La II? Rep¨²blica, ?semilla del ¡®proc¨¦s¡¯?
Una obra en tres vol¨²menes y 800 p¨¢ginas llena un vac¨ªo historiogr¨¢fico sobre el periodo republicano en Catalu?a, que vincula al momento pol¨ªtico actual
Con la creencia de que los problemas de identidad y encaje de Catalu?a se solucionan mejor con una rep¨²blica y que el proceso soberanista que se vive ahora es heredero de lo que ocurri¨® en parte entre 1931 y 1936, cuando se cocieron cosas entonces que explican muchas de las de ahora. Bajo esas coordenadas los responsables de Ara Llibres lanzan al mercado la gigantesca La Segona Rep¨²blica a Catalunya, tres vol¨²menes y 800 p¨¢ginas resultado del trabajo de m¨¢s de 110 historiadores y personalidades del mundo pol¨ªtico y cultural. Un velo que puede distorsionar el valor de la obra, salpicada de im¨¢genes (m¨¢s de 400 de 20 archivos) y documentaci¨®n in¨¦dita o poco vista y que cubre un llamativo vac¨ªo bibliogr¨¢fico.
¡°Es el momento de recuperar el sue?o. El proceso para hacer posible un pa¨ªs soberano, independiente y libre. La fuerza del pueblo como motor de cambio y de construcci¨®n¡±, reza uno de los textos promocionales de la colecci¨®n, de la que se lanzar¨¢n 3.200 ejemplares de cada t¨ªtulo y que se vender¨¢n, por suscripci¨®n, a 120 euros cada volumen. El mismo hilo, a rebufo de la situaci¨®n sociopol¨ªtica catalana actual, desarrolla el director cient¨ªfico de la obra, Jordi Casassas, en la presentaci¨®n del primer volumen: ¡°Cuando se recuerda, se pone el acento en momentos muy precisos que se utilizan como un arma de convencimiento y de aliento (¡) La obra, que se enmarca de manera consciente en la situaci¨®n actual (¡) incluso es con relaci¨®n a ella que pretende encontrar su justificaci¨®n ¨²ltima¡±.
Ya en la puesta de largo p¨²blica realizada ayer en el Ateneu Barcelon¨¨s, Casassas afirm¨® que lo que hizo la Rep¨²blica ¡°no dejaron de ser cosas que el catalanismo plural hab¨ªa impulsado ya desde la Mancomunitat. A tenor de otro de los colaboradores de la obra, el historiador Josep Maria Sol¨¦ y Sabat¨¦, la idea republicana como hilo conductor en la historia de Catalu?a puede reseguirse desde la no muy feliz ¡°Rep¨²blica de soldados¡± que encarnaron los Almog¨¢vares hasta ¡°el sue?o que puede hacerse realidad ahora¡±. Ello tras pasar por los intentos de 1641 (¡°con una pareja de baile equivocada como fueron los franceses que nos hicieron perder la Catalunya Nord¡±), los realizados durante la Guerra de Sucesi¨®n (¡°mas Rep¨²blicos que el parlamento alusivo a ingleses¡±, que dec¨ªa Felipe V), la ¡°esperanza fracasada¡± de la I Rep¨²blica (1873), el primer gran sue?o de 1901 a partir del catalanismo pol¨ªtico y la proclamaci¨®n de la Rep¨²blica Catalana de apenas siete horas tras la llegada de la Rep¨²blica Espa?ola de 1931. En su aportaci¨®n al primer volumen, escribe Sol¨¦ y Sabat¨¦: ¡°Hoy el proceso de independencia de Catalu?a sigue el esquema secular del ideal republicano¡±.
Catalanes en el Valle de los Ca¨ªdos
Una de las novedades que aportar¨¢
un total de 33.847 personas enterradas. Seg¨²n Sol¨¦, el primer a?o en que se trasladaron cuerpos al Valle de los Ca¨ªdos fue 1959, cuando llegaron los restos de 11.329 personas en camiones militares. El ¨²ltimo traslado del que se tiene constancia es de 1983 procedente de Vilafranca del Pened¨¨s. Dos a?os antes, despu¨¦s del fallido golpe del 23-F, se trasladaron 304 restos mortales.
La obra, que lleva como ep¨ªgrafe La llavor de la llibertat, se ha divido en tres bloques. El primero, coordinado por Josep Maria Roig Rosich y Giovanni Cattini, El temps de les il¡¤lusions, abraza de 1931 a 1933. Carles Santacana dirige la segunda entrega (que aparecer¨¢ en junio), con los delicados a?os de 1934 a 1936 (Un pa¨ªs en tensi¨®). El tercero, Guerra i revoluci¨®. 1936-1939, saldr¨¢ en septiembre tripulado por Joan Villarroya. Todos tienen una estructura com¨²n: un texto inicial que contextualiza el periodo en relaci¨®n con Espa?a y al mundo; una cronolog¨ªa que sigue las mismas coordenadas y una decena de cap¨ªtulos en profundidad, acompa?ados por la biograf¨ªa de un personaje crucial del momento (de Francesc Camb¨® al l¨ªder anarcosindicalista Joan Peir¨®, pasando por la pionera feminista Carme Karr).
Esa estructura se cierra con otro reclamo con la actualidad. Bajo el ep¨ªgrafe Cap a la III Rep¨²blica?, una treintena de personalidades actuales explican ¡°c¨®mo la Rep¨²blica se ha convertido en semilla del proceso de independencia que vive la Catalu?a de nuestro tiempo¡±, seg¨²n la publicidad de la obra. Bajo esa ¨®ptica, en el primer volumen escriben ya el l¨ªder de ERC Oriol Junqueras, el diputado de la CUP David Fern¨¢ndez, la presidenta de ?mnium Cultural, Muriel Casals, el pol¨ªtico Joaquim Nadal y los periodistas Francesc Marc-?lvaro y Eduard Voltas, entre otros. Lo har¨¢n en los pr¨®ximos vol¨²menes la ya expresidenta de la ANC Carme Forcadell, el eurodiputado de CiU Ramon Tremosa o el juez Santi Vidal. En cambio, en la parte cient¨ªfica, uno de los cap¨ªtulos hist¨®ricos del primer volumen est¨¢ firmado por Fernando S¨¢nchez Costa, diputado al Parlament por el Partido Popular.
En la otra balanza de autores, entre los firmantes de los 150 art¨ªculos de que constar¨¢ la obra est¨¢n algunos de los mejores historiadores catalanes, como Borja de Riquer, Jos¨¦ Luis Mart¨ªn Ramos, Pelai Pag¨¦s, Susanna Tavera, Andreu Mayayo, Anna Sall¨¦s, Jos¨¦ Luis Oy¨®n, Pere Gabriel¡. Y los nombres que en breve les sustituir¨¢n, como se puede ver ya en la primera entrega con los trabajos del propio Cattini, Joan Esculies o Josep Lluis Mart¨ªn Berbois, muchos de ellos aportando investigaci¨®n novedosa a partir de documentaci¨®n poco sabida o in¨¦dita.
Fotos in¨¦ditas de Boix
La misma obra ofrecer¨¢ un notable pellizco de im¨¢genes o documentos in¨¦ditos o aparecidos s¨®lo en medios de la ¨¦poca. La primera entrega ya muestra 15, entre ellas cinco fotos (una del palco presidencial durante el partido del Bar?a de homenaje al Orfe¨® Catal¨¤ y que supuso su clausura en junio de 1925, con Camb¨®, Lluis Millet y Joan Gamper; o una de Manuel Aza?a en su visita a Montserrat en 1932); la declaraci¨®n de la Diputaci¨®n provisional de la Generalitat firmada por Lluis Companys en defensa del Estatut de enero de aquel a?o) o la campa?a contra el Estatut publicada por el madrile?o El Imparcial, en mayo de 1932. Pero llegar¨¢n im¨¢genes sin publicar de la ebullici¨®n republicana de un entonces jovenc¨ªsimo y debutante Francesc Boix, el despu¨¦s fot¨®grafo catal¨¢n de Mauthausen. La II? Rep¨²blica dio para mucho. Y parece que hasta hoy.
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