Galicia pone a prueba a la nueva izquierda

¡°Aqu¨ª he visto codo a codo a personas que nunca pens¨¦ que podr¨ªan trabajar juntas. Los ciudadanos sin afiliaci¨®n pol¨ªtica le han ense?ado a la gente de los partidos a trabajar en grupo¡±. Marcial Blanco, 40 a?os y empleado de una tienda de agricultura ecol¨®gica, ha saltado en apenas unos meses del desinter¨¦s por la pol¨ªtica al equipo de campa?a de Marea Atl¨¢ntica en A Coru?a, una de las contadas candidaturas a las municipales que en Espa?a han logrado aunar a partidos cl¨¢sicos como Izquierda Unida (IU) con emergentes como Podemos, nacionalistas como Anova o Compromiso por Galicia, Equo, movimientos sociales o personas sin experiencia pol¨ªtica.

Una probeta m¨¢s de la nueva pol¨ªtica nacida de la gran recesi¨®n en la que los Ayuntamientos gallegos son pioneros -de las cinco capitales de provincia en las que IU y Podemos concurren juntas el 24-M, dos est¨¢n en esta comunidad (A Coru?a y Pontevedra) y a ellas hay que sumar Santiago de Compostela- y que, a diferencia del resto de Espa?a, no hunde su ancla en el estallido del 15-M sino en las profundidades de Nunca M¨¢is, el movimiento que tras el naufragio del petrolero Prestige abri¨® una v¨ªa de agua en la Galicia del todopoderoso Manuel Fraga. Los sondeos electorales otorgan a Marea Atl¨¢ntica y a Compostela Aberta, la candidatura unitaria de Santiago, posibilidades de convertirse en segunda fuerza rebasando al PSOE. La candidatura coru?esa ha recibido este martes el apoyo del l¨ªder de Podemos, Pablo Iglesias, en un mitin en el abarrotado palacio de congresos de la ciudad. "Qu¨¦date con la copla, Feij¨®o, la Marea va a ser el principio del fin del PP gobernando en Galicia", advirti¨® Iglesias.

El l¨ªder de Podemos carg¨® contra el presidente de la Xunta -"la corrupci¨®n se hace en los reservados de los restaurantes y en barcos de narcotraficantes" o "a m¨ª no me har¨¢n una foto en un barco con un narcotraficante", le lanz¨® a Alberto N¨²?ez Feij¨®o por la vieja amistad del popular con Marcial Dorado- pero no se olvid¨® de Mariano Rajoy: "Deje de esconderse como una gallina, como un avestruz. ?Debata, tenga agallas!". Para Iglesias, "un presidente que no atreve a debatir no es un presidente, es un cobarde".

El tanteo de la confluencia, de los frentes amplios de izquierda al estilo del de Jos¨¦ Mujica en Uruguay, comenz¨® en Galicia en las elecciones auton¨®micas de 2012 con Alternativa Galega de Esquerda (AGE), una alianza del partido del hist¨®rico nacionalista Xos¨¦ Manuel Beiras, Izquierda Unida y otras formaciones izquierdistas que irrumpi¨® en el Parlamento gallego con nueve diputados apenas un mes despu¨¦s de nacer pero que en este tiempo ha ido languideciendo entre las paredes del hemiciclo erosionado por destructivas luchas internas. De momento, el mestizaje en la Marea Atl¨¢ntica fluye sin excesivas tensiones.

Los promotores de esta ¨²ltima remarcan que AGE es ¡°t¨¦cnicamente¡± una coalici¨®n de partidos mientras que la candidatura coru?esa busca una alternativa a la ¡°l¨®gica de las coaliciones¡±, ese reparto de la tarta entre partidos aliados que desde los noventa y a trav¨¦s de bipartitos entre el PSOE y el Bloque Nacionalista Galego (BNG) ha sido la ¨²nica alternativa de gobierno al PP en las corporaciones locales y la Xunta de Galicia. ¡°Uno de los motores de la Marea es la frustraci¨®n ante los gobiernos de coalici¨®n, que se reparten cuotas y acaban siendo dos gobiernos¡±, apunta Iago Mart¨ªnez, coordinador de campa?a de la candidatura coru?esa.

Hubo un mont¨®n de momentos en los que estuvo a punto de no funcionar

?Y por qu¨¦ en A Coru?a se ha hecho aparentemente con facilidad lo que en otras partes de Espa?a ha sido imposible? El candidato de la Marea Atl¨¢ntica a la alcald¨ªa de A Coru?a, el juez Xulio Ferreiro, esgrime para explicarlo la ¡°fuerza¡± de los movimientos sociales en una ciudad en la que durante d¨¦cadas las instituciones estuvieron copadas por el ubicuo y peculiar socialismo del exregidor Francisco V¨¢zquez. Ferreiro, que hasta que fue elegido como cabeza de cartel era magistrado suplente de la Audiencia Provincial de Lugo con una biograf¨ªa pol¨ªtica de discreta militancia en el BNG y una afiliaci¨®n m¨¢s activa al sindicato nacionalista CIG, a?ade a su diagn¨®stico el hecho de que los partidos que se han unido a la candidatura, tanto los cl¨¢sicos como los emergentes, careciesen de ¡°grandes aparatos o expectativas individuales¡±, as¨ª como una ¡°metodolog¨ªa¡± que desde hace casi un a?o ha mantenido trabajando codo a codo y durante ¡°much¨ªsimas horas¡± a ¡°personas que ni se conoc¨ªan¡±. ¡°En un partido se tiene carn¨¦, se paga una cuota y se va a alguna reuni¨®n a levantar la mano. En la Marea Atl¨¢ntica no hay ni carn¨¦ ni cuota y se pertenece a ella en la medida en que se trabaja y participa¡±, a?ade el coordinador de campa?a.

¡°Hubo un mont¨®n de momentos en los que estuvo a punto de no funcionar¡±, rememora Marcial Blanco, miembro del equipo de campa?a, ¡°pero la parte ciudadana, la no afiliada [a partidos], es numerosa tanto en personas como en capacidad de trabajo. Ellos han sido el cemento de todo y lo que ha dado equilibrio¡±. Silvia Came¨¢n, de IU, admite los recelos y el fuerte debate interno que la renuncia a las siglas de cara al 24-M provoc¨® en su formaci¨®n pero achaca el ¨¦xito a la ¡°madurez¡± tanto de los procedentes de partidos tradicionales como de los activistas sociales.

Los que como ella vienen de la pol¨ªtica cl¨¢sica aportan su experiencia, por ejemplo, en el funcionamiento de un grupo municipal o su atenci¨®n a las luchas sindicales, mientras que de los movimientos sociales dice haber aprendido a tomar las decisiones ¡°por consenso, no por mayor¨ªa simple¡±. La Marea Atl¨¢ntica cuenta con un equipo de mediaci¨®n y resoluci¨®n de conflictos que act¨²a cuando los debates se vuelven ¨¢speros y la asamblea se parte en votaciones ajustadas.

La gran prueba para la Marea Atl¨¢ntica llegar¨¢, sin embargo, el d¨ªa despu¨¦s de las municipales. Si las encuestas atinan, este frente pol¨ªtico puede ser llave de gobierno en A Coru?a y entonces deber¨¢ enfrentarse a las negociaciones con otros partidos y a los riesgos y tentaciones de la vida institucional. Como vacuna contra las enfermedades que han azotado otros cuerpos pol¨ªticos, la Marea ha regulado al detalle el proceso para decidir posibles acuerdos poselectorales e incluso ha pautado c¨®mo deber¨¢ rendir cuentas fuera del Ayuntamiento (a sus miembros y al resto de coru?eses) el hipot¨¦tico grupo municipal que salga de las urnas. ¡°Aqu¨ª no habr¨¢ aislamiento¡±, vaticina la portavoz de IU cuando se le recuerda el laberinto partidista en el que se perdi¨® AGE.