Pasi¨®n profana en el huerto catal¨¢n
El TNC se apunta un ¨¦xito con ¡®L'hort de les oliveres¡¯, de Narc¨ªs Comadira, que invita a reflexionar sobre la regeneraci¨®n de la sociedad y del pa¨ªs
?xito. Xavier Albert¨ª digiere la palabra visiblemente satisfecho mientras la luz filtrada por las inmensas cristaleras inunda el bar en el vest¨ªbulo del Teatre Nacional de Catalunya (TNC). Doble ¨¦xito en realidad, como director del TNC y del propio espect¨¢culo, el que le procura a Albert¨ª L'hort de les oliveres,de Narc¨ªs Comadira, obra arriesgada, valiente, con ecos del embrollo catal¨¢n actual, estrenada el pasado mi¨¦rcoles en la Sala Gran y que finaliz¨® su primera funci¨®n con el p¨²blico puesto en pie, aunque tambi¨¦n con alg¨²n descontento pol¨ªtico.
"La pieza era un encargo al autor, escribi¨® lo que quiso, y fue quien puso la condici¨®n de que el director fuera yo, porque le he dirigido ya cuatro cosas y conoce y le gusta mi teatralidad". Albert¨ª siempre es mejor en la corta distancia, como aqu¨ª, en el bar, donde el peso de las palabras ¡ªsu discurso suele ser de una alambicada intelectualidad¡ª se compensa con una cordialidad cercana y entra?able.
"Desde el principio nos dimos cuenta de que la obra acabar¨ªa teniendo una gran densidad al llevarla a escena, y as¨ª ha sido". El director conoce bien al autor. "Los temas de Narc¨ªs son muy recurrentes, se ve en su poes¨ªa; repensar el pa¨ªs, la herencia, la familia, la defensa de las ra¨ªces culturales, el peso del cristianismo y su simbolog¨ªa en nuestra tradici¨®n, y la gastronom¨ªa, claro". El poeta le entreg¨® a Albert¨ª para su escenificaci¨®n ¡°una partitura con muchas intertextualidades¡±. L'hort de les oliveres, subtitulado ¡°una ¨°pera de Catalunya¡±, es una pieza ¡°con tres n¨²cleos literarios fundacionales que cohabitan: los Evangelios y sobre todo la parte de la Pasi¨®n, El jard¨ªn de los cerezos, de Ch¨¦jov, como el t¨ªtulo indica, y Hamlet¡±.
La Pasi¨®n no es algo tan desligado de nuestra realidad como pudiera pensarse, indica Albert¨ª. ¡°La desaparici¨®n del Pasok y la irrupci¨®n de la izquierda radical y Syriza estuvieron precedidas por la inmolaci¨®n de un jubilado desesperado en la plaza Sintagma, frente al Parlamento griego, y la revoluci¨®n ¨¢rabe lo fue por la de un joven vendedor de fruta en T¨²nez. No estamos lejos de la tradici¨®n del enviado para ser sacrificado y de la cristolog¨ªa. A?adamos que El jard¨ªn de los cerezos augura un final de los tiempos, el de la revoluci¨®n rusa, y Hamlet se identifica con un proceso colectivo de protoparlamentarismo en el que el ser o no ser alude a la reflexi¨®n previa antes de ejecutar la venganza, un avance sobre la primitiva ley del tali¨®n¡±.
Comadira ha desembocado todo eso ¡ªque D¨¦u n'hi do¡ª,</CF> en una comedia, vodevilesca a ratos, tr¨¢gica en otros, en la que la familia Bofill, la cl¨¢sica burguesa catalana, se re¨²ne para celebrar la Semana Santa en su gran casa solariega del Jard¨ªn de los Olivos, tras la muerte del patriarca y con el horizonte de la venta de la finca, la casa, el bosque, los olivares, para crear una urbanizaci¨®n destinada al turismo ruso. Hay un clima de Pasi¨®n profana en esa ¨²ltima cena de la familia en la que discutir¨¢n los partidarios de vender y el de no hacerlo, el hereu, el so?ador, para el que el huerto y la casa son una patria y ¡°una patria no se vende, al menos yo¡±. En el reparto figuran entre otros Merc¨¨ Aranega, Carles Canut, Rub¨¨n de Egu¨ªa y Mont Plans.
¡°La obra est¨¢ llena de juego. En ella aparece un heter¨®nimo de Comadira, interpretado por Oriol Genis, que es a la vez personaje y autor de la propia obra, y otro, el hereu, que es un forofo de Harold Bloom y ha ido a estudiar Shakespeare a EE UU. La met¨¢fora es la misma que la de El jard¨ªn de los cerezos, no se trata por supuesto solo de un huerto, sino de una dimensi¨®n de la sociedad¡±.
"Es una obra con mucho sentido en un momento en que Europa ¡ªen la que la riqueza est¨¢ siendo cada vez m¨¢s acaparada por unos pocos y el Mediterr¨¢neo se ha llenado de cad¨¢veres¡ª ha de reformularse, refundarse, de arriba abajo. Comadira utiliza las referencias a Pascua y la figura del chivo expiatorio, un suicidio en la trama, para orquestar una Pasi¨®n profana¡±. Albert¨ª no est¨¢ de acuerdo en que la obra sea ni mucho menos pesimista ni crepuscular: a trav¨¦s de la v¨ªctima propiciatoria apunta a un renacimiento, a una actitud activa. Lo que hace es advertir que o nos reformamos como sociedad o todo se va a paseo¡±. Hay una necesidad urgente de regeneraci¨®n moral por encima de cualquier otra consideraci¨®n pol¨ªtica, advierte Albert¨ª. ¡°Estamos llamados a reinventarnos, el pa¨ªs que conoc¨ªamos no existe ya. Eso es lo que dice Narc¨ªs Comadira con su mirada de poeta¡±. El director advierte que hay en la obra aspectos ideol¨®gicos que ¨¦l no comparte personalmente, pero que su puesta en escena incluye pues quiere ser honesta con las intenciones del autor.
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