Sonrisa hier¨¢tica

De los siete candidatos a ser alcalde de Barcelona, Ada Colau es la m¨¢s misteriosa. No se sabe si es un lobo con piel de cordero o todo lo contrario. Salta a la legua que no es una pol¨ªtica profesional, pero hoy en d¨ªa eso parece una ventaja.

Llega tarde aunque sabe que va a haber una manifestaci¨®n de bomberos y c¨®mo las gastan cuando est¨¢n de malas pulgas. Los antidisturbios hace ya rato que est¨¢n en la zona. Ella se presenta un punto m¨¢s abrigada de la cuenta, con una gabardina corta que se saca para hacerse la foto. Quiz¨¢s por timidez o quiz¨¢s por su carencia de pedigr¨ª pol¨ªtico, mata la corta espera de preparaciones conversando con su gente, rehuyendo a los reporteros. No parece c¨®moda con la idea de posar.

¡°Som-hi¡±, dice cuando todo est¨¢ listo, y se sienta con las piernas cruzadas, manos entrelazadas, sonrisa hier¨¢tica. Agradable, incluso c¨¢lida, pero hier¨¢tica. Apenas mover¨¢ el cuerpo en los tres o cuatro minutos de pose, que se le hacen eternos.

A media ma?ana de un viernes, la plaza est¨¢ animada. ¡°?Est¨¢s muy guapa!¡±, le piropea con cari?o el conductor de una furgoneta. Cada vez se apelotona m¨¢s gente alrededor, muchos hacen fotos pero nadie se acerca a preguntar qui¨¦n es. Quiz¨¢s porque, a diferencia de lo que ocurr¨ªa con otros candidatos, ya saben qui¨¦n es. O quiz¨¢s porque no les importe qui¨¦n sea. Una chica se acerca a hacerle una foto y le desea suerte en las elecciones. Ella se lo toma todo con mucha calma. En cuanto le dicen que se ha acabado, se levanta enseguida, siempre sonriendo, encantadora. Hier¨¢tica, pero encantadora. Quiz¨¢s porque las encuestas le van bastante bien.