La f¨¢brica que envenenaba a sus trabajadores
Medio centenar de empleados de una empresa de Chiva enferma de silicosis tras d¨¦cadas sin medidas de protecci¨®n. Dos directivos se enfrentan ahora a penas de c¨¢rcel
El juzgado de lo Penal n¨²mero 1 de Valencia juzga estos d¨ªas a dos directivos de la desaparecida Cer¨¢micas Sanitarias Reunida Sociedad An¨®nima, por haber provocado presuntamente que casi medio centenar de sus trabajadores contrayesen silicosis, una grave enfermedad pulmonar, debido al ¡°incumplimiento reiterado¡± de las medidas de seguridad. Los anteriores directores t¨¦cnico y de recursos humanos de la empresa se enfrentan a penas de c¨¢rcel y a una indemnizaci¨®n millonaria solicitadas por la fiscal¨ªa y los letrados de los empleados. El procedimiento ha tardado 15 a?os en llegar a juicio.
Cerca del 25% de la plantilla de la compa?¨ªa de fabricaci¨®n cer¨¢mica con sede en Chiva, al interior de Valencia, enferm¨® y a muchos de ellos se les ha concedido la incapacidad permanente. Seg¨²n una de las peritos que ha declarado en el juicio, Isabel Isidro Montes, que trabaj¨® 39 a?os en el Instituto Nacional de Silicosis de Oviedo, dependiente de la Seguridad Social, la gravedad de la mayor¨ªa de los casos podr¨ªa haberse evitado si cuando se detect¨® el primer caso, en 1992, la empresa hubiera adoptado ¡°las medidas de precauci¨®n necesarias¡± que establecen las leyes. Ocho a?os despu¨¦s, la dolencia respiratoria se hab¨ªa extendido a 47 de los 200 trabajadores. La situaci¨®n de parte de ellos se ha agravado recientemente, explica Roc¨ªo Mayol, una de sus letradas, del despacho Tur Abogados.
¡°Un constipado mal curado¡±
El primer s¨ªntoma de silicosis que present¨® Tirso Genov¨¦s fue que se cansaba continuamente. ¡°El m¨¦dico primero me dijo que era un constipado mal curado. Despu¨¦s ya me hicieron pruebas y apareci¨® lo otro¡±. Genov¨¦s trabaj¨® 21 a?os en una cabina de Cer¨¢micas Sanitarias Reunidas como ¡°soplador y fregador de piezas secas¡±, un empleo muy expuesto al polvo de s¨ªlice que desprend¨ªan el cuarzo, el feldespato y el caol¨ªn, tres de los materiales utilizados en la fabricaci¨®n de v¨¢teres y otros productos de la empresa.
¡°No ten¨ªamos miedo porque no se nos dio ninguna informaci¨®n. Yo me enter¨¦ de con qu¨¦ est¨¢bamos trabajando en 1999, cuando voy al Instituto Nacional de Silicosis de Oviedo y me dicen que es muy t¨®xico¡±, afirma.
Genov¨¦s recuerda que cuando a finales de 1992 uno de los trabajadores de la f¨¢brica, ¡°una de las de m¨¢s solera de Chiva¡±, enferm¨®, Cer¨¢micas Sanitarias Reunidas no les inform¨® de la dolencia que padec¨ªa. ¡°Lo prejubilaron sin explicarnos que ten¨ªa silicosis¡±. Genov¨¦s no deja de pensar que si en aquel momento se hubiera advertido del problema, otros compa?eros podr¨ªan haber esquivado la enfermedad, o haberla sufrido en grados menos graves. A pesar del antecedente, entre 1992 y 1999 la empresa hizo cinco mediciones de polvo de s¨ªlice en las instalaciones, seg¨²n el fiscal, cuando la normativa establece que hay que hacer una por trimestre.
Los acusados, Jos¨¦ Francisco Segarra y Francisco Javier Bercero, manifestaron en sus escritos de defensa su ¡°m¨¢s absoluta disconformidad con el relato f¨¢ctico contenido en los escritos de acusaci¨®n formulados por el ministerio fiscal y las acusaciones particulares¡±. Durante el juicio, sus abogados han argumentado que desconoc¨ªan la peligrosidad a la que estaban expuestos los trabajadores y que por ello no dispusieron mejores sistemas de seguridad. Tambi¨¦n han alegado ¡°dilaciones indebidas¡± en el proceso, lo que en caso de condena pod¨ªa reducir las penas en uno o m¨¢s grados.
La fiscal¨ªa solicita que cada directivo sea condenado a tres a?os de c¨¢rcel y a pagar, conjuntamente, ocho millones y medio de euros como autores de un delito contra los derechos de los trabajadores en concurso ideal con un delito de lesiones graves por imprudencia. Las acusaciones particulares elevan la petici¨®n de prisi¨®n a 12 a?os para cada director. El m¨¦dico de la empresa tambi¨¦n estuvo imputado, pero el procedimiento contra ¨¦l ha sido declarado prescrito.
La f¨¢brica de Cer¨¢micas Sanitarias Reunidas, que fue propiedad de Uralita, se inaugur¨® en 1970. En 1978 la silicosis fue declarada enfermedad profesional en un Real Decreto y en las d¨¦cadas siguientes la normativa fue introduciendo requisitos para proteger la salud de los trabajadores expuestos al polvo de s¨ªlice, causante de una enfermedad que en algunos casos es letal y en muchos otros condiciona para siempre la vida de los pacientes.
A pesar de ello, seg¨²n la descripci¨®n de la fiscal¨ªa, en la f¨¢brica de Chiva el polvo del mineral se acumulaba en montones en los pasillos y era recogido ¡°con una pala¡±. No exist¨ªan sistemas de ventilaci¨®n en las cabinas de fabricaci¨®n de sanitarios. Hasta 1980 no se facilitaron mascarillas a los empleados. Y a partir de ese momento se les entregaban ¡°de forma espor¨¢dica, siendo las mismas de papel y teniendo que ser lavadas por los propios trabajadores¡±. En algunos puestos laborales, desde 1996, empezaron a usarse mascarillas de pl¨¢stico. Pero no fue hasta 2000, con la epidemia de casos declarada en la empresa, ¡°cuando se comenz¨® a facilitar unas mascarillas con un sistema mec¨¢nico y filtros de retenci¨®n de polvo adecuadas y homologadas a las necesidades del trabajo¡±.
A los empleados no se les advirti¨® de la toxicidad ni se les pag¨® el plus de peligrosidad previsto
A los operarios no se les advirti¨® de la toxicidad de los materiales, no se les pag¨® el plus de peligrosidad previsto, ni se les someti¨® a los controles peri¨®dicos previstos en la legislaci¨®n, seg¨²n el ministerio p¨²blico.
Rafael Manzanera, uno de los enfermos m¨¢s graves tras 28 a?os como ceramista de la empresa, tuvo que someterse a un transplante de los dos pulmones y la tr¨¢quea. El an¨¢lisis forense que obra en el proceso indica que ¡°no puede realizar esfuerzos, no puede correr y no puede subir un piso sin pararse a descansar¡±. ¡°Para prevenir infecciones debe llevar una mascarilla en determinados casos, evitar lugares con mucha gente, con humo, polvo o aire acondicionado y evitar el exceso de exposici¨®n al sol, lo que supone una limitaci¨®n para muchas actividades de la vida cotidiana¡±.
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