es que la gente compre libros, que se preserve la cultura y esperar que el Sant Jordi de 2016 podamos celebrar un IVA reducido¡±.

Mientras la m¨¢s vendida en castellano, Mar¨ªa Due?as (firma escueta: ¡°con cari?o¡±, con rotulador grueso que facilitaba la velocidad de su zurda), escuchaba c¨®mo una mujer le confesaba que le hab¨ªa puesto a su hija Sira, como la de su novela El tiempo entre costuras, Dolores Redondo recib¨ªa a sus lectores de pie (¡°si ellos hacen cola y lo est¨¢n, yo tambi¨¦n; as¨ª me ahorro, adem¨¢s, subir y bajar para los besos y las fotos¡±). ¡°No, fotograf¨ªas siguen pidi¨¦ndote pero vender libros, he vendido cuatro, y he firmado un mont¨®n de libros viejos; me gustan: demuestra fidelidad lectora; es algo rom¨¢ntico, pero ruinoso¡±, dec¨ªa Mendoza (que, contrariamente, agot¨® existencias de Soldados de Catalu?a, recuperado t¨ªtulo que la censura hace 40 a?os impidi¨® poner a La ciudad sobre el caso Savolta). Estaba junto a un Trueba al que el azar cruz¨® con la sombra de su exesposa: por dos veces, y consecutivas, tuvo que dedicar un libro para una chica: ¡°?Para Adriana o para Ariadna?¡±, preguntaba.

¡°S¨ª, arri¨¦sgate; ¨¦sa es siempre la respuesta¡±, rezaba la pulserita con la que Espinosa obsequiaba. ¡°S¨ª, hay que hacerlo, romper leyes y reinventarse y amar tu caos, que no deja de ser tu instinto¡±, se explicaba ante el gent¨ªo rendido.

Los fallecidos Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez y Eduardo Galeano recib¨ªan en la caseta de Casa Am¨¨rica Catalunya un homenaje: se invitaba a escribir una misiva bajo el t¨ªtulo El coronel s¨ª tiene que le escriba, con concurso y sorteo. Tanto si se compraban o no libros de Galeano (los ten¨ªan todos) se ped¨ªa a la gente que contara sus sue?os, como hac¨ªa Helena, su esposa, que ¨¦l, mago, convert¨ªa en narraciones. S¨ª, Sant Jordi es para so?ar.